Ciudades y Salud: Un Enfoque Integral para el Bienestar Urbano

La Ciudad como Entorno para la Vida

Las ciudades han experimentado un desarrollo acelerado a lo largo de la historia. En el último siglo, se ha producido una migración masiva de la población mundial desde el medio rural hacia las áreas urbanas, impulsada por factores como conflictos bélicos, epidemias, y el avance tecnológico e industrial.

Si bien las ciudades pueden ofrecer oportunidades para mejorar el bienestar de *algunas* personas, también generan desafíos como el **estrés**, la **inseguridad laboral** y el **desempleo**.

En muchas ciudades contemporáneas, se observa una nueva configuración geográfica influenciada por la **especulación del suelo** y las demandas de la infraestructura automovilística, lo que a menudo resulta en la marginación de las personas.

La definición clásica de ciudad de Isidoro de Sevilla (siglo VII), que la describía como un equilibrio entre *urbs* (entorno físico) y *civitas* (actividad social), parece no reflejar la realidad actual.

Interacciones entre Salud, Medio Ambiente y Desarrollo

Ya en el siglo XIX, surgieron preocupaciones sobre los riesgos para la salud pública derivados de la rápida industrialización.

En 1844, en Inglaterra, la “Asociación para la Salud de las Ciudades” buscaba impulsar reformas en la legislación británica.

Los estudios de esta asociación dieron origen a la “Idea Sanitaria”, que atribuía la propagación de enfermedades epidémicas a factores como el **hacinamiento**, el **saneamiento deficiente** y la **falta de acceso a agua potable y alimentos seguros**.

Para abordar estos problemas, se propusieron medidas como estándares de vivienda, regulaciones higiénicas, pavimentación de calles y sistemas de suministro de agua y gestión de residuos financiados con fondos públicos.

El impacto positivo en la salud pública se evidenció en un período relativamente corto.

En la actualidad, la calidad de vida ha mejorado significativamente en comparación con hace 150 años: mayor esperanza de vida, mejor nutrición, mejores condiciones laborales, avances tecnológicos en comunicaciones y mayor disponibilidad de bienes de consumo. Sin embargo, no todas las personas tienen acceso equitativo a estos beneficios.

Los **estilos de vida poco saludables**, la **contaminación**, el **desempleo**, la **pobreza** y el **aislamiento social** son algunos de los efectos adversos de las sociedades modernas.

En los últimos años, se ha observado una reducción en el gasto público destinado a infraestructuras, servicios públicos y programas sociales, lo que ha exacerbado las desigualdades sociales.

Aunque estos problemas no son exclusivos de los entornos urbanos, se manifiestan con mayor intensidad y gravedad en ellos.

Las grandes ciudades actuales generan una alta demanda de agua, energía y otros recursos, lo que impacta negativamente en el medio ambiente y la salud de la población.

A pesar de que estos desafíos no son nuevos, solo recientemente se ha comenzado a promover el concepto de **desarrollo sostenible**.

Considerar la ciudad como un ecosistema, aunque dinámico y abierto, implica la necesidad de preservar sus recursos y asegurar que la actividad humana no los comprometa.

El enfoque político más reciente, promovido por organizaciones internacionales, define el desarrollo sostenible en términos de **desarrollo humano**.

El enfoque social se centra en combatir la exclusión y evalúa la sostenibilidad del ecosistema en función del grado de cohesión social y su evolución.

El enfoque económico enfatiza la necesidad de integrar la economía y el medio ambiente, incorporando los efectos ambientales en las decisiones económicas.

La combinación de medidas integrales para la gestión de recursos y el medio ambiente constituye la base del desarrollo sostenible.

Promoción de la Salud en la Ciudad: El Proyecto Ciudades Sanas

El enfoque de “Ciudades Sanas” fomenta la acción colectiva, involucrando a todos los sectores sociales y a la ciudadanía en la búsqueda conjunta de la salud.

A mediados de los años ochenta, surgieron iniciativas como “Salud para Todos”.

Se establecieron comités de salud y se realizaron estudios e informes orientados a la promoción de la salud. Sin embargo, estas iniciativas enfrentaron dificultades relacionadas con las prácticas preventivas, la detección temprana y la educación para la salud en grupos específicos.

La idea de “Ciudades Sanas” surgió por primera vez en 1986 en Toronto, donde el informe Lalonde había influido significativamente en la salud pública canadiense.

L. Duhl, en el congreso “Más allá de la asistencia sanitaria”, propuso la idea de “Ciudades Sanas” como una síntesis entre el enfoque holístico y ecológico de la salud y la estrategia de “Salud para Todos” de la **Organización Mundial de la Salud (OMS)**.

Según Duhl, una ciudad sana debe cumplir los siguientes requisitos:

  • Responder de manera apropiada y efectiva a las necesidades de desarrollo urbano:
    • Cubrir las necesidades básicas.
    • Considerar las necesidades estéticas y funcionales.
    • Establecer medios de comunicación interna para el flujo de alimentos, dinero, ideas, personas y valores.
    • Respetar la capacidad de regeneración del medio ambiente.
  • Afrontar las crisis en su sistema y en sus miembros:
    • Adaptarse a los cambios y afrontar las consecuencias.
  • Ser utilizada por todas las personas y grupos:
    • Responder a las necesidades especiales de todos sus habitantes.
    • Educar a sus miembros para que sean autónomos y solidarios.

En el pasado, muchas de las intervenciones técnicas que se realizaron en las ciudades…