Explorando la Vegetación y Dinámica Demográfica de España
Vegetación y Clima en España: Un Recorrido por sus Ecosistemas
La Región Macaronésica corresponde a las Islas Canarias, donde predomina un clima subtropical con temperaturas cálidas durante todo el año y precipitaciones bajas. La vegetación está organizada en pisos altitudinales debido a las variaciones del relieve.
Pisos Altitudinales en Canarias
- Piso Basal: Hasta 400 metros de altitud, predominan matorrales xerófilos como el cardón y la tabaiba.
- Piso Intermedio: Hasta 800 metros, se encuentran especies endémicas como el drago y la palmera canaria.
- Piso Montano Termocanario: Hasta 1.400 metros, se desarrolla el bosque de laurisilva y fayal-brezal.
- Piso Montano Mesocanario: Hasta 2.000 metros, predomina el pino canario.
- Piso de Altas Cumbres: Por encima de los 2.000 metros, se encuentran matorrales de alta montaña y especies herbáceas endémicas como la violeta del Teide.
Vegetación de Montaña
En las zonas de montaña, la vegetación también se organiza en pisos altitudinales:
- Hasta los 1.000 metros se conserva la vegetación de las regiones colindantes.
- Entre los 1.000 y 2.200 metros aparecen bosques caducifolios y pinares.
- A mayor altitud, hasta los 3.000 metros, predominan prados alpinos.
- Por encima de esta cota, especies rupícolas como musgos y líquenes.
Bosque de Ribera
En las riberas de los ríos existen unas condiciones de humedad constante que favorecen la formación del bosque de ribera, formado por especies caducifolias e hidrófilas como los alisos, sauces, chopos, álamos, fresnos y olmos.
Impacto Humano y Medio Ambiente en España
Hasta la época romana, los bosques experimentaron pocas alteraciones. Sin embargo, la romanización transformó grandes áreas, convirtiendo bosques en tierras agrícolas para cultivar cereales, vinos y aceite para abastecer a Roma. Durante la Reconquista, la cubierta vegetal disminuyó debido a la expansión agrícola y ganadera. En la Edad Moderna, los bosques se talaron para la armada, uso doméstico y cultivos. En el siglo XIX, la desamortización provocó una gran deforestación con graves consecuencias medioambientales. Durante la Guerra Civil, se iniciaron repoblaciones forestales con pinos y eucaliptos, especies no autóctonas que, al afectar los ecosistemas y el suelo, dificultaron el desarrollo de especies locales y alteraron el equilibrio biogeográfico. En los últimos años, la repoblación se centra en especies autóctonas, siguiendo directrices medioambientales de las administraciones y la Unión Europea.
En España, ha aumentado la preocupación por el deterioro ambiental, buscando una relación más armónica entre la sociedad y su entorno, en línea con la filosofía de desarrollo sostenible, que asegura el uso responsable de los recursos naturales para las futuras generaciones.
Contaminación en España
La contaminación en España incluye residuos urbanos e industriales, aguas residuales que afectan ríos y manantiales, emisiones de la industria y transporte que dañan la atmósfera, ruido urbano excesivo y vertidos contaminantes en las aguas marinas. Los impactos ambientales son producidos por el uso inadecuado del medio y la extracción de sus recursos.
Para combatir la contaminación, es crucial aumentar la concienciación ciudadana y administrativa. Se deben promover acciones como la depuración de aguas residuales, la recogida selectiva, el reciclaje, el uso de energías renovables, la limitación de CFC y el uso de vehículos no contaminantes. Las actividades extractivas, la agricultura, los incendios forestales y el desarrollo urbano desordenado degradan el litoral español, causando deforestación y erosión.
Dinámica Demográfica en España
La Transición Demográfica Española
La Transición Demográfica es el cambio de un modelo demográfico antiguo, caracterizado por altas tasas de natalidad y mortalidad, a un modelo moderno con tasas de natalidad y mortalidad bajas y un crecimiento vegetativo bajo o negativo debido al envejecimiento de la población. Este cambio comenzó con la industrialización en el siglo XVIII, pero en España se retrasó debido al fracaso de su proceso industrial, iniciándose a mediados del siglo XIX con la disminución de las tasas de mortalidad gracias al avance en transportes y medidas higiénico-sanitarias. Esto provocó un aumento del crecimiento vegetativo.
A principios del siglo XX, la natalidad comenzó a descender, pero de manera gradual, lo que permitió mantener altas tasas de crecimiento vegetativo hasta la década de 1970, cuando España entró en el modelo moderno. La inmigración desde 1996 ayudó a rejuvenecer la población y aumentó la natalidad, pero la crisis de 2008 detuvo este proceso, llevando a España a tasas de crecimiento vegetativo negativas.
Natalidad en España
A lo largo del siglo XX, España experimentó una disminución progresiva de la natalidad, alcanzando una Tasa Bruta de Natalidad de 8.41 ‰ en 2017. Esto se debió a cambios sociales y culturales, como la percepción de los hijos como una carga económica, la incorporación de la mujer al ámbito educativo y laboral, la legalización de métodos anticonceptivos tras 1975 y la pérdida de la relación entre matrimonio y maternidad. También influyó la inestabilidad económica, con altos niveles de paro juvenil que retrasaron y limitaron el acceso a la maternidad.
El Índice Sintético de Fecundidad (ISF) descendió hasta 1.32 en 2014, lejos de la tasa de reposición de 2.1. Aunque el ISF mejoró a partir de 1996 debido a la inmigración, la crisis económica de 2008 detuvo y revirtió esta recuperación debido al deterioro de las condiciones socio-laborales y la reducción de la inmigración.
Mortalidad en España
La mortalidad en España ha disminuido desde mediados del siglo XIX gracias a mejoras en alimentación, sanidad e higiene. Sin embargo, aumentó ligeramente a finales del siglo XX debido al envejecimiento de la población, con una excepción entre 1996 y 2008, cuando la inmigración contribuyó al rejuvenecimiento poblacional. Las principales causas de muerte son enfermedades cardiovasculares y cáncer, comunes en países desarrollados. La tasa de mortalidad infantil es inferior al 4 ‰ y la esperanza de vida ha aumentado de alrededor de 40 años a principios del siglo XX a 83 años en 2014 (85.7 años en mujeres y 80.2 en hombres). En 2017, la Tasa Bruta de Mortalidad fue del 9.07 ‰, con grandes diferencias regionales, siendo más baja en las comunidades jóvenes del Sur y Madrid, y más alta en las envejecidas del Noroeste.
Nupcialidad en España
La nupcialidad en España ha sufrido cambios importantes en los últimos años, debido a una reducción progresiva de la Tasa de Nupcialidad, el acceso más tardío al matrimonio y a un aumento en su diversidad (civil, múltiples confesiones religiosas, uniones de hecho, matrimonio homosexual).
Densidad de Población
1(a): a) Zamora, Cáceres, Soria, Cuenca, Teruel y Huesca
b) La gran mayoría de las provincias del interior tienen densidades bajas (de 25 a 50 hab/Km2) o muy bajas (menos de 25 hab/Km2), muy inferiores a la densidad media nacional (92 hab/Km2). Con la excepción de Madrid, Sevilla, Valladolid y las provincias del eje del Valle de Ebro.
Por el contrario, las provincias de la periferia tienen mayoritariamente densidades elevadas (de 100 a 200) o muy elevadas (más de 200), claramente superiores a la media nacional. Solo Lugo, Asturias, Almería y Granada tienen cifras inferiores a 100.
2(n): Islas Baleares, Región de Murcia, Andalucía, Madrid, Islas Canarias, Ceuta y Melilla