Ordenación del Territorio: Desarrollo Sostenible y Calidad de Vida
El Concepto de Ordenación del Territorio
La ordenación del territorio es, a la vez, una disciplina científica, una técnica administrativa y una política concebida como un enfoque interdisciplinario y global, cuyo objetivo es un desarrollo equilibrado de las regiones y la organización física del espacio según un concepto rector.
Su Dimensión Europea
La ordenación del territorio contribuye a una mejor organización del territorio europeo y a la búsqueda de soluciones para los problemas que sobrepasan el marco nacional. Trata así de crear un sentimiento de identidad común, teniendo en cuenta las relaciones Norte-Sur y Este-Oeste.
Sus Características
El hombre y su bienestar, así como su interacción con el medio ambiente, constituyen el centro de toda preocupación de la ordenación del territorio, cuyo objetivo es el de ofrecerle un marco y una calidad de vida que aseguren el desarrollo de su personalidad en un entorno organizado a escala humana. La ordenación del territorio debe ser democrática, global, funcional y prospectiva.
- Democrática: debe ser realizada de forma democrática para asegurar la participación de la población afectada y de sus representantes políticos.
- Global: debe tratar de asegurar la coordinación de las distintas políticas sectoriales y su integración por medio de un enfoque global.
- Funcional: debe tenerse en cuenta la existencia de conciencias regionales basadas en unos valores, una cultura y unos intereses comunes, y estos a veces por encima de las fronteras administrativas y territoriales, teniendo en cuenta las realidades constitucionales de los distintos países.
- Prospectiva: debe analizar las tendencias y el desarrollo a largo plazo de los fenómenos y actuaciones económicos, ecológicos, sociales, culturales y medioambientales y tenerlos en cuenta en su aplicación.
Principios Fundamentales de la Ordenación del Territorio
- Sistémica:
- Debe tener siempre presente la interdependencia y relaciones mutuas entre los diferentes aspectos que conforman la realidad territorial.
- Multiescalar:
- Regional, nacional e internacional.
- Coherente y coordinada entre las diferentes escalas de decisión en el territorio. Un pozo de agua en la frontera, no sólo quita el agua del terreno de mi región, sino que también la del vecino.
- Realista:
- Realizado con los pies en el suelo, sensato, con posibilidades de ponerse en práctica: objetivos, plazos, presupuestos.
- Coherente en sus planteamientos. Sin contradicciones internas.
- Proactiva:
- No es meramente reactiva ante los problemas, sino que persigue estar a la vanguardia de los cambios.
- Continua y flexible:
- Fases en las que se para y se reflexiona de cómo vamos, y en la que se hace participación ciudadana. Importante para que los ciudadanos de una región no se enfaden, por ejemplo, cuando les ponen una depuradora en el pueblo.
- Proceso frente a aplicación limitada en el tiempo. Con un principio claro, pero sin finalización prevista.
- Revisable y modificable con cierta periodicidad en sus objetivos, diagnósticos, planteamientos y actuaciones.
- Clara:
- Las plataformas de participación ciudadana tienen: redes sociales, encuestas. El marketing digital para transmitir esa información es imprescindible en nuestros tiempos.
- Comprensible en todos sus aspectos para cualquier ciudadano.
- Con objetivos, metodologías de trabajo y resultados tan accesibles como sea posible.
- Participativa:
- Busca que partes de tu proyecto sean modificadas, con propuestas de la gente.
- Con posibilidad de dar entrada a cualquier individuo o institución –pública o privada– en el proceso de elaboración del plan.
- Aportar y vincular voluntades.
- Específica:
- Agenda local: estrategia ambiental para la ciudad. Tiene que ser específica del terreno en el que se va a actuar o se actuará en el futuro. La geología, botánica, la sociedad es distinta.
- Concebida especialmente para el territorio y la sociedad en la que se va a aplicar. No a las “recetas” universales, sí al estudio de buenas prácticas.
Su Aplicación
La ordenación del territorio debe tomar en consideración la existencia de numerosos poderes de decisión individuales e institucionales que influyen en la organización del territorio, el carácter aleatorio de todo estudio prospectivo, las limitaciones del mercado, las peculiaridades de los sistemas administrativos, la diversidad de las condiciones socioeconómicas y del medio ambiente. Debe, sin embargo, tratar de conciliar estas influencias del modo más armonioso posible.
Objetivos Fundamentales
La ordenación del territorio persigue paralelamente:
El Desarrollo Socioeconómico Equilibrado de las Regiones
Teniendo en cuenta los procesos económicos que afectan a toda Europa, las peculiaridades regionales y la importancia del papel de los ejes de desarrollo y de las redes de comunicación, debe controlar el crecimiento de las regiones congestionadas o de aquellas que presenten una evolución demasiado rápida, alentar el desarrollo de las regiones que mantienen un cierto retraso, mantener o adaptar las infraestructuras indispensables para permitir un nuevo impulso de las regiones en decadencia o amenazadas por graves problemas de empleo, principalmente por las migraciones de la mano de obra a nivel europeo. Las regiones periféricas que tienen exigencias específicas y disponen de un potencial estructural de reequilibrio socioeconómico deben estar mejor conectadas con los centros industriales y económicos de Europa.
La Mejora de la Calidad de Vida
Favoreciendo la mejora del marco de vida cotidiano, ya se trate de la vivienda, el trabajo, la cultura o el ocio, e incluso de las relaciones en el seno de las comunidades humanas y el crecimiento del bienestar individual por la creación de empleos y de equipamientos económicos, sociales y culturales que respondan a las aspiraciones de las distintas capas de la población y aseguren, por la elección de su localización, una utilización óptima.
La Gestión Responsable de los Recursos Naturales y la Protección del Medio Ambiente
Promoviendo estrategias que permitan reducir al máximo los conflictos que surgen entre las crecientes necesidades de recursos naturales y la exigencia de su conservación, trata de asegurar una administración responsable del marco natural, de los recursos del suelo y del subsuelo, del aire y del agua, de los recursos energéticos, de la fauna y de la flora, dedicando una atención especial a las bellezas naturales y al patrimonio cultural y arquitectónico.
La Utilización Racional del Territorio
Persiguiendo los objetivos definidos anteriormente, trata en particular de controlar la implantación, la organización y el desarrollo de los grandes complejos urbanos e industriales y de las grandes infraestructuras, así como la protección de las zonas agrícolas y forestales. Esta ordenación física debe acompañarse necesariamente de una política de suelo con el fin de hacer posible la realización de objetivos de interés general.