Las Dos Objeciones a la Existencia de Dios

El problema filosófico que aborda Tomás de Aquino en este texto es el de mostrar dos objeciones que niegan la existencia de Dios y las analiza con el objetivo de refutarlas para así demostrar racionalmente que Dios existe, conciliando la fe y la razón.

  1. Primera Objeción (Ateísmo):

    1. La primera objeción sostiene que, si Dios es concebido como el bien absoluto e infinito, no debería existir el mal en el mundo, ya que lo infinito anula a su contrario. Sin embargo, como el mal existe, se concluye que Dios no puede existir.
    2. El argumento empleado se fundamenta en una contradicción lógica entre la idea de un Dios infinito y perfecto y la existencia del mal en el mundo.
  2. Segunda Objeción (Agnosticismo):

    1. Por otra parte, la segunda objeción afirma que todo lo que existe tiene una explicación o principio suficiente. Es decir, la naturaleza explica lo natural y la razón humana lo intencionado. Por tanto, no habría necesidad de postular la existencia de Dios como principio explicativo adicional.
    2. El argumento empleado es el del principio de economía (razonamiento similar al de la navaja de Ockham) que sugiere que no debe admitirse una causa adicional si las existentes son suficientes.

Finalmente, frente a estas objeciones, alude a la Palabra de Dios en la afirmación bíblica del Éxodo 3:14: “Yo existo”. Ésta goza de la cualidad de la inerrancia1, afirma taxativamente2 que Dios existe. La problemática se sitúa en el núcleo de su pensamiento: la reconciliación de la fe cristiana con la filosofía aristotélica. Este texto pertenece a la teología racional (metafísica), a la reflexión sobre la existencia de Dios que trata en su obra *Summa Theologiae* donde presenta las famosas *cinco vías* como demostraciones racionales de la existencia de Dios.

Para Tomás de Aquino, Dios es el ser necesario, absoluto y perfecto, causa primera y fundamento de todo lo que existe. Es el acto puro de ser (*ipsum esse subsistens*), sin potencialidad ni cambio. Además, Dios es el bien supremo y el motor inmóvil que explica la existencia y el movimiento en el universo.


Segunda Vía: La Causa Eficiente

El problema filosófico que aborda Tomás de Aquino en este texto es la demostración *a posteriori* de la existencia de Dios, específicamente mediante la segunda de sus “cinco vías”, basada en la causa eficiente de raíz platónico-aristotélica. Se plantea la cuestión de si es posible un orden infinito de causas o si debe existir una primera causa que explique la existencia de todas las demás. Es una vía dinámica.

La tesis principal expuesta es que debe existir una causa eficiente primera, no causada por otra, que explique el orden de las causas y efectos en el mundo, y esta causa es Dios. Las ideas que lo argumentan son las siguientes:

  1. Hay un orden de las causas eficientes, pues se observa que en el mundo sensible existe un orden de causas eficientes, donde algo es causa de otro y así sucesivamente.
  2. Es imposible que una causa eficiente se cause a sí misma. Nada puede ser causa de sí mismo porque esto implicaría que sería anterior a sí mismo, lo cual es contradictorio e imposible.
  3. Se rechaza una regresión infinita, pues no es posible que el orden de las causas eficientes sea infinito, ya que, si no hubiera una causa eficiente primera, no existiría ningún efecto posterior. Por lo tanto, se necesita admitir la existencia de una causa eficiente primera que no sea causada por otra y que origine todo lo demás. Esta causa primera es Dios, identificado como el fundamento último del orden causal en el universo.

Este texto se enmarca en la teología natural de Tomás de Aquino, cuyo objetivo es reconciliar la fe cristiana con la razón filosófica, combinando la observación empírica del mundo sensible (la cadena de causas y efectos) con un análisis racional para demostrar la existencia de Dios. La segunda vía se sitúa en el núcleo de su metafísica, integrando la tradición aristotélica con el pensamiento cristiano. Aquí, Dios se presenta como la causa eficiente primera, necesaria para explicar el orden y la existencia del universo.

Causa eficiente: En la filosofía de Tomás de Aquino, basada en Aristóteles, la causa eficiente es aquella que produce un cambio o efecto en algo. Es la causa que pone en marcha el proceso que conduce al efecto. Por ejemplo, el carpintero es la causa eficiente de la mesa que fabrica.

Si se quita la causa, desaparece el efecto: Esta frase significa que todo efecto depende de una causa previa. Si no existe la causa inicial, el efecto no puede producirse, lo que enfatiza la necesidad de un origen en toda cadena causal.


Refutaciones a las Objeciones sobre la Existencia de Dios

Los problemas filosóficos que aborda Tomás de Aquino en este fragmento son dos:

  1. La primera trata sobre la conciliación entre la existencia de Dios y la presencia del mal en el mundo.
  2. La segunda trata sobre la necesidad de reducir toda causalidad natural y humana a un principio superior, inmutable y necesario: Dios.

Estas refutaciones constituyen la respuesta a las objeciones planteadas en la cuestión de la demostración de la existencia de Dios en la *Suma Teológica*.

Las tesis principales son:

  1. Dios permite el mal, pero para sacar de él un bien mayor.
  2. Todas las causas naturales y humanas deben reducirse a una causa superior, necesaria e inmutable, que es Dios.

En la primera respuesta (el problema del mal), Aquino retoma la reflexión de San Agustín en el *Enchiridion*, donde se afirma que Dios, como bien sumo, permite la existencia del mal para sacar de él un bien mayor. Esta idea se vincula con la providencia divina, según la cual Dios ordena todo, incluso el mal, hacia un propósito superior que puede ser incomprensible desde la perspectiva humana.

En la segunda respuesta (la reducción de causas), Aquino sostiene que el mundo natural es teleológico (tiene una finalidad) y exige una inteligencia ordenadora. Dios es la causa primera de ese orden, tal como se deduce de la quinta vía. Además, Aquino afirma que el mundo humano, al ser contingente, remite a una causa necesaria, tal y como se expuso en la tercera vía.

La problemática del texto se sitúa dentro de la teología natural y del proyecto escolástico de Tomás de Aquino, cuyo objetivo es conciliar la fe cristiana con la filosofía aristotélica para demostrar la existencia de Dios, la cual no es evidente para la razón humana. Aquí, el enfoque se centra en el problema del mal y la metafísica de la causalidad.

Del mal sacará un bien: Esta frase indica que Dios, por su infinita bondad y omnipotencia, puede transformar el mal en un medio para lograr un bien mayor. Por ejemplo, las pruebas y adversidades pueden llevar a la virtud o al fortalecimiento espiritual.

Reducirlo a algún primer principio inmutable y absolutamente necesario: Aquí, “reducir” significa rastrear la causa última de las cosas. Todo lo contingente y cambiante debe tener su origen en un ser necesario e inmutable, que es Dios.