Novela de Posguerra (1939-1950)

La Guerra Civil española (1936-1939) marcó un profundo corte en la evolución literaria española debido a:

  • La muerte de grandes figuras de la novela española del siglo XX como Unamuno y Valle-Inclán.
  • El exilio obligado de autores que destacaron en la década de los 30, como Max Aub y Francisco Ayala.
  • Las nuevas circunstancias políticas y la censura, que impidieron la continuidad de la novela social de los años 30 y la novela deshumanizada y vanguardista.

La literatura de los años 40 estará dominada por la angustia y el desarraigo. En el ámbito de la novela, podemos distinguir tres direcciones:

1. Continuación del Realismo Decimonónico y Tradicional

Juan Antonio Zunzunegui, su principal representante, denuncia la falsa moral de la burguesía bilbaína y madrileña en obras como ¡Ay, estos hijos! o Esta oscura desbandada.

2. Acercamiento a la Guerra Civil desde la Óptica de los Vencedores

Representada por Rafael García Serrano con La fiel infantería o Gonzalo Torrente Ballester con Javier Mariño.

3. Realismo Existencial o Novela Existencial

Centrada en un personaje antiheroico enfrentado a una sociedad hostil. Obras como: La familia de Pascual Duarte (1942) de Camilo José Cela, que inaugura el Tremendismo. Estas novelas presentan un mundo rural de trágicos conflictos, personajes de bajos instintos y taras físicas o psíquicas. También destacan Nada (1945) de Carmen Laforet y La sombra del ciprés es alargada (1945) de Miguel Delibes.

Los temas de la novela son la amargura de la vida cotidiana, la soledad, la inadaptación, la muerte y la frustración. Los personajes son seres marginados socialmente (como Pascual Duarte), angustiados y desarraigados (como en Nada). La causa de esta amargura es la pobreza, la incultura y la violencia, pero no hay una crítica social explícita (esto aparecerá en los años 50).

La novela se caracteriza por su sencillez y tradicionalidad: narración cronológica lineal, narrador en tercera persona (en la mayoría de los casos) y ausencia de saltos temporales.

Novela de los Años 50: Realismo Social

En los años 50, España enfrenta problemas económicos y sociopolíticos. La novela experimenta un auge gracias a la relajación de la censura, que permite denunciar la pobreza, la persecución y la injusticia. Este periodo abarca desde 1951 con La colmena de Camilo José Cela hasta 1962 con Tiempo de silencio de Luis Martín Santos.

Los autores de este periodo, conocidos como la Generación del 55, incluyen a Ignacio Aldecoa, Alfonso Grosso y Rafael Sánchez Ferlosio. Su objetivo es generar una toma de conciencia en el lector para modificar las injusticias sociales.

Hay dos tendencias dentro del Realismo Social:

Realismo Objetivo

Influenciado por el conductismo, el narrador se limita a reproducir la conducta externa del personaje, dejando que el lector extraiga sus propias conclusiones. La acción es escasa y se desarrolla a través del diálogo, que incorpora rasgos del habla coloquial. Obras representativas son El Jarama (1955) de Rafael Sánchez Ferlosio y Nuevas amistades (1900) de Juan García Hortelano.

Realismo Crítico

Sus características son:

  • Abandono de aspectos técnicos y formales para dar prioridad al contenido y al argumento.
  • Estructura sencilla y lineal.
  • Condensación espacial y temporal.
  • Personajes colectivos que desplazan al protagonista individual.
  • Predominio del diálogo.
  • Búsqueda de la sencillez y la claridad, utilizando un lenguaje directo, frases sencillas, giros coloquiales y vulgarismos.

Ejemplos de esta tendencia son: La noria de Luis Romero (ámbito urbano), La zanja de Alfonso Grosso (ámbito rural), Central eléctrica (mundo del trabajo) y Juegos de manos (denuncia de la superficialidad burguesa).

Los temas recurrentes son: la dureza de la vida en el campo (Dos días de septiembre de Caballero Bonald o Los santos inocentes de Miguel Delibes), el mundo del trabajo urbano (Central eléctrica de Jesús López Pacheco), la ciudad (La colmena de Cela), las clases trabajadoras (El Jarama de Sánchez Ferlosio), la burguesía (Entre visillos de Carmen Martín Gaite) y la Guerra Civil y sus consecuencias (Encerrados con un solo juguete de Juan Marsé).

Panorama Poético desde 1939

Miguel Hernández (1910-1942)

Es la figura más destacada del primer periodo de posguerra. Dámaso Alonso lo llamó “genial epígono” del grupo del 27. Fue capaz de conjugar las técnicas clásicas y vanguardistas con la tradición popular. Su influencia es decisiva por su contribución a la poesía social.

Sus obras más importantes son: Perito en lunas (1934), El rayo que no cesa (1934-36), Viento del pueblo (1937), El hombre acecha (1939) y Cancionero y romancero de ausencias (1939-41).

Poesía Arraigada

Grupo de poetas autodenominados “juventud creadora” y agrupados en torno a la revista Garcilaso (fundada en 1943 por José García Nieto). Sus propósitos eran volver a las formas clásicas, rechazando la poesía pura del 27, el vanguardismo y el surrealismo. Sus temas principales son el amor, la naturaleza y el sentimiento religioso.

Poetas representativos: José García Nieto, Luis Rosales, Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivanco, Rafael Morales y Dionisio Ridruejo.

Poesía Desarraigada

Surge en 1944 con la revista Espadaña, fundada por Eugenio de Nora y Victoriano Crémer. Defiende una poesía más directa, antiformalista y comprometida con la situación existencial del hombre en la España de posguerra. El tema religioso se centra en las preguntas sobre el sufrimiento humano.

En el mismo año, se publican Hijos de la ira de Dámaso Alonso y Sombra del paraíso de Vicente Aleixandre, con una orientación similar.

Otros poetas importantes: Gabriel Celaya, Blas de Otero, José Luis Hidalgo, Carlos Bousoño, Vicente Gaos y Leopoldo de Luis.

Postismo

Abreviatura de postsurrealismo. Revista de un solo número fundada en 1945 por Carlos Edmundo de Ory.

Cántico

Revista fundada en 1947 en Córdoba.

La Década de los 60: Superación Social

Durante el Realismo Social, surgen otras corrientes, como la de José Hierro o José María Valverde, que a veces presentan tintes sociales pero no se pueden encasillar en esa tendencia. La poesía social se prolonga en los años 60, pero en la década de los 50 aparecen poetas que representan la superación social: Ángel González, Claudio Rodríguez, Carlos Barral, entre otros. Estos autores, conocidos como la Generación o Promoción del 50, buscan superar lo social como tema principal.

Características de la poesía de esta generación:

  • Poesía como conocimiento y experiencia.
  • Realismo, sinceridad, actitud cívica y compromiso.
  • Uso de la sátira y la ironía.
  • Dignificación del lenguaje poético.

La Poesía en la Década de los 70: Los Novísimos

En 1970, José María Castellet publica la antología Nueve novísimos poetas españoles, que reúne a autores nacidos entre 1939 y 1948: Manuel Vázquez Montalbán, Pedro Gimferrer, Félix de Azúa, Pere Gimferrer, José María Álvarez, Vicente Molina Foix, Guillermo Carnero, Ana María Moix y Leopoldo María Panero.

Rasgos comunes de los Novísimos:

  • Distanciamiento de los preceptos éticos de la literatura anterior.
  • Amplio bagaje intelectual y contacto con corrientes culturales de vanguardia.
  • Influencia de la sociedad de consumo y ambientes decadentes.
  • Defensa de la ineficacia de la poesía para cambiar el mundo.
  • Nuevo vanguardismo: libertad absoluta del poeta, escritura automática, collage, verso libre.
  • Poesía elitista, culturista y hermética.
  • Temas personales (amor, infancia) y públicos (guerra de Vietnam, sociedad de consumo).

Teatro en la Posguerra

La Guerra Civil española tuvo un impacto devastador en el teatro. Muchos autores murieron o se exiliaron. Entre los años 40 y principios de los 50, destacan las siguientes tendencias:

  • Comedia burguesa en la línea del teatro benaventino.
  • Teatro de humor, con autores como Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura.
  • Teatro grave, con autores como Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre.

A partir de 1955, se inicia el teatro social.

Enrique Jardiel Poncela (1901-1952)

Obras destacadas: Eloísa está debajo de un almendro (1940), Cuatro corazones con freno y marcha atrás (1936), Un marido de ida y vuelta (1939) y Los ladrones somos gente honrada (1941).

Miguel Mihura

Obras destacadas: Tres sombreros de copa (escrita en 1932, pero no representada hasta 1952), Ni pobre ni rico sino todo lo contrario, El caso de la mujer asesinadita, La tetera, Maribel y la extraña familia y Ninette y un señor de Murcia.

Ernesto Sábato (1911-2011)

Obras destacadas: El túnel, Sobre héroes y tumbas y Abaddón el exterminador.

Julio Cortázar (1914-1984)

Obras destacadas: Rayuela (1963).

Carlos Fuentes (1928-2012)

Obras destacadas: La región más transparente (1958), Aura y La muerte de Artemio Cruz (1962).