Resumen:

En el presente fragmento de la obra “El crepúsculo de los ídolos” de Nietzsche, la idea principal es la crítica a los filósofos por confundir lo último con lo primero. Ello se debe a que establecen como orden lógico superior los conceptos supremos, los cuales son generales y vacíos de contenido. Lo superior ha de ser causa de sí mismo, no puede estar en contradicción ni puede ser desigual a otra cosa, por ello, establecen que Dios es causa de sí y un ente realísimo. Por último, el autor compara el sistema de conceptos de los filósofos con el trabajo de las arañas.

Noción:

En el mito de la caverna, perteneciente a la obra “La República”, Platón explica la teoría de las ideas, que es el núcleo central de la obra. El relato, nos sitúa en una cueva donde hay unos hombres atados durante toda su vida, que miran hacia la pared, observando sombras de objetos reflejados en la pared. Con esto se identifica que el interior de la cueva es el mundo sensible que es fugaz y está sometido a transformaciones. El autor identifica a los prisioneros con el primer grado de conocimiento que es la imaginación, donde las sombras son proyecciones de las cosas materiales y estas a su vez son imitaciones de las ideas, se caracterizan por ser mutables, temporales y cambiantes. En el mito, Platón se pregunta qué pasaría si uno de los prisioneros se levantase y fuera capaz de ver el fuego y los objetos reales, aquí se sitúa el segundo grado de conocimiento que es la creencia u opinión. El prisionero se daría cuenta que lo que veía antes no eran más que sombras de la realidad. Y si ascendiera hacia la superficie, situándose en el mundo inteligible; donde se encuentran el tercer grado de conocimiento (pensamientos y matemáticas) y el cuarto grado que es la dialéctica e inteligencia. Esta liberación es la que permite al ser humano liberarse del mundo sensible para así alcanzar el mundo inteligible que es perfecto, eterno e inmutable, y al que sólo se puede acceder mediante el alma y la razón. En el aspecto epistemológico, el mito identifica a la caverna como el mundo de las cosas. En ella, existen imitaciones de la superficie que es el mundo de las ideas pero son imperfectas y engañosas: las sombras en la pared son imitaciones de las sombras de los objetos de la superficie, el fuego es la imitación del Sol, etc. Ante este panorama, los prisioneros sólo pueden conocer lo que ven, es decir, sólo son capaces de ver sombras en la pared, y ellos las identifican con la realidad. Por eso, cuando uno de ellos es liberado, y es capaz de ver el fuego, y el resto de elementos de la caverna, estaría más cerca del conocimiento verdadero. Sin embargo, éste conocimiento no sería completo, sino que sería lo que Platón denomina Doxa u opinión. Si el prisionero es obligado a ascender a la superficie, allí puede observar y contemplar el mundo exterior, el mundo de las ideas, poco a poco iría viendo los objetos que lo componen: primero las sombras, más tarde objetos reflejados en el agua, luego los objetos mismos, el cielo nocturno, y por último, el Sol, que se identifica con la idea suprema del Bien, que es la productora de las demás ideas. El conocimiento aquí adquirido sería conocimiento verdadero.

La República de Platón:

El texto se refiere a la obra “La República” de Platón, considerada como la primera gran síntesis de su pensamiento filosófico. En ella, Platón aborda el problema de la posibilidad de alcanzar la justicia tanto a nivel individual como social o política. Argumenta que la justicia se logra construyendo un Estado éticamente perfecto, reflejo de un individuo éticamente perfecto. A lo largo de la obra, se exploran las teorías filosóficas clave de Platón, como la Teoría del Conocimiento, del Alma y de las ideas. “La República” consta de diez libros, algunos de los cuales podrían haber sido publicados de manera independiente. La importancia de esta obra radica en su síntesis del pensamiento platónico, la presentación de mitos filosóficos destacados (como el Mito de Giges y la Alegoría de la caverna), y las cuestiones éticas y políticas que plantea y que siguen siendo relevantes en la actualidad. También destaca la belleza literaria de las obras de Platón. La vida de Platón está dividida en cuatro etapas así como su evolución filosófica:

  1. Etapa Socrática o de Juventud (393-389 a.C.): En esta fase, Platón se centra en reproducir las ideas de su maestro Sócrates en diálogos como “Apología de Sócrates” y “Pitágoras”, explorando la enseñabilidad de la virtud.
  2. Etapa de Transición (388-385 a.C): Durante estos años, Platón comienza a desarrollar sus propias ideas, incluida la teoría de las Ideas. Los diálogos notables de esta época son “Gorgias” y “Menón”, que abordan la retórica, la política y la enseñabilidad de la virtud.
  3. Etapa de Madurez (385-370 a.C): En este período, Platón consolida su teoría de las Ideas como el núcleo de la filosofía. Escribió diálogos importantes como “Fedón”, que trata la inmortalidad del alma, y “La República”, donde aborda cuestiones políticas y otros temas. También se incluye “Banquete” sobre el amor y “Fedro” sobre el amor, la belleza y el destino del alma.
  4. Diálogos Críticos y de Vejez (369-347 a.C): En esta etapa final de su vida, Platón adopta un tono a veces autocrítico en diálogos como “Parménides”, que critica su propia teoría de las Ideas “Sofistas”, que aborda el lenguaje y la retórica, y “Las Leyes”, que presenta una revisión pesimista de “La República” con la descripción de una ciudad ideal.

La filosofía de Platón se caracteriza por su realismo trascendente, en contraste con el relativismo sofístico. Platón cree en la existencia de una verdad y una realidad auténtica que se puede conocer. Sus influencias incluyen a Heráclito, Parménides y, sobre todo, Sócrates, quien le enseñó el método inductivo y lo inspiró en cuestiones políticas y morales. La filosofía de Platón ha sido una poderosa influencia en la historia de la filosofía posterior, y algunas la consideran fundamental en la tradición filosófica occidental. La obra “La República” se ve influenciada por los eventos políticos de la época, como la condena y muerte de Sócrates, que llevó a Platón a abandonar sus ambiciones políticas y dedicarse a la reflexión sobre la mejor forma de gobierno. También se menciona su polémica con los sofistas, a quienes rechaza por razones lógicas, epistemológicas y ético-políticas.