El Método Cartesiano: Fundamentos y Aplicación en la Filosofía Moderna
Introducción al Pensamiento de Descartes
El texto que comentamos pertenece al Discurso del Método, la obra más célebre de René Descartes. Este libro, de carácter autobiográfico, fue publicado originalmente en francés en 1637. Inicialmente concebido como prólogo a una obra científica, alcanzó tal renombre que fue editado de forma independiente.
Contexto Filosófico y Problemática del Método
El fragmento aborda un problema filosófico de carácter epistemológico: la búsqueda de un método universalmente válido para todos los saberes. La preocupación por el método adecuado para obtener un conocimiento con garantías es una constante del pensamiento moderno y el punto de partida del sistema filosófico de Descartes. En esta tarea, Descartes se enfrenta explícitamente a la escolástica y al escepticismo. Formado en un colegio jesuita, Descartes conoció la nueva escolástica del siglo anterior, pero criticó sus métodos, basados principalmente en la lógica silogística.
Este problema también fue abordado en la época por Francis Bacon y Galileo Galilei, cuyas reflexiones influyeron en las de Descartes.
Se trata, por lo tanto, de un problema fundamental en la filosofía moderna y constituye el objetivo central de la obra cartesiana.
Las Cuatro Reglas del Método Cartesiano
El fragmento pertenece a la segunda parte del Discurso del Método, donde Descartes desarrolla las cuatro reglas del método, inspirándose en las matemáticas y distanciándose de la escolástica y la multiplicidad de principios de la lógica.
Naturaleza Formal del Método
Descartes reflexiona sobre la naturaleza formal del método, proponiendo un criterio de “elegancia científica”: el método debe tener el menor número posible de reglas, claras y concisas. Compara esta idea con la legislación estatal, argumentando que es preferible un gobierno con pocas reglas que se cumplan, a muchas normas que no se respeten. También critica el método de la lógica por su excesiva cantidad de reglas, que, según Descartes, sirven para exponer verdades conocidas, pero no para descubrir nuevas verdades. Descartes aboga por un método conciso y sencillo, similar al de las matemáticas, para construir una filosofía clara y sencilla, basada en pocos principios, en contraste con la gran cantidad de principios lógicos.
Desarrollo de las Reglas
- Regla de la Evidencia: Se refiere a la duda metódica. Solo se admitirá como verdadero aquello que se presente “clara y distintamente” al espíritu. La verdad reside en la percepción subjetiva de la evidencia, una perspectiva moderna y subjetivista. La verdad se manifiesta a una conciencia, no es algo externo como pensaban Platón y la tradición antigua y medieval. Esta regla implica que la experiencia no es fundamental para alcanzar la verdad, un punto que será rebatido por el empirismo.
- Regla del Análisis: Consiste en descomponer un problema en sus partes constituyentes. El objetivo es obtener ideas claras y distintas de cada parte, buscando una intuición “pura”, conceptual y separada de la experiencia sensible. Por ejemplo, en física, Descartes proponía descomponer los fenómenos en figuras geométricas, puntos y líneas para comprenderlos. No se trata de partes de la experiencia, sino de modelos matemáticos que explican los fenómenos.
- Regla de la Síntesis: Reconstrucción deductiva del fenómeno a partir de las partes obtenidas en el análisis. Se toman las ideas claras y distintas como principios y, mediante la deducción, se extraen consecuencias que explican el fenómeno. A diferencia del silogismo, la deducción cartesiana permite descubrir nuevas verdades al revelar las relaciones entre las partes (ideas claras y distintas). Es similar a desmontar un reloj: comprendemos su funcionamiento al volver a montarlo y lograr que funcione.
- Regla de la Enumeración: Recomienda repasar todo el proceso, sin introducir nada nuevo. Aunque Descartes realizó experimentos en sus estudios de física, estos no tienen un papel formal en las reglas de su método.
Las reglas segunda y tercera corresponden al procedimiento axiomático de las matemáticas.
El Racionalismo Cartesiano y la Búsqueda de la Certeza
Descartes es el fundador de la Filosofía Moderna y principal pensador del Racionalismo, corriente que considera a la razón como la única fuente de conocimiento verdadero, en contraposición a los sentidos.
Su objetivo fundamental fue alcanzar la verdad filosófica mediante el uso de la razón. No buscaba una multiplicidad de verdades aisladas, sino un fundamento seguro, un sistema de verdades interconectadas: partiendo de verdades evidentes, se podrían deducir otras verdades implícitas. El edificio del saber sería así inmune al escepticismo defendido por Montaigne en su época.
De ahí la necesidad de un método que garantizara no dar pasos en falso en la búsqueda de la sabiduría. Descartes concibe el método como un camino recto, el camino que debe seguir el pensamiento en la búsqueda de la verdad.
Para Descartes, el ideal de certeza está estrechamente ligado al modelo matemático. El saber es el conocimiento de la verdad. Verdad, para Descartes, es igual a certeza, y esta es la imposibilidad de dudar; por lo tanto, el saber es “no poder dudar de”. Solo en la aritmética y la geometría se procede de este modo: no dando por verdadero más que aquello que es evidente. Considera que la única posibilidad de construir una filosofía universalmente válida es siguiendo el método matemático.
Aplicación del Método: La Duda Metódica y la Moral Provisional
Descartes aplica rigurosamente su método, respetando las reglas que él mismo estableció. La primera aplicación es la regla de la evidencia, a través de la duda metódica: poner en duda, de forma racional y ordenada, la totalidad de lo real para encontrar aquello que no pueda ser cuestionado.
Descartes excluye la moral de esta duda universal para evitar justificar acciones malvadas en la búsqueda de la verdad. Establece preceptos o normas de la moral provisional, que planeaba revisar metódicamente una vez justificado el conocimiento teórico, algo que no pudo completar debido a su muerte prematura.
Etapas de la Duda Metódica
- Duda de los sentidos: Los sentidos a veces nos engañan (ilusiones ópticas, espejismos, etc.), por lo que no podemos afirmar que muestren la realidad de manera evidente.
- Duda de la existencia de la realidad: Plantea la posibilidad de que la vida sea un sueño, ya que a veces no distinguimos entre sueño y vigilia.
- Hipótesis del Genio Maligno (en las Meditaciones Metafísicas): Supone la existencia de un ser poderoso y malvado que nos puede hacer creer que estamos en la verdad cuando no lo estamos, incluso en cuestiones matemáticas básicas.
Estas hipótesis llevan la duda al extremo hasta que Descartes establece que el propio proceso de dudar es lo único indudable. Esta es la primera verdad evidente: “porque dudo sé que pienso y porque pienso sé que soy”, resumido en su máxima: “Pienso, luego existo” (Cogito, ergo sum).