LA LÍRICA DESPUÉS DE LA GUERRA CIVIL

Al acabar la Guerra Civil, el vacío es inmenso. Los que quedan en España, entre los que se cuentan tres poetas del 27, Gerardo Diego, Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre, oscilan entre la fidelidad a la cultura oficial y una especie de exilio interior que condicionará su obra.

3.1. Miguel Hernández

En 1934 llega a Madrid Miguel Hernández, por su poesía de compromiso y por la sencillez humana de sus últimos poemas sirve de nexo entre esa generación y las siguientes.

La obra poética de Miguel Hernández evoluciona desde el estilo gongorino de Perito en lunas, al neorromanticismo y a la sencillez formal de la lírica de sus últimos libros.

3.2. Los años 40: poesía arraigada y desarraigada.

Los poetas arraigados o garcilasistas

Expresan una visión del mundo optimista y esperanzada. Sus temas son el amor, el paisaje y la religión. Todos estos poetas se aglutinan en torno a las revistas Escorial, de índole falangista, y Garcilaso, promovida por José García Nieto y el grupo autodenominado “juventud creadora”. Poetas más significativos: Luis Felipe Vivanco, Leopoldo Panero, Luis Rosales …

Los poetas desarraigados o existencialistas

En 1944 Dámaso Alonso publica Hijos de la ira. El libro que expresa una visión desgarrada y sombría de la condición humana, con largos versículos y un lenguaje violento e inusual, sirve como revulsivo contra los garcilasistas e inaugura una nueva sensibilidad poética. El estilo de estos poetas es áspero, abrupto, directo, con giros coloquiales y más preocupado por provocar emociones que por la perfección estética.

Poetas más importantes: además de Nora y Cremer son Ángela Figuera Aymerich, Carlos Bousoño, José María Valverde, José Luis Hidalgo y Rafael Morales.

3.3. Los años cincuenta: la poesía social.

Historia del corazón de Vicente Aleixandre, en 1954; Pido la paz y la palabra de Blas de Otero y Cantos iberos de G. Celaya, señalan el paso de la angustia existencial a la preocupación social. Los poetas “desarraigados” pasan del yo al nosotros. La tendencia dominante, el realismo social, que pretende responder a un aquí y un ahora, ante el que hay que “tomar partido”. El poeta se dirige, “a la inmensa mayoría” en un tono coloquial y con un estilo claro y sencillo, para hablar del tema de España y de otros, igualmente cercanos.

3.4. La promoción de los sesenta

Cabe destacar la obra de Claudio Rodríguez, que en su primer libro Don de la ebriedad da muestras de una visión muy personal de la naturaleza, y la de José Ángel Valente, escritura de indagación metafísica, de extremada sobriedad expresiva, en la que se deja sentir la influencia de la literatura mística. Mención aparte merece la obra de Antonio Gamoneda, tiende a borrar los límites entre verso y prosa y se caracteriza por un tono visionario.

Características comunes:

  • Consideran que la poesía no es comunicación sino, ante todo, conocimiento o experiencia personal.
  • Temas: evocación de la infancia, y de la adolescencia como paraíso perdido, el fluir del tiempo, el amor, la metapoesía
  • Su lenguaje poético, muy depurado, un tono conversacional, plagado de humor e ironía.
  • En sus poemas, de estructura muy elaborada, predomina el verso libre.

3.5. Los años setenta: los novísimos

En 1970, el crítico José María Castellet publicó una célebre antología titulada Nueve novísimos poetas españoles, que incluía a Antonio Martínez, Manuel Vázquez, José María Álvarez, Félix de Azúa, Pere Gimferrer, Vicente Molina Foix, Guillermo Carnero, Ana María Moix y Leopoldo María Panero, como representantes de la nueva estética que se contraponía a la de las generaciones anteriores.

Rechazan la métrica tradicional y buscan el experimentalismo formal y lingüístico en ocasiones con técnicas surrealistas. Por otra parte, propugnan el culturalismo y el esteticismo. Reaparece ahora el gusto por lo decadente, lo exquisito y lo refinado.

3.6. La poesía española de las últimas décadas

Coexistencia de varias tendencias. 1984 se va a caracterizar por el predominio de la poesía figurativa que constituye una reacción contra los novísimos. En los poemas predominará la ironía, inseparable del lirismo, así como un tono intimista, conversacional, sin grandilocuencias y temas existenciales, cotidianos y urbanos. Poetas representativos: Luis García Montero, Jon Juaristi…

Encontramos diversas tendencias como la neosurrealista de Blanca Andreu, la poesía crítica de Jorge Riechmann, el realismo onírico de Olvido García Valdés, el minimalismo de Andrés Sánchez Robayna…