El Modelo Político de los Austrias: La Unión de Reinos

La organización institucional de los Austrias mantuvo básicamente la estructura que habían creado los Reyes Católicos, rodeándose de una administración profesionalizada que se incrementó, sobre todo, con Felipe II. La monarquía era la cúspide de todo el sistema y lazo de unión de los reinos. Pero la evolución autoritaria de la monarquía produjo una continua tensión institucional.

El gobierno lo ejercía el rey apoyado en un sistema polisinodial o de consejos. El sistema fue creciendo conforme se expandía territorialmente la monarquía, aumentando el poder de los secretarios reales. Las principales innovaciones fueron el aumento del número de consejos y la creación en 1526 por Carlos V de un Consejo de Estado, formado por especialistas y presidido por el rey. Las Cortes vieron disminuida su importancia y su convocatoria fue menos frecuente.

Los ingresos de la corona procedían de los impuestos que pagaba Castilla, los subsidios votados en Cortes y los ingresos de las Indias. Uno de los problemas más graves de la administración de los Austrias era la venalidad de los cargos, que contribuyó a degradarla.

Evolución Política de Al-Ándalus: Conquista, Emirato y Califato de Córdoba

Conquista

En 711 Musa envió un contingente de 7.000 soldados bereberes, dirigidos por Tariq, que desembarcó en Gibraltar. Reforzado con otros 5.000 soldados, unos meses más tarde se enfrentó a Rodrigo, junto al río Guadalete, batalla que terminó con la derrota y desintegración del ejército visigodo. Tariq persiguió a los restos del ejército visigodo para impedir su reorganización y el reino visigodo se derrumbó sin oponer apenas resistencia. En pocos meses los musulmanes conquistaron Córdoba, Sevilla y Toledo.

Para entonces, el gobernador Musa había desembarcado con otros 12.000 soldados, esta vez árabes en su mayoría, y entre 712 y 714 ocuparon las principales ciudades visigodas, que en su mayoría se rindieron sin oponer resistencia, consolidando su dominio de toda la parte sur peninsular hasta Zaragoza. La rapidez con que se realizó la conquista se debió a que los propios dirigentes visigodos prefirieron someterse mediante pactos de capitulación. Sólo algunos nobles optaron por huir hacia el norte. La mayoría de los campesinos hispanos vieron en los musulmanes a unos liberadores de la dependencia y abusos de los nobles godos. La minoría judía apoyó a los musulmanes.

El intento de los árabes de expandirse más allá de los Pirineos fue aprovechado por los nobles visigodos refugiados en la zona asturiana para rechazar un ataque bereber en Covadonga, hacia 722, y fundar a partir de ese hecho el reino astur. Los árabes renunciarán a continuar su expansión.

Emirato

Córdoba se convirtió en la capital de Al-Ándalus, provincia del Imperio Islámico, dirigida por un emir o valí que dependía del califa de Damasco. Pronto surgieron las rivalidades internas entre los árabes y los bereberes. Los árabes se instalaron en las ciudades del sur y dirigían la explotación agrícola mediante contratos de aparcería. Los de origen yemení se asentaron en el suroeste de Andalucía, y los de origen sirio en la franja que va desde Mérida a las montañas de Levante. Los bereberes procedían de la Berbería, eran soldados sin graduación, hombres del campo y pastores. Fueron instalados en las regiones más frías del norte.

La posición subordinada de los bereberes provocó su rebelión en 741. En 750 el golpe de estado que da la familia de los Abasíes en Damasco destrona a los Omeyas. Uno de los supervivientes, Abd al-Rahman, se refugió en el norte de África y con la ayuda de partidarios de los Omeyas derrotó al emir de Córdoba, ocupó la capital y se proclamó emir independiente de Bagdad, aunque respetando la autoridad religiosa del califa. Su actuación política consolidó el poder del Islam en la Península. Aunque pronto surgieron los conflictos entre el poder del emirato y los gobernadores de los territorios fronterizos; a lo que se añadieron los conflictos sociales con la población muladí y con la mozárabe.

Califato

A principios del siglo X, las tensiones internas y las amenazas de los reinos cristianos del norte –cada vez más fuertes- agravaron la crisis crónica del emirato. Tras controlar la rebelión interna y frenar el avance cristiano, Abd al-Rahman III (912-961) se autoproclamó califa en 929, desligándose de toda sumisión a Bagdad. Con la muerte de Al-Hakam II comenzó un periodo de pérdida de poder efectivo del califa. El visir del nuevo califa Hixam II, concentró el poder político y militar asegurando su poder y realizando razias contra los reinos cristianos. A su muerte en 1002 el descontento de las elites árabes desencadenó la crisis política, el visir fue asesinado y Medina al-Zahra destruida. Hasta 1031 una asamblea de nobles reunida en Córdoba declaró extinguido el califato.

Gobierno y Administración en el Imperio Colonial

Desde 1502 el Estado castellano pasó a controlar directamente el nuevo territorio, mediante la creación de Audiencias y Municipios. En el ámbito municipal se instauraron los cabildos, con las mismas funciones que los ayuntamientos. Con la conquista de México y Perú se crearon los virreinatos de Nueva España y de Perú divididos en unidades territoriales menores llamadas gobernaciones, y éstas a su vez en corregimientos. El virrey dirigía la administración, las fuerzas militares y la justicia.

En 1503 se creó un Consejo de Indias, que dependía del Consejo de Castilla, para gestionar los asuntos del territorio y se estableció en Sevilla la Casa de Contratación, que ejercía el monopolio del comercio y colonización de América. Organismo múltiple encargado de todo lo referente a América. Todas las expediciones hacia América debían partir de Sevilla.