Colapso del Sistema Hallstatt y Migraciones Masivas

A mediados del siglo V a.C., la economía basada en bienes de prestigio de la cultura Hallstatt entra en declive debido al agotamiento del flujo de bienes de lujo y la emergencia de nuevas élites en el norte con sus propias demandas y expectativas. Esta periferia septentrional pudo mantenerse a sí misma durante un tiempo gracias a que los artesanos autóctonos producían bienes de lujo, como muestran las innumerables piezas maestras del arte celta encontradas en tumbas de élite de finales del siglo V a.C. Otros factores, como el crecimiento demográfico, evidenciado por la multiplicación de las necrópolis, hacen tambalear el inestable equilibrio social, dando lugar a una fase de migraciones masivas.

Evidencia Arqueológica y Rutas Migratorias

Los acontecimientos descritos por las fuentes escritas no están reñidos con la evidencia arqueológica cuando apuntan al aumento poblacional. El rastreo de las rutas de migraciones mediante la distribución de necrópolis de finales del siglo V y principios del IV a.C. llega hasta el valle del Po por el este y hasta el Danubio y Hungría, con grupos pioneros que habrían cruzado las llanuras húngaras para adentrarse en Transilvania (Rumania).

Declive en la Región del Marne-Mosela

En su tierra de origen, la región del Marne-Mosela, los enterramientos de élite se prolongarían aún cierto tiempo en Somme-Bionne, Reinheim y en Waldalgesheim, si bien el número de necrópolis fue reduciéndose.

La Sociedad Guerrera Celta

Guerreros y Estructura Social

Antes de las migraciones, la región del Marne-Mosela albergaba una sociedad guerrera que enterraba a los hombres jóvenes con sus espadas, lanzas y acaso sus escudos, aunque estos dejan pocas huellas ya que, en su mayoría, eran de madera o de cuero. Las tumbas más ricas podían incluir también yelmos de bronce y los jefes más prominentes estaban acompañados de carros de dos ruedas. Fueron precisamente estos guerreros quienes abandonaron masivamente casas y propiedades para atravesar Europa en busca de tierras y botines.

A estos pueblos del norte, las comunidades del mediterráneo los denominaron galos o celtas. Desde una fase muy temprana, se distinguían dos clases: la guerrera y el resto de la población (ancianos, niños, mujeres).

El Rol de la Fiesta y la Asamblea

Entre los guerreros libres, el eje central del sistema social era la fiesta. La fiesta era la ocasión para proclamar y aceptar el rango. Uno de los procedimientos para hacerlo se manifestaba a la hora de servir la porción al héroe. El anfitrión o su trinchador servía a cada uno de acuerdo con su estatus; los que se sintieran infravalorados podían iniciar una disputa pública que podía acabar en combate.

La asamblea ofrecía la ocasión para que los aspirantes a líderes propusieran una incursión armada contra alguna comunidad vecina; el estatus venía según el número de voluntarios. Los ataques por sorpresa contra los vecinos constituían un medio para mantener y reproducir el sistema de jerarquías en el seno del grupo social.

La Guerra como Sistema Social

La guerra era una parte integral del sistema social, basado en el valor del guerrero, como lo demuestran las tumbas guerreras de la zona del Marne-Mosela del siglo V a.C. Fue en este momento cuando se propuso la transición de la prehistoria a la protohistoria.

Penetración Celta en la Península Itálica

Evidencia Arqueológica en el Valle del Po

La penetración celta en el valle del Po en la península italiana está bien documentada histórica y arqueológicamente. La evidencia arqueológica muestra que algunas comunidades del norte emigraron a través de los pasos alpinos para asentarse en las laderas de los lagos lombardos durante los siglos VI-V a.C. Se han encontrado enterramientos con carro al estilo de Hallstatt en las necrópolis de Ca’ Morta y Sesto Calende, junto a Bolonia, y se han identificado artefactos de tipo noreuropeo en necrópolis fechadas en el siglo V a.C.

Asentamientos y Expansión

Durante la fase migratoria, pueblos enteros se establecieron en las ricas tierras de los valles fluviales. Se sabe poco sobre los asentamientos, pero las necrópolis son numerosas, aunque de pequeño tamaño, lo que sugiere poblados pequeños y dispersos. Estos conservaban sus ritos funerarios, enterrando a sus guerreros con lanzas, espadas, yelmos y, en algunos casos, armaduras de tipo etrusco. Sus incursiones llegaron casi hasta Roma, y en el 390 a.C. aún no habían cesado.

Retirada y Expansión hacia el Este

El Avance Romano

El siglo III a.C. fue una época de retirada, a medida que Roma extendía su poder hacia el norte, ocupando el valle del Po y anexionando territorios celtas.

Migraciones hacia el Danubio y Anatolia

Hacia el este, los celtas siguieron el curso del Danubio, ramificándose. A finales del siglo V a.C., establecieron poblados entre los Cárpatos y los Alpes Transilvanos. Sus incursiones hacia Italia fracasaron. Una importante población se dirigió hacia el norte, hasta el valle del Danubio, donde se unieron a la población ya existente. Otra parte de la fuerza original, formada por tolistoagos, trocinos y tectosagos, se desplazó hacia el este por diversas rutas hasta Anatolia.

La Cultura de La Tène

Uniformidad Cultural y Objetos Metálicos

Con la llegada de la cultura de La Tène, se observa cierta uniformidad en la cultura material en el continente, especialmente en los enterramientos y los objetos enterrados. Esto es patente en las armas de las tumbas masculinas. El hierro es más común; un 75-70% de las tumbas incluyen las largas espadas y puntas de hierro de lanzas. También se encuentran restos de escudos e, incluso, cascos. El hierro iba desplazando al bronce, pero este seguía empleándose, sobre todo, para objetos de lujo (fíbulas y brazaletes). Poco se sabe de las cerámicas porque la mayoría de los elementos son metálicos.

Aculturación e Intercambios

No se sabe si se trata de aculturación. La época de turbulencias se refleja en el arte celta. Los poblados y aldeas mantenían intercambios de productos y materias primas entre comunidades, pero no hay evidencia de comercio a larga distancia.

Influencia Celta en la Europa Occidental

Continuidad en la Zona Occidental

No hay registro arqueológico sobre migraciones desde occidente. En Aquitania se encuentran torques de oro celtas. En las Islas Británicas siguen las fortificaciones y se observa un conjunto de objetos de La Tène importados, aunque los artesanos locales hacen sus propias versiones. La zona occidental muestra una continuidad de las tradiciones indígenas, permaneciendo intacta de las migraciones, lo que no quiere decir que no las hubiera.

Enterramientos y Cultura Arras en Yorkshire

Se han encontrado enterramientos con carro en Yorkshire, asociados a la cultura Arras. Las necrópolis son similares a las del valle del Sena en el norte de Francia, lo que sugiere la presencia de una élite inmigrante o una élite indígena aculturizada. La metalurgia de La Tène se expande hacia el norte, con un límite septentrional que va desde el estuario del Rin hasta los Sudetes y los Cárpatos.