La Creación del Estado Franquista (1939-1959)

Fundamentos ideológicos, políticos y sociales del régimen Franquista.

La victoria del general Francisco Franco en la Guerra Civil finalizada en 1939 dio paso a la creación de un régimen dictatorial antidemocrático y represivo que se sostuvo gracias a diferentes pilares ideológicos, sociales y políticos hasta la muerte del dictador en 1975.

El general Franco utilizó diferentes mecanismos para organizar el nuevo estado y luego para poder sostenerlo durante casi 4 décadas. El estado franquista se caracterizó por la concentración de poderes en la persona de Franco, lo cual ilustraba un totalitarismo inspirado en los regímenes fascistas de Alemania e Italia. Franco formó un estado con carácter unitario y centralista en el que se abolieron los estatutos de autonomía y se marginalizaron las culturas vasca, catalana y gallega. Se perpetuaba una dura represión a la oposición y se controlaban los medios de comunicación. En el ámbito político, el ejército representó una gran ayuda al régimen franquista debido a la represión política que ejercía. También, la mayoría de los ministros y gobernadores eran militares. La Falange española tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (FET y de las JONS) se convirtieron en el único partido político. Se formaron diferentes organizaciones como la Sección Femenina con el propósito de adoctrinar a la población. La iglesia católica se alineó con el franquismo y recibió abundantes beneficios como privilegios económicos, una gran influencia en el sistema educativo y la imposición de los valores cristianos en la sociedad española. El régimen pretendió establecer legalidad jurídica mediante leyes fundamentales como:

Fuero del Trabajo (1938), prohibía las libertades sindicales y establecía sindicatos verticales. Estos estaban integrados obligatoriamente por todos los factores (trabajadores y empresarios), dirigidos por militantes de FET y de las JONS. En conclusión, el sindicalismo vertical del régimen respondía fielmente al modelo totalitario propio de los fascismos: la economía y las relaciones de producción sometidas al Estado y dirigidos por este.

La ley de Cortes (1942), Con esta ley el franquismo establecía unas «Cortes orgánicas» formadas por miembros nombrados directamente por Franco.

La Ley de Sucesión de Jefatura del Estado (1947). confirmaba a Franco como jefe de Estado vitalicio y se le reservaba el derecho de nombrar sucesor.


Ley de Referéndum Nacional (1945) Ley promulgada tras la derrota de los aliados fascistas, que pretendía simular una declaración de derechos y, en realidad, proponía un sistema político autoritario de carácter confesional con la absoluta limitación y prohibición de las libertades democráticas básicas (asociación, reunión y expresión).* Una vez consolidado el régimen, a partir de la Guerra Fría y los acuerdos con EE.UU de 1953, el franquismo continuó su proceso de institucionalización sin perder su carácter de dictadura personal y militar. Así, en 1958, sin previa deliberación en las Cortes, Franco promulgó la Ley de Principios del Movimiento Nacional, por la que todos los cargos y funcionarios eran miembros natos del Movimiento obligados a jurar sus principios fundamentales. Ley Orgánica del Estado

Autarquía económica

Los años 40 se caracterizaron por la política económica autárquica en la que se fomentó el aislamiento del exterior y la autosuficiencia económica. Las medidas implantadas para alcanzar este objetivo, como la reducción de importaciones de materiales como el petróleo (causó escasez de productos y materia prima) y la regularización de los precios (causó que productores prefiriesen vender sus productos en el mercado negro) causando que España enfrentara un estancamiento económico. En esta década, abundaba el hambre, las enfermedades, los salarios bajos y las condiciones precarias de vida.

La oposición

Aunque la oposición al régimen franquista desapareció casi por completo, nunca dejó de existir y se irá organizando lentamente:

En los 40s: La forma de resistencia más clara durante los primeros años partió de los denominados maquis que protagonizan acciones aisladas de guerrilla en zonas montañosas. Actuaban como si la guerra no hubiese terminado, intentando combatir al régimen con las armas. Con la evidente consolidación del franquismo, el desánimo fue apoderándose, pero partidos y sindicatos antifranquistas continuaron operando desde el extranjero y, aunque, su capacidad e influencia eran muy limitadas, promovieron cierta conflictividad laboral (en Cataluña y Bilbao) con el objetivo de un cambio en el régimen tras la derrota del fascismo en la II Guerra Mundial. Sin embargo, la protesta se extinguió ya que la represión y la permanencia del régimen la acallaron.

En los 50s: Se producen las primeras acciones importantes de protesta política: 1. “Huelga de los Tranvías” (Barcelona, 1951). Boicoteó el uso de tranvías. 2. Rebelión estudiantil del 56 en la Universidad de Madrid. 3. Intelectualidad crítica o disidente. Todas estas acciones fueron sofocadas, pero mostraban la oposición de una parte de los españoles, así como la de pequeñas organizaciones que, con el tiempo, cristalizaron en nuevos sindicatos y partidos democráticos.