Friedrich Nietzsche fue un filósofo alemán nacido en 1844. Si Hegel creyó que podía dar una respuesta positiva a la historia de la cultura occidental, Nietzsche representa, por el contrario, la negación despiadada. Con Nietzsche, el hombre europeo llega a una encrucijada. Si Hegel lleva a cabo una comprensión conceptual de toda la historia, Nietzsche no ve en esa historia sino un camino errado de la humanidad. Nietzsche somete todo el pasado cultural a una crítica demoledora. Tiene una oscura profecía para el futuro, es el mensajero del “nihilismo” europeo.

La Vida como Tema Central

En la filosofía de Nietzsche, el gran tema es la “vida”. Vivir está por encima de conocer. La vida ha sido hasta ahora falseada por unos valores que han proclamado la superioridad de la ciencia y de la historia. Urge, por tanto, una destrucción de tales valores, pero con el objetivo de sustituirlos por otros.

Estilo Aforístico y Metáfora

En consonancia con lo anterior, Nietzsche transforma el estilo del discurso filosófico, frente al “concepto”, la “metáfora”. Sus obras pasan a ser colecciones de aforismos.

Su estilo aforístico responde a su propia biografía, una biografía de dolor y soledad. Se puede decir que dicho estilo responde también a su enfermedad intermitente. La enfermedad confiere al ser humano la conciencia y experiencia de un extraño desdoblamiento, ofreciendo una mirada siempre fresca sobre los acontecimientos más comunes de la vida.

Etapas del Pensamiento de Nietzsche

En su obra, se distinguen tres etapas:

  • Romántica
  • Ilustrada
  • Filosofía de la mañana

Etapa Romántica: El Nacimiento de la Tragedia

El nacimiento de la tragedia es la primera formulación de la filosofía de Nietzsche. Aquí plasma su “óptica” de la vida. El problema de la obra es la definición de la esencia de lo trágico.

Lo trágico es la primera fórmula empleada por Nietzsche para expresar su experiencia del ser. La realidad es para él un antagonismo de contrarios primordiales. La vida es como una fuente eterna que constantemente produce individuaciones, y que, produciéndolas, se desgarra a sí misma. Por ello, la vida es dolor y sufrimiento, pero a la vez tiende a reintegrarse. Y esa reintegración se produce con la muerte.

En la tragedia de los griegos, descubre la antítesis entre figura y oleaje informe de la vida, entre “ser-finito” y fondo “in-finito”. A este vaivén lo denomina contraposición entre lo apolíneo y lo dionisíaco. El fenómeno contrapuesto es el “socratismo”. Con Sócrates vino al mundo la idea de que el pensamiento llega hasta los más hondos abismos del ser.

Lenguaje, Verdad y Conocimiento

En un breve escrito, Sobre la verdad y mentira en sentido extramoral (1873), aparece el problema del lenguaje y su relación con la verdad y el conocimiento. Según Nietzsche, el lenguaje surge en el hombre primitivo cuando se fijan por acuerdos determinadas designaciones válidas (las palabras) y “las leyes del lenguaje facilitan las primeras leyes de la verdad”. Ahora bien, ¿cómo se originan las palabras? En nuestra relación con las cosas. ¿Y el concepto? Cuando utilizamos las mismas palabras.

Etapa Ilustrada: Desenmascarando la Ilusión

La etapa ilustrada se inicia con un giro hacia la psicología y la antropología. En este periodo, el filósofo “desenmascara” lo que el hombre tiene por superior (religión, metafísica…), descubriendo que es una ilusión humana.

La metafísica, según Nietzsche, se le puede definir como “la ciencia que trata sobre los errores fundamentales del ser humano, pero lo hacen como si fueran verdades”. Tras esto, se esconde un deseo de consuelo, igual que tras la religión. Y de manera parecida ofrece Nietzsche una explicación psicológica del santo. Igual ocurre con la moral, que no es sino “crueldad subliminal”.

El hombre es concebido como un animal de ideas desenmascaradas. Aparece ahora la figura del “espíritu libre”, el cual representa el nacimiento de la libertad humana.

En su obra Aurora y la Gaya ciencia (1882) se proclaman la metamorfosis del santo, del artista y del sabio en “espíritu libre”. Con esta inversión de valores, las ideas básicas y centrales de la filosofía de Nietzsche están ya anunciadas como temas directores.

Filosofía de la Mañana: Así Habló Zaratustra

La tercera fase, la filosofía de la mañana, se inaugura con Así habló Zaratustra. Con ello comienza el mediodía de su pensamiento. Esto se desenvuelve en el desarrollo de los temas.

La Muerte de Dios

“La muerte de Dios” es el tema principal de la primera parte de Así habló Zaratustra. Significa el fin de todo aquello que nos representa. ¿Y qué es esto? La creencia en la existencia de una norma de lo “verdadero”, lo “bueno”, etc. La metafísica se ha apoyado en la distinción entre dos mundos, uno “verdadero” y otro sensible. Con la muerte de Dios muere toda “idealidad”.

La muerte de Dios es acogida con espanto, creando un vacío en los circundantes. Tras esta muerte, corre el peligro de un tremendo empobrecimiento del ser humano. Este es el destino de la cultura occidental.

El Superhombre

La doctrina del “superhombre” surge tras la proclamación de la suprema posibilidad humana. El superhombre es aquel que va más allá del hombre, pues renuncia a todos los sueños ultramundanos y se vuelve hacia la “tierra”. Sus símbolos son el águila y la serpiente.

En el primer discurso de Zaratustra, se presenta el paso de la autoalineación a la libertad creadora. El camello significa el hombre que se inclina ante la omnipotencia de otros (o de Dios), y se transforma en león (impulso del yo quiero) que arroja las cargas que le oprimen, siendo por último el niño quien simboliza al superhombre por su esencia de juego y de libertad.

La Voluntad de Poder

La doctrina de la “voluntad de poder” es la idea básica de la segunda parte de Así habló Zaratustra. El hombre transformado es el creador.

Esta actitud sería cortada si existiera Dios. Dios es una contradicción de la libertad humana. La libertad del hombre creador no puede ser menospreciada por Dios. El único límite es la Tierra. Nietzsche concibe la tierra como un poder creador. En su movimiento productivo es denominada “vida”, lo que es para el autor la voluntad de poder, principio cósmico de todas las cosas.

El Eterno Retorno

En el eterno retorno, el hombre creador resulta solo posible si se toma en serio el tiempo. El crear en cuanto tal está remitido a la realidad del tiempo.

Pero la idea metafísico-transmundana de Dios establece un más allá del tiempo. El tiempo queda entonces desvalorizado, al igual que la voluntad del hombre creador. Por ello, la muerte de Dios representa también para Nietzsche la afirmación del tiempo. El hecho de que cada instante de nuestra vida sea una decisión que se repetiría eternamente hace que nos tomemos en serio nuestra existencia. Los principales referentes de la cultura occidental han sido para Nietzsche sus grandes traidores (Sócrates y Platón). De entre todos ellos, solo Heráclito se salva.

Crítica a la Moral y a la Modernidad

Si las críticas a la ciencia y la religión siguen la estela abierta por la crítica a la filosofía, la crítica a la moral sí que aporta nuevos enfoques sobre los que merece la pena detenerse.

La crítica a la filosofía y a la moral es un ataque a la modernidad. Por ello, es necesario desenmascarar la cultura, tarea que convierte a Nietzsche, Marx y Freud en unos de los maestros de la sospecha.