La conquista musulmana de la Península Ibérica
AL-ÁNDALUS: CONQUISTA MUSULMANA DE LA PENÍNSULA. EMIRATO Y CALIFATO DE CÓRDOBA
La presencia musulmana se debió a la crisis de la monarquía visigoda y el movimiento expansivo del islam. Musa, gobernador de la región musulmana del norte de África, envió una expedición dirigida por Tariq para emprender la conquista. El enfrentamiento decisivo se produce en la batalla de Guadalete (711). En poco tiempo se conquisto casi toda Península (712-714), debido al desinterés de la población por defender la monarquía visigoda (40.000 musulmanes frente a 4 millones de hispano visigodos). La ocupación se efectuó mediante dos sistemas:
- La rendición incondicional para aquellos que opusieron resistencia y fueron sometidos por las armas.
- La rendición pactada o capitulaciones voluntarias (respeto de derechos y tierras a cambio de tributos).
Los musulmanes establecidos Al-Ándalus eran de dos grupos étnicos: árabes y bereberes. Los primeros tenían las rentas de los latifundios de su propiedad, los segundos originarios del norte de África y instalados en altas tierras de la meseta y las sierras para dedicarse al pastoreo. Estas diferencias llevaron a enfrentamientos entre conquistadores.
El emirato dependiente de Damasco: 714-756
La península fue una provincia más de califato Omeya de Damasco, gobernado por un emir. Años de inestabilidad política, continuaron campañas militares, con derrotas importantes: batalla de Covadonga (722), frente al núcleo cristiano de Asturias (Don Pelayo) y batalla de Poitiers (rechazados por los francos).
El emirato independiente: 756-929
Origen en un cambio de dinastía en Damasco: los Omeyas son asesinados y sustituidos por los Abbasidas (trasladan el califato a Bagdad), pero un superviviente Omeya consiguió llegar a Al-Ándalus y se autoproclamó emir independiente con el nombre de Abderramán I, convirtiéndose en el jefe político, pero no religioso (se reconoce al califa de Bagdad). Etapa de consolidación del estado y del poder del emir, estimulándose el desarrollo político, administrativo, económico y urbanístico. No faltaron las tensiones sociales, no sólo entre los grupos musulmanes, sino también con la población judía y cristiana (mozárabes -cristianos que vivían en Al-Ándalus- y muladíes -cristianos convertidos al islam-).
El califato de Córdoba: 929-1031
Abd al-Rahman III se autoproclama califa (independencia religiosa). Culminación del poder político musulmán en la Península. Máximo período de esplendor cultural y artístico. Terreno militar, destaca el Almanzor, quien ejerció el poder efectivo en nombre del califa (menor de edad). Emprendió campañas contra núcleos cristianos del norte, efectos devastadores (Barcelona, Santiago de Compostela). Tras la muerte de Almanzor las luchas internas provocaron la desintegración del califato en numerosos reinos de taifas
AL-ÁNDALUS: REINOS DE TAIFAS. REINO NAZARÍ
A la muerte de Almanzor se dieron rebeliones de gobernadores que independizaron sus territorios. En el 1031 se declaró extinguido el Califato. Al-Ándalus quedó dividido en pequeños territorios independientes: los reinos de taifas (taifa = bando o facción). Algunas alcanzaron prosperidad, como Toledo, Sevilla, Zaragoza y Valencia; se desarrolló la economía y la cultura (palacios, alcazabas, arte y las ciencias). Su debilidad militar y los enfrentamientos internos las hacían vulnerables a los ataques cristianos
Así, para evitarlos, los reinos de taifas debían de pagar tributos anuales a los reinos cristianos, llamados parias. Sin embargo, aunque recibían estos tributos, los reinos cristianos continuaron la conquista del territorio musulmán, muy superiores militarmente. En el 1085 Alfonso VI de Castilla tomó Toledo, primera ciudad importante conquistada por los cristianos. Los reinos de taifas buscaron el apoyo de sus hermanos de religión del norte de África:
- de los almorávides, que llegaron a la Península con el deseo de unir las taifas para hacerlas más fuertes frente a los cristianos. Alfonso VI fue derrotado en la batalla de Sagrajas (1086), por lo que se llegó a dividir la Península en unos segundos reinos de Taifas.
- de los almohades, que derrotarán a los cristianos en la batalla de Alarcos (1195).
Ante el avance musulmán, los reinos cristianos se unieron y lograron la decisiva victoria de las Navas de Tolosa (1212) que fue el final del dominio almohade en la Península.
Desde mediados del s. XIII solo sobrevive el reino nazarí de Granada (actual Granada, Málaga y Almería). En sus dos siglos y medio de existencia, fue escenario de disputas internas. Además, la presión de Castilla obligó a los reyes granadinos al pago de parias y reconocimiento de vasallaje al rey de Castilla a cambio de la paz. Finalmente, los Reyes Católicos emprendieron una guerra de diez años que concluyó con la incorporación definitiva del reino de Granada a la Corona de Castilla en 1492, poniendo fin al último estado musulmán de la Península, ocho siglos después de la conquista.