La Crisis del Antiguo Régimen y el Surgimiento del Liberalismo en España
La Crisis del Antiguo Régimen en España
La crisis del Antiguo Régimen en España viene definida por varios factores:
- Una fuerte crisis económica.
- El vacío de poder que da origen a la invasión francesa y la Guerra de Independencia.
- La emancipación de las colonias.
- La formación de las Cortes de Cádiz, que suponen el paso definitivo al nuevo Régimen.
Reinado de Carlos IV y la Influencia de la Revolución Francesa
El reinado de Carlos IV también tuvo que enfrentarse a problemas internos, como motines campesinos y conspiraciones en la Corte motivadas por la oposición de los partidarios de su hijo Fernando a la política de Godoy.
Pero también se enfrenta a problemas externos derivados de la Revolución Francesa. La postura española frente al nuevo gobierno francés fluctuó desde el rechazo con Floridablanca, la conciliación con Aranda hasta la guerra con Godoy como nuevo primer ministro. En 1795 la Paz de Basilea pone fin a la guerra y se inician 13 años de alianza entre Francia y España contra Portugal e Inglaterra, destacando la derrota española en la Batalla de Trafalgar en 1805.
El Bloqueo Continental y la Invasión Francesa
Napoleón había decretado el bloqueo continental contra Inglaterra, pero Portugal no lo cumplía, por eso firma con España en 1807 el Tratado de Fontainebleau en el que se permitía la entrada de tropas francesas y se acordaba el reparto de su territorio. Sin embargo, estas tropas, bajo el mando del general Murat, fueron posicionándose en territorio español (Barcelona, San Sebastián, Pamplona, Salamanca y Burgos).
La Guerra de Independencia (1808-1814)
El Motín de Aranjuez y las Abdicaciones de Bayona
Ante la llegada de tropas francesas a Madrid, Godoy aconseja a la familia real, que estaba en Aranjuez, que se traslade a Sevilla y desde ahí huir a América si fuera necesario. Los sectores de la Corte contrarios a Godoy, entre los que estaba el príncipe de Asturias, Fernando, alentaron un motín popular, el Motín de Aranjuez, en marzo de 1808, ya que consideraban esta huida como una rendición ante Napoleón.
Ante esto, Carlos IV se ve obligado a abdicar en su hijo Fernando VII. Napoleón convoca a ambos en Bayona, donde consigue la abdicación de los dos y nombra a su hermano José I Bonaparte rey de España. Allí elabora una Carta Otorgada, el Estatuto de Bayona, y en torno al nuevo rey se reúnen una serie de ilustrados, llamados afrancesados, que intentarían llevar a cabo algunas reformas en el país.
Los Levantamientos del 2 de Mayo y el Inicio de la Guerra
Los alzamientos del 2 de mayo de 1808 se producen de forma espontánea al abandonar el palacio de Madrid los últimos miembros de la Corte y dan inicio a la Guerra de Independencia. Con el bando de Murat se inician las represiones, recogidas en Los Fusilamientos del 3 de mayo de Goya. Los levantamientos se extienden rápidamente por todo el país, y al no aceptar al nuevo rey, los sublevados, que se autodenominan “los patriotas”, forman Juntas Provinciales de defensa que constituyen un poder paralelo al de la nueva monarquía. Junto al ejército español, el levantamiento se haría principalmente en forma de guerrillas que atacaban la retaguardia francesa. Durante la guerra también será muy importante la intervención de la armada y el ejército inglés.
Desarrollo de la Guerra
Primera Fase: La Victoria en Bailén
En una 1ª fase, aunque había una clara inferioridad numérica del ejército español, el general Castaños consigue derrotar a los franceses en Bailén, el 19 de julio de 1808. Esto obligó a José I a abandonar Madrid, al tiempo que los ingleses recuperaron Lisboa y levantaron el sitio de Zaragoza (defendida por Palafox). A nivel internacional, Bailén demostró que Napoleón no era invencible, y reavivó la resistencia de Austria, Prusia e Inglaterra.
Segunda Fase: La Intervención de Napoleón y la Guerra de Desgaste
En una 2ª fase Napoleón interviene personalmente en la península al mando de la Gran Armada, con 300.000 soldados franceses. Esto tendrá repercusiones negativas en sus campañas en Europa, abriendo un doble frente y teniendo que repartir sus tropas. Napoleón recupera el control en Madrid, pero sufre una fuerte guerra de desgaste, en la que destacaron guerrilleros como Espoz y Minas, el cura Merino o El Empecinado. (El general Castaños había alentado la formación de las guerrillas, que cuentan con el apoyo popular y un mejor conocimiento del terreno). Ante un levantamiento en Austria, Napoleón abandona España. Aunque los franceses controlan las principales ciudades, excepto Cádiz, no consiguen el control de las zonas rurales, donde actúan las guerrillas. (Cádiz se encuentra reforzada por Portugal y la Armada inglesa)
Tercera Fase: La Ofensiva Británica y el Fin de la Guerra
En una 3ª fase, 1812-1813, Napoleón se vio obligado a retirar soldados para destinarlos al frente ruso (primero fueron 50.000 y luego 100.000 más). Quedan 100.000 franceses frente a los 200.000 del ejército hispano-inglés. Fue crucial la ofensiva británica. El ejército británico, dirigido por Wellington, desembarca en Portugal e inicia una campaña ofensiva, ganando a los franceses en Arapiles (Salamanca), en Vitoria y en San Marcial (San Sebastián). La paz se firma a finales de 1813 en el Tratado de Valençay. (Napoleón habiendo tenido que dividir su ejército en dos frentes, el español y el ruso, y será derrotado definitivamente en Europa en Waterloo en 1815).
La Constitución de las Cortes de Cádiz
Formación de las Cortes y la Soberanía Nacional
Ante las abdicaciones de Bayona se produce un vacío de poder en España. Tras los levantamientos del 2 de mayo los españoles asumieron la soberanía nacional en ausencia del rey. Se forman 13 Juntas provinciales de defensa y una Junta Suprema Central, presidida por Floridablanca, que asumió la regencia hasta la vuelta de Fernando VII. Los objetivos de esta Junta eran dirigir los asuntos públicos, combatir a los franceses y redactar una Constitución para el reino. Al mismo tiempo, la Junta pidió al político ilustrado Gaspar Melchor de Jovellanos que formara Comisiones donde, a partir de “Consultas al País”, recogiera qué tipo de reformas querían llevarse a cabo en las Cortes.
Las Cortes de Cádiz representan el paso definitivo del Antiguo al Nuevo Régimen. Se reunieron el 24 de septiembre de 1810, reunidas en una sola Cámara (no se dividían por estamentos), en su sesión de apertura proclamaron la soberanía nacional, rompiendo definitivamente con el Antiguo Régimen.
Composición y Ideología de las Cortes
Se eligieron representantes de 33 ciudades de España y América. (Los diputados oscilaron de 104 a 223, siendo 184 los que firmaron la Constitución de 1812). Las ideologías eran diversas, aunque predominaban los liberales e ilustrados. Un 40% de los diputados eran eclesiásticos, principalmente clero urbano, le siguen en nº abogados, funcionarios, militares, pequeños propietarios, comerciantes… y sólo 14 nobles. En general puede decirse que estaban formadas por la burguesía y el clero urbano de tendencia reformadora.
Decretos de las Cortes y Abolición del Antiguo Régimen
Las Cortes de Cádiz promulgaron una serie de decretos que abolían los fundamentos del Antiguo Régimen:
Libertad
de imprenta, abolición de los señoríos jurisdiccionales, (con lo cual ya no existiría el concepto de vasallo), supresión
de los gremios, desamortización de tierras comunales municipales, de las órdenes militares y religiosas, se derogaron
privilegios de la Mesta (mermados ya con Carlos III) y abolición de la Inquisición.
El 19 de marzo de 1812 se aprueba la Constitución (de ahí que se la conociera popularmente como La Pepa). En sus
384 artículos se proclama la soberanía nacional, monarquía constitucional, división de poderes (ejecutivo en el rey
pero con limitaciones, el poder legislativo compartido entre las Cortes y el rey, y el judicial conservaría el fuero
militar y eclesiástico). Eran cortes unicamerales, elegidas por sufragio universal masculino indirecto (mayores de 25),
y para ser diputado había que ser propietario. Definía España como estado unitario, se reconocían los derechos y
libertades de los ciudadanos, y la nación se dividía en provincias y municipios. El estado era centralizado con una
fiscalidad común, un Ejército Nacional encargado de la defensa del país y Milicias Urbanas formadas por los
ciudadanos, encargadas de la defensa del nuevo Estado Liberal; se establecía la educación primaria en todos los
pueblos y se declaraba el Estado Confesional, reconociendo únicamente el ejercicio de la religión católica.
En 1814, España era en teoría junto a los EEUU, el país más liberal del mundo. Pero el fin de la Guerra de
Independencia marcó también el fin de las Cortes, ya que tras luchar contra los franceses no se aceptarían unas
Cortes inspiradas en el modelo francés. Fue una Constitución muy casuística de difícil aplicación pero servirá de
modelo para muchas constituciones posteriores, principalmente de Hispanoamérica.
CONCLUSIÓN:
Cuando Fernando VII regresa a España en marzo de 1814, acepta el llamado Manifiesto de los Persas, donde un
grupo de absolutistas pide al rey la derogación de la Constitución y la restauración de la monarquía absoluta. Se
inicia así el Sexenio Absolutista.
Tras el pronunciamiento militar de Riego, se inicia el Trienio Liberal, (1820-1823). Fernando VII es obligado a jurar la
Constitución. Termina con la intervención extranjera de la Santa Alianza y los Cien Mil Hijos de San Luis. Se inicia la
última etapa del reinado de Fernando VII: La Década Absolutista (1823-1833)con
Francia tras la ejecución de Luis XVI, siendo ya Godoy nuevo primer ministro. En 1795 la Paz de Basilea pone fin a la
guerra y se inician 13 años de alianza entre Francia y España contra Portugal e Inglaterra, destacando la derrota
española en la Batalla de Trafalgar en 1805.
Napoleón había decretado el bloqueo continental contra Inglaterra, pero Portugal no lo cumplía, por eso firma con
España en 1807 el Tratado de Fontainebleau en el que se permitía la entrada de tropas francesas y se acordaba el
reparto de su territorio. Sin embrago estas tropas, bajo el mando del general Murat, fueron posicionándose en
territorio español (Barcelona, San Sebastián, Pamplona, Salamanca y Burgos).
LA GUERRA DE INDEPENDENCIA (1808-1814)
Ante la llegada de tropas francesas a Madrid, Godoy aconseja a la familia real, que estaba en Aranjuez, que se
traslade a Sevilla y desde ahí huir a América si fuera necesario. Los sectores de la Corte contrarios a Godoy, entre los
que estaba el príncipe de Asturias, Fernando, alentaron un motín popular, el Motín de Aranjuez, marzo de 1808, ya
que consideraban esta huida como una rendición ante Napoleón.
Ante esto, Carlos IV se ve obligado a abdicar en su hijo Fernando VII. Napoleón convoca a ambos en Bayona, donde
consigue la abdicación de los dos y nombra a su hermano José I Bonaparte rey de España. Allí elabora una Carta
Otorgada, el Estatuto de Bayona, y en torno al nuevo rey se reúnen una serie de ilustrados, llamados afrancesados,
que intentarían llevar a cabo algunas reformas en el país.
Los alzamientos del 2 de mayo de 1808 se producen de forma espontánea al abandonar el palacio de Madrid los
últimos miembros de la Corte y dan inicio a la Guerra de Independencia. Con el bando de Murat se inician las
represiones, recogidas en Los Fusilamientos del 3 de mayo de Goya. Los levantamientos se extienden rápidamente
por todo el país, y al no aceptar al nuevo rey, los sublevados, que se autodenominan “los patriotas”
, forman Juntas
Provinciales de defensa que constituyen un poder paralelo al de la nueva monarquía. Junto al ejército español, el
levantamiento se haría principalmente en forma de guerrillas que atacaban la retaguardia francesa. Durante la
guerra también será muy importante la intervención de la armada y el ejército inglés.
DESARROLLO DE LA GUERRA.
En una 1ª fase, aunque había una clara inferioridad numérica del ejército español, el general Castaños consigue
derrotar a los franceses en Bailén, 19 de julio de 1808. Esto obligó a José I a abandonar Madrid, al tiempo que los
ingleses recuperaron Lisboa y levantaron el sitio de Zaragoza (defendida por Palafox). A nivel internacional,
Bailén demostró que Napoleón no era invencible, y reavivó la resistencia de Austria, Prusia e Inglaterra.
En una 2ª fase Napoleón interviene personalmente en la península al mando de la Gran Armada, con 300.000
soldados franceses. Esto tendrá repercusiones negativas en sus campañas en Europa, abriendo un doble frente y
teniendo que repartir sus tropas. Napoleón recupera el control en Madrid, pero sufre una fuerte guerra de
desgaste, en la que destacaron guerrilleros como Espoz y Minas, el cura Merino o El Empecinado. (El general
Castaños había alentado la formación de las guerrillas, que cuentan con el apoyo popular y un mejor
conocimiento del terreno). Ante un levantamiento en Austria, Napoleón abandona España. Aunque los
franceses controlan las principales ciudades, excepto Cádiz, no consiguen el control de las zonas rurales, donde
actúan las guerrillas. (Cádiz se encuentra reforzada por Portugal y la Armada inglesa)
En una 3ª fase, 1812-1813, Napoleón se vio obligado a retirar soldados para destinarlos al frente ruso (primero
fueron 50,000 y luego 100.000 más). Quedan 100.000 franceses frente a los 200.000 del ejército hispano-inglés.
Fue crucial la ofensiva británica. El ejército británico, dirigido por Wellington, desembarca en Portugal e inicia