El Fascismo Italiano: Orígenes, Ascenso al Poder y Régimen Totalitario
Italia Fascista: De la Crisis del Régimen Liberal al Poder Totalitario
La Crisis del Régimen Liberal en Italia Tras la Primera Guerra Mundial
Al finalizar la Primera Guerra Mundial, Italia enfrentó graves consecuencias sociales y económicas. El desempleo afectó a dos millones de personas y la inflación se disparó. La emigración masiva, iniciada a principios de siglo, continuó. Los trabajadores respondieron con numerosas huelgas, mientras que muchos agricultores, en un contexto de poca claridad en la distribución de tierras, se levantaron y ocuparon latifundios entre 1919 y 1920. Estas huelgas y tendencias revolucionarias se extendieron, incluyendo la ocupación de fábricas.
La guerra también provocó una crisis en la monarquía y el sistema parlamentario liberal tradicional. El Partido Socialista Italiano no logró unir a las masas trabajadoras debido a desacuerdos internos. En 1921, se fundó el Partido Comunista Italiano. La frustración por los resultados de la Primera Guerra Mundial alimentó el descontento nacionalista.
El Ascenso del Fascismo al Poder
Benito Mussolini fue el creador del fascismo. Inicialmente, como líder de las tendencias radicales del Partido Socialista, evolucionó hacia un nacionalismo extremo. En 1919, fundó en Milán los Fasci Italiani di Combattimento, grupos de choque ultranacionalistas que defendían las demandas nacionales.
Los fascistas, con un programa inicialmente revolucionario y socialista, eran un partido minoritario en 1920. Sin embargo, la desconfianza de los italianos en el régimen parlamentario creció, y Mussolini vio la necesidad de obtener apoyo social para fortalecer el movimiento fascista. Cambió de táctica: por un lado, preparó al fascismo para la lucha, ignorando al parlamento. En 1921, la organización Fasci se transformó en el Partido Nacional Fascista. Por otro lado, reprimió a las organizaciones de trabajadores y agricultores.
En agosto de 1922, una huelga general socialista fue contrarrestada con violencia por los fascistas, lo que fortaleció el poder de Mussolini. En octubre de 1922, los escuadristas organizaron la Marcha sobre Roma, exigiendo al menos seis ministros fascistas en el gobierno. Aunque las fuerzas del Estado podrían haber detenido a los fascistas, el rey Víctor Manuel III tuvo una responsabilidad directa en el desenlace. El 29 de octubre, el rey envió un telegrama a Mussolini, pidiéndole que formara gobierno.
El Periodo Parlamentario (1922-1925)
Inicialmente, Mussolini, como primer ministro, pareció respetar el régimen liberal. Formó un gobierno de coalición con fascistas, liberales y conservadores. En las elecciones de 1924, los fascistas obtuvieron el 64% de los votos. Sin embargo, ese mismo año, el asesinato del diputado socialista Matteotti por un grupo fascista provocó una grave crisis. El Congreso pidió la invalidación de los resultados electorales. En respuesta, los socialistas abandonaron el parlamento, y Mussolini respondió con fuerza.
La Dictadura Fascista (1925-1939)
Entre 1925 y 1926, Mussolini, sin oposición, estableció las leyes fascistísimas. Los partidos políticos y sindicatos de trabajadores fueron destruidos, y se instauró la censura de prensa. Mussolini concentró todo el poder, y el rey quedó relegado a un papel simbólico. Se estableció un régimen totalitario de partido único, el Partido Nacional Fascista.
En 1929, se firmaron los Pactos de Letrán con la Iglesia Católica, consolidando el apoyo al régimen.
Características del Régimen Fascista
- 1) Adoctrinamiento y Control Social: El estado fascista buscaba controlar la mentalidad y las acciones de la población. Se puso especial énfasis en el adoctrinamiento de los jóvenes a través de la educación y organizaciones juveniles controladas por el partido. Las mujeres fueron relegadas al ámbito doméstico, y por ley, recibían salarios más bajos. Los medios de comunicación y la cultura fueron completamente controlados por Mussolini.
- 2) Intervencionismo y Corporativismo Económico: En política económica y laboral, el fascismo adoptó el sistema corporativista. Se buscaba organizar la economía y controlar la sociedad bajo el principio de cooperación entre clases, eliminando el conflicto social. Sin embargo, este sistema era solo una apariencia. Los sindicatos fascistas eran los únicos aceptados, y la huelga era ilegal, según la Carta del Trabajo.
Inicialmente, el fascismo aplicó políticas económicas liberales, beneficiando a las grandes empresas. Pero a partir de 1925, las políticas intervencionistas se intensificaron, especialmente después de la crisis de 1929. El Estado intervino cada vez más en la economía, promoviendo la autarquía. A partir de 1936, se estableció una verdadera economía de guerra.