La Segunda República Española (1931-1936)

Las elecciones fijadas el 12 de abril de 1931 fueron presentadas por los partidos de la oposición como un referéndum a favor o en contra de la monarquía. El 14 de abril se proclama la República en Éibar. Ante la nueva situación, Alfonso XIII se marchó al exilio.

El comité revolucionario se constituyó en gobierno provisional, en el que participaron, entre otros, Largo Caballero (PSOE), Indalecio Prieto (PSOE), Manuel Azaña (AR), Alejandro Lerroux (PR) y Niceto Alcalá Zamora (DLR). El gobierno recién constituido convocó elecciones a Cortes constituyentes para el 28 de junio. Hasta entonces, tuvo que hacer frente a una serie de conflictos:

  • La proclamación de la República Catalana independiente por Maçiá la misma tarde del 14 de abril.
  • La fidelidad de los mandos militares.
  • La oposición de la jerarquía católica.

Las elecciones dieron la mayoría a la coalición gubernamental, sobre todo de las situadas más a su izquierda (PSOE y PRS). Las Cortes nombraron una comisión constitucional encargada de elaborar un proyecto de constitución, cuya redacción definitiva es objeto de nuestro comentario.

Aprobada la Constitución, se acordó la continuidad de las Cortes constituyentes, así como la elevación a la presidencia de la República de Niceto Alcalá Zamora, asumiendo Azaña la presidencia del gobierno. Esta coalición se mantuvo en pie hasta septiembre de 1933; fue el gobierno más estable de la República, y es el responsable de las principales reformas de todo el régimen: la del ejército, la elaboración de los Estatutos de Autonomía, la educativa y la agraria, así como el establecimiento de un nuevo marco de relaciones con la Iglesia, al objeto de limitar su influencia y secularizar la vida social.

Las reformas polarizaron la vida política española y el régimen republicano topó con la resistencia y la oposición de sectores directamente afectados como la Iglesia y grandes propietarios, que se organizaron entorno a la CEDA, así como alrededor de grupos de clara vocación conspirativa, tales fueron Renovación Española (ultramonárquicos, dirigidos por Calvo Sotelo), Comunión Tradicionalista, JONS y FE (Primo de Rivera), grupúsculos estos últimos de corte nacionalsocialista y fascista. Por otro lado, el desencanto ante la lentitud e insuficiencia de algunas de las reformas, alentada por la incidencia del paro, explican la oleada de conflictividad dirigida por la CNT – FAI y la Federación de Trabajadores de la Tierra. Arnero, Castilblanco y Casas Viejas son sucesos importantes.

A lo largo de 1933 se fue haciendo cada vez más evidente la crisis de la coalición republicano-socialista. Alcalá Zamora, en uso de su autoridad constitucional, forzó la dimisión de Azaña (septiembre). Tras dos gobiernos de transición, se disolvieron las Cortes y se convocaron elecciones.

La derecha concurrió unida, la Unión de Derechas, y obtuvo un éxito indiscutible compartido con el centro representado por el Partido Radical. Alcalá Zamora, en el ejercicio de su función moderadora, llamó a Lerroux a formar gobierno, tratando de evitar un mayor desplazamiento hacia la derecha.

El nuevo gobierno presidido por Lerroux inició su mandato con la paralización de las reformas del bienio social – azañista. Este giro conservador tuvo como consecuencia la radicalización del PSOE y la UGT. La proliferación de huelgas y conflictos llevaron a la CEDA a endurecer su posición, exigiendo a Lerroux su participación en el gobierno.

La izquierda interpretó la entrada de la CEDA en el gobierno como un camino abierto hacia el fascismo y la reacción no se hizo esperar. En octubre de 1934, la UGT promovió huelgas generales en las grandes ciudades, pero contó con escasa participación de la CNT. Fracasó por la falta de coordinación del movimiento y por la respuesta del estado de guerra. A pesar de ello, el movimiento tuvo un amplio seguimiento en Asturias y Cataluña. En Asturias, los mineros protagonizaron una revolución social. En Cataluña, Companys proclamó la República catalana. Se suspendió la autonomía catalana y se detuvo a Azaña, también a Largo Caballero. En total, se encarcelaron a 30.000 personas.

A consecuencia de la revolución de octubre, la CEDA aumentó su influencia en el gobierno, tal fue el caso de la presentación de un anteproyecto para modificar la Constitución presentado en julio de 1935.

En otoño se inició una crisis de gobierno provocada por la falta de entendimiento entre Alcalá Zamora y Lerroux y una serie de escándalos que afectaron al Partido Radical. La falta de mayoría parlamentaria obligó finalmente al presidente de la República a convocar elecciones para febrero de 1936.

A éstas, las izquierdas acudieron unificadas en forma de coalición, el Frente Popular, presidida por Francisco Largo Caballero. Los partidos de derecha y centro obtuvieron el 53%, mientras que el FP, el 47%.

El triunfo electoral comportó la reorganización de la República. En abril, las Cortes votaron la destitución del presidente de la República Alcalá Zamora. Manuel Azaña era elegido nuevo presidente, que encargaba a Santiago Casares Quiroga la formación de gobierno. Rápidamente se puso en marcha el programa pactado en la coalición electoral: se decretó la amnistía a unos 30.000 presos políticos; se restableció la autonomía catalana; se reanudó el proceso reformista y se trasladó a otros destinos a los generales más proclives al golpismo.

Los sectores conservadores reaccionaron negativamente a los proyectos reformadores. La Falange Española fomentó el clima de violencia. Enfrente se situaron la CNT, PCE y los socialistas largocaballeristas.

En marzo, un grupo de generales, Franco, Mola, Varela… habían urdido un alzamiento al objeto de restablecer el orden. El jefe de la conspiración era Mola. Su plan consistía en un pronunciamiento simultáneo en todas las guarniciones militares posibles disponiendo al ejército de África como reserva. La conspiración contaba con el apoyo de las fuerzas políticas más derechistas: CEDA, Renovación Española, Comunión Tradicionalista, FE y de las JONS. El asesinato de Calvo Sotelo (por Guardias de asalto como respuesta al asesinato del teniente Castillo), precipitó la sublevación que se inició en Marruecos el día 17.


Glosario

República democrática: Régimen político en el que el jefe del estado ocupa su cargo por elección popular. El republicanismo democrático se basa en la defensa de un régimen constitucional con división de los poderes y el reconocimiento expreso de la soberanía popular.

Congreso de los diputados: Asamblea de representantes de un país en quien reside el poder legislativo. Las cortes republicanas se presentaron bajo la modalidad unicameral (congreso de los diputados), rompiendo así el tradicional bicameralismo de las constituciones de 1845, 1869 y 1876. Además de una amplia capacidad legislativa, disfrutaron del control político sobre el gobierno e incluso podían destituir al presidente de la república. La constitución preveía su renovación cada cuatro años.

Sufragio universal: Ejercicio del derecho al voto. Frente al censitario, fórmula que permite el voto sólo a los ciudadanos que disponen de rentas y bienes y contribuyen fiscalmente, el sufragio universal da derecho a voto a todos los ciudadanos, con los requisitos de edad y nacionalidad. La constitución de 1931 reconocerá expresamente el sufragio femenino, aunque habrá que esperar a noviembre de 1933 para que este se hiciera efectivo por primera vez.