Primeros Núcleos de Resistencia Cristiana y Etapas de la Reconquista

Inicios y Desarrollo

La Reconquista comenzó cuando Pelayo se proclamó rey tras la Batalla de Covadonga (722). Cronológicamente, la dominación musulmana se dividió en tres etapas. La primera entidad política cristiana, después del colapso del reino visigodo de Toledo, fue el Reino de Asturias, que continuó Alfonso III cuando implantó la capital en León, creando así el Reino de León. Se expandieron por la cordillera cantábrica y el valle norte del Duero con un modelo de repoblación de presura, dividido en el condado de Cataluña y el condado de Portugal.

Reino de Navarra y Condados Catalanes

Otro núcleo de resistencia fue el Reino de Navarra, donde vencieron a los musulmanes en la Batalla de Poitiers (732). Se propagaron por la llanura alavesa y por los valles pirenaicos (Sobrarbe y Ribagorza) durante el reinado de Sancho III, lo que provocó que Pamplona se convirtiera en el reino cristiano más importante. El último núcleo fue el condado de Castilla y el condado catalán, creados cuando se separaron en condados la Marca Hispánica por el conde Wifredo el Velloso quien, finalmente, consiguió la independencia de los condados catalanes, junto con Borrell II (Conde de Barcelona, Gerona y Osona). Finalmente, en el siglo XI, Castilla conquistó el Tajo, Toledo en 1085 y la llanura manchega. Mientras que Aragón conquistó el Valle del Ebro, Zaragoza en 1118, Tortosa en 1148 por Ramón Berenguer IV y se produjo la Unión Dinástica de Aragón (Tratados de Tordesillas, Cazorla, Petronila).

Organización Política en la Baja Edad Media

Corona de Castilla

Los reinos presentaban una estructura política basada en la monarquía, las cortes y los municipios. Castilla fomentó un fortalecimiento de la monarquía, unitaria, en la que el rey mantenía el poder debido al escaso dominio de las Cortes. El monarca estaba asentado por Dios y las provincias estaban divididas en merindades. Sus instituciones centrales eran el Consejo Real de carácter consultivo, la Audiencia o Chancillería Real (órgano supremo de justicia) y la Hacienda, que administraba la recaudación. Además, destacaron los regidores (encargados oficiales del gobierno económico y político de las ciudades).

Corona de Aragón y Reino de Navarra

Por otro lado, Aragón era una unión de los reinos de Cataluña, Valencia, Aragón y Baleares, en los que cada uno constituía sus propias cortes e instituciones. Juan II y Carlos, Príncipe de Viana, entraron en guerra en 1462, que más tarde acabó con la muerte de Carlos en 1472 y Fernando II de Aragón como sucesor. El sistema estaba basado en el pactismo (entre el monarca y su reino), donde las Cortes limitaban el poder del rey y se creó la Generalitat para fiscalizar al monarca. Se dividieron en veguerías y las ciudades obtuvieron una autonomía gracias a los fueros y privilegios (Privilegio General, 1283). En 1474 comenzó la Guerra Civil. Posteriormente, se creó una aristocracia y destacaron las Cortes, las cuales eran el órgano de carácter legislativo. Después, sucedió la conquista de Granada (1482-1492), donde Boabdil firmó las capitulaciones y se consideró la última guerra medieval. En 1499, el Cardenal Cisneros expulsó a los sefardíes y se creó el tribunal de la Inquisición. Por último, el reino de Navarra (1512) fue conquistado por Fernando II y, en 1517, se ratificó en las Cortes de Burgos, conservando las instituciones y fueros vasco-navarros.

Los Reyes Católicos: Unión Dinástica e Instituciones de Gobierno

Consolidación del Poder

Tras la muerte de Enrique IV (1474) y la guerra de sucesión, proclamaron en la Batalla de Toro (1476) reina de Castilla a Isabel. Posteriormente, Isabel decidió casarse con Fernando de Aragón, creando la Concordia de los Toros de Guisando (1468). Se instauró la unión dinástica de Trastámara y Aragón. Más tarde, se produjo una derrota en la Batalla de Toro a Juana la Beltraneja y conllevó en 1479 al Tratado de Alcaçovas, donde Portugal y Castilla reconocieron las conquistas (Ceuta, Portugal, Azores) y Castilla, Canarias. En 1474 comenzó la Guerra Civil donde en Aragón, Juan II y su hijo Carlos, Príncipe de Viana, entraron en guerra.

Reformas y Centralización

El reinado se basó en la Concordia de Segovia (1475), donde se aseguraron los cargos para los castellanos y donde cada monarca reinaba con sus propios organismos, fueros. Aragón y Castilla tuvieron en común la política exterior y el firmado de la Santa Inquisición. Con las Cortes de Toledo (1480) se limitó el poder de la nobleza para así devolver tierras a cambio del mayorazgo. El Papa y la creación del Patronato Regio controlaban a la iglesia. Expulsó a los judíos (1492) y a los musulmanes (1502), y Castilla estableció la monarquía hegemónica. Los reyes controlaban a los cristianos por el corregidor elegido en Castilla por el monarca, y en Aragón por insaculación. Se crearon unos organismos para impartir justicia, las chancillerías (Valladolid y Granada) y las audiencias (Sevilla y Santiago de Compostela). El ejército fue permanente (Santa Hermandad) y se establecieron los primeros tribunales de justicia.

El Imperio de los Austrias: España Bajo Carlos I

Política Interior y Conflictos Europeos

Carlos I de España y V de Alemania (hijo de Juana la Loca y Felipe el Hermoso) reinó como regente de su madre. Heredó de su padre: los Países Bajos, Franco Condado, Luxemburgo, Austria. De su madre, por parte de Castilla: Bugía, Reino de Navarra, Granada y Melilla, y por parte de Aragón: Cataluña, Sicilia, Cerdeña, Nápoles, Orán y algunos países sudamericanos. Accedió al trono en 1516 e inició una nueva dinastía (Austrias/Habsburgo). Decidió marcharse a Alemania, dejando como regente a Adriano de Utrecht. Influyó la importancia de la corte, la reducción de los gastos e impuestos y las limitaciones a la exportación de la lana.

Rebeliones y Conflictos

Se produjo la Batalla de Villalar, donde destacaron Bravo, Padilla y Maldonado. Otro conflicto fue el de las Germanías, iniciadas cuando las autoridades de Valencia abandonaron la ciudad por una epidemia de peste. Declararon una rebeldía en 1523, la cual fue una revuelta antiseñorial. Hubo una decadencia por la revolución de los precios (metales). Posteriormente, se vio obligado a luchar contra Francia, destacó la Victoria de Pavía (1525), donde Carlos I conquistó el ducado de Milán. También contra los turcos, conquistándose Túnez, y por último en Alemania, donde hubo un enfrentamiento (católicos y protestantes) donde tuvieron que firmar la Paz de Augsburgo (1555) y confirmar la libertad religiosa de Alemania.