Funciones del lenguaje

Función emotiva o expresiva: El mensaje que emite el emisor hace referencia a lo que siente, su yo íntimo, predominando él sobre todos los demás factores que constituyen el proceso de comunicación. Las formas lingüísticas en las que se realiza esta función corresponden a interjecciones y a las oraciones exclamativas.

  • ¡Ay! ¡Qué dolor de cabeza!

Función conativa o apelativa: En ella el receptor predomina sobre los otros factores de la comunicación, pues la comunicación está centrada en la persona del , de quien se espera la realización de un acto o una respuesta. Las formas lingüísticas en las que se realiza preferentemente la función conativa corresponden al vocativo y a las oraciones imperativas e interrogativas.

  • Andrés, cierra la ventana, por favor.

Función referencial: El acto de comunicación está centrado en el contexto, o sea, en el tema o asunto del que se está haciendo referencia. Se utilizan oraciones declarativas o enunciativas, pudiendo ser afirmativas o negativas.

  • El hombre es un animal racional.
  • La fórmula del ozono es O3.

Función metalingüística: Se centra en el código mismo de la lengua. Es el código el factor predominante.

  • Pedrito no sabe muchas palabras y le pregunta a su papá: ¿Qué significa la palabra “canalla”?

Función fática: Consiste en iniciar, interrumpir, continuar o finalizar la comunicación.

  • Buenos días, ¡Hola!, ¿Cómo estás?, ¿Qué hubo?, etc.
  • Adiós, hasta luego, nos vemos, que lo pases bien, etc.
  • Perdón… Espere un momentito… Como le decía… Hablábamos de… etc.

Función poética: Se utiliza preferentemente en la literatura. El acto de comunicación está centrado en el mensaje mismo, en su disposición, en la forma como este se trasmite. Entre los recursos expresivos utilizados están la rima, la aliteración, etc.

  • “Bien vestido, bien recibido”.

Modalidades textuales

  • Descriptivo: Representa por medio de las palabras cómo son los objetos, las personas, los animales, los lugares, etc.
  • Narrativo: Un narrador relata hechos, reales o ficticios, que les suceden a unas personas o personajes en un tiempo y lugar determinados.
  • Dialogado: Representa por escrito conversaciones o diálogos de dos o más interlocutores.
  • Expositivo: Da información sobre un tema o lo explica para que los receptores adquieran un conocimiento global sobre dicho tema.
  • Argumentativo: Expresa opiniones o ideas para convencer, aportando razones o argumentos que apoyan y defienden su postura.
  • Instructivo: Da instrucciones o trata de enseñar, aconsejar, guiar u ordenar la realización de una serie de pasos o acciones. Se llaman prescriptivos si son normas jurídicas.
  • Predictivo: Anuncia (ya sea por revelación, ciencia o conjetura) algo que aún no ha sucedido, pero, en principio, va a suceder.
  • Retórico o poético: El autor trata de llamar la atención del lector a través del mensaje.

Origen histórico de las lenguas de España

A excepción del vasco, de origen incierto, las demás lenguas de España proceden del latín, es decir, son lenguas románicas o romances. La diferenciación de estas lenguas se llevó a cabo a través de un proceso histórico en el que se distinguen las siguientes fases:

Pueblos prerromanos

Antes de la llegada de los romanos, coexistían en la península ibérica diversos pueblos (celtas, íberos, celtíberos, vascones), cada uno con su propia lengua.

Romanización

Con la llegada de los romanos, se inicia el proceso de romanización, mediante el cual los pueblos hispanos asumen las costumbres, la organización jurídica y administrativa, y el latín, la lengua de los conquistadores. El sustrato o influjo de las lenguas prerromanas pudo producir una primera diferenciación dialectal en el latín peninsular.

Fragmentación del latín

Las invasiones de los pueblos germánicos y la caída del Imperio romano tienen como consecuencia la definitiva fractura de la unidad lingüística.

Nacimiento de los romances peninsulares

En torno al siglo X culminó la diferenciación de los primitivos romances hispánicos: gallegoportugués, castellano, catalán, asturleonés, navarroaragonés y mozárabe (hablado por los cristianos de al-Ándalus).

Expansión del castellano

La pujanza del Reino de Castilla hasta el siglo XI, un condado vinculado al Reino de León, provocó la preeminencia de su lengua. Con el tiempo, esto causó la desaparición del mozárabe y limitó el desarrollo del asturleonés y del navarroaragonés.

Bilingüismo y diglosia

El bilingüismo puede entenderse en dos sentidos: como fenómeno individual o como situación social.

Bilingüismo individual

Se considera que un individuo es bilingüe cuando es capaz de expresarse indistintamente en dos lenguas. El bilingüismo individual puede ser activo (el hablante comprende y produce mensajes hablados y escritos en ambas lenguas) o pasivo (el hablante comprende las dos lenguas, pero solo es capaz de producir mensajes en una de ellas).

Bilingüismo social

Una comunidad es bilingüe cuando en ella coexisten dos lenguas. Existen diversas situaciones de bilingüismo social, que dependen de factores históricos, políticos o lingüísticos. Así, en algunas comunidades, la mayor parte de los hablantes son bilingües, en otras convive un grupo monolingüe con otro bilingüe.

Diglosia

Se produce una situación de diglosia cuando las dos lenguas que coexisten en una comunidad tienen una distribución desigual. Una de las lenguas se emplea en la escuela, en los medios de comunicación, en la Administración y en la comunicación escrita, y la otra se utiliza oralmente, como medio de conversación ordinaria en el ámbito familiar o privado.

Las lenguas de España y sus variedades

Las variedades diatópicas, geográficas o dialectos son las modalidades lingüísticas que dependen del origen o procedencia del hablante. Se definen como la manera peculiar de hablar una lengua en un territorio. Todas las lenguas de España presentan variedades geográficas.

  • En el catalán se distinguen dos áreas dialectales: oriental (catalán septentrional o rosellonés, central, balear y alguerés) y occidental (noroccidental y valenciano).
  • El gallego presenta tres áreas dialectales: occidental, central y oriental.
  • El vasco o euskera está fraccionado en múltiples dialectos: vasco occidental, central, navarro, labortano y suletino. El euskera batúa o unificado es el que se enseña en la escuela y se utiliza en la Administración y los medios de comunicación.
  • El castellano comprende las variedades meridionales (hablas andaluzas y canario), las variedades septentrionales (comunidades no bilingües del centro y norte peninsular), las variedades de tránsito (extremeño y murciano), las variedades del castellano en comunidades bilingües y el español de América.

Las variedades meridionales del castellano

Las variedades meridionales incluyen las hablas andaluzas y la modalidad canaria.

El andaluz

Está formado por un conjunto de hablas diversas, consecuencia de la distinta procedencia de los repobladores y el lapso de siglos transcurrido entre la castellanización de unas zonas y otras. Entre sus usos lingüísticos cabe citar el seseo y el ceceo, la aspiración o pérdida de la -s final, la relajación de las consonantes finales, la preferencia por los diminutivos -illo, -illa y, en Andalucía oriental, el uso del pronombre ustedes para expresar cercanía o familiaridad.

El canario

Presenta numerosos rasgos coincidentes con el andaluz, como resultado de la procedencia sevillana de conquistadores y repobladores. Algunas características son el seseo, la aspiración de la -s al final de sílaba o la sustitución de vosotros por ustedes. Otros rasgos son la ch mojada, que se pronuncia de modo parecido a la -y, y el uso de un léxico específico.