El Imperio Carolingio

El Reinado de Carlomagno

A finales del siglo VIII, Carlomagno, rey de los francos, unificó gran parte de las tierras de Europa occidental. Se proclamó emperador en el año 800 e intentó ser el sucesor de los antiguos emperadores romanos.

Para ello, elaboró leyes (capitulares) y organizó la administración del territorio, dividiéndolo en condados. Además, estableció marcas para proteger las tierras fronterizas.

La Fragmentación del Imperio Carolingio

Tras la muerte de Carlomagno, el Imperio se resquebrajó. En el año 843, los sucesores de Carlomagno dividieron el Imperio en tres partes.

Durante los siglos IX y X, una serie de pueblos realizaron ataques e invasiones: los normandos por el norte, los musulmanes por el sur y los húngaros por el este. Estas invasiones ocasionaron muerte y destrucción.

El Feudalismo

El Debilitamiento del Poder Real

El poder de los monarcas era muy débil. No podían proteger a la población, ni recaudar impuestos, ni mantener un ejército fiel y estable.

Ante esta situación, los monarcas tuvieron que contar con la ayuda de los nobles, estableciendo un sistema de relaciones personales conocido como vasallaje.

El Vasallaje

El vasallaje se formalizaba mediante una ceremonia de homenaje, en la que el vasallo prometía consejo, ayuda militar y económica a su señor. A cambio, el rey le entregaba un feudo para que lo gobernase y viviera allí.

Muchos de los antiguos condes, cargos eclesiásticos y otros grandes propietarios se convirtieron en señores feudales de forma vitalicia y transmitían su cargo por herencia.

La Sociedad Feudal

La sociedad feudal se dividía en dos grupos:

  • Privilegiados: rey, alta nobleza, alto clero, caballeros, nobleza, monjes.
  • No privilegiados: artesanos y campesinos.

La Nobleza Guerrera

Los Caballeros

Los caballeros eran guerreros profesionales que se dedicaban al oficio de las armas. Poseer el equipo, el caballo y las armas resultaba muy caro, y solo los señores feudales podían ejercer ese oficio.

Los hijos de las familias nobles eran educados y entrenados como guerreros. Primero servían como pajes y después como escuderos de otros caballeros. A los 18 años, se les armaba caballeros en una ceremonia.

Los nobles hacían guerras para defender su territorio, enfrentarse a otros nobles, ayudar al monarca o a otro señor al que debían obediencia. La guerra, si se ganaba, proporcionaba tierras y riquezas, lo que acrecentaba el poder de la nobleza.

Su función social permitía a la nobleza vivir con privilegios, como no tener que trabajar.

El Feudo

El feudo estaba formado por las tierras otorgadas por el rey o por un noble a otro señor feudal.

El señor feudal se reservaba las mejores tierras para él, la reserva señorial, que eran trabajadas por sus siervos. En ellas solía estar el castillo, así como los prados y bosques propios.

El resto de las tierras se repartían en lotes (mansos) que eran entregados a los campesinos a cambio de una renta.

El señor feudal tenía, además de todas las tierras del feudo, el derecho de jurisdicción, es decir, podía dictar órdenes y leyes, impartir justicia, controlar todos los servicios, cobrar impuestos por estos servicios e imponer tributos.

Los Campesinos del Feudo

Había dos categorías de campesinos:

  • Campesinos libres o villanos: podían ser propietarios de su tierra (algo poco frecuente) y disponer libremente de sí mismos (casarse, abandonar el feudo).
  • Siervos: no tenían libertad personal y estaban ligados a la tierra del señor. No podían abandonar las tierras, ni casarse, ni dejar herencia sin permiso del señor.

Ambas categorías debían trabajar durante todo el día para sobrevivir. El rendimiento de la tierra era escaso y se practicaba la rotación bienal (se trabajaba la mitad de las tierras y la otra se dejaba en descanso). Los instrumentos de trabajo eran rudimentarios: azadas, hoces, rastrillos…

La Vivienda de los Campesinos

Los campesinos vivían en pequeños pueblos o en casas diseminadas. En los pueblos habitaban también algunos artesanos o pequeños comerciantes que atendían la taberna.

Las casas eran sencillas, con una o dos habitaciones y, a veces, un almacén. Guardaban animales dentro porque el suelo era de tierra. Un hogar servía para calentarse, iluminarse y cocinar.

Tenían un colchón de paja, unos bancos para sentarse, una tabla que hacía de mesa, unas pocas escudillas de barro o de madera y un perol de metal para cocinar.

La Nobleza Feudal

El Rey

La Iglesia cristiana había establecido en los primeros siglos medievales que los monarcas eran representantes de Dios en la Tierra. Los territorios de un reino eran muy inestables.

El rey era conocido como el Primus inter pares, es decir, el primero entre iguales. Sus iguales eran sus vasallos, la gran nobleza y las principales autoridades religiosas, con los que el monarca compartía el gobierno del reino.

Atribuciones del Rey

  • Dirigir campañas militares, acompañado de sus vasallos.
  • Pedir impuestos en caso de guerras, coronaciones, bodas, etc.
  • Ejercer de juez supremo en litigios o pleitos, pero no podía interferir en los feudos de sus nobles ni de la Iglesia.

La Corte Real

Para gobernar, el rey contaba con la ayuda de la curia o consejo real, un grupo de notables que le aconsejaban a la hora de tomar decisiones.

Los monarcas medievales no tenían una estancia fija. Vivían en los diversos castillos que poseían y se trasladaban de uno a otro para controlar sus posesiones. Al rey le acompañaban siempre su familia, amigos, consejeros…