Características de la arquitectura gótica

La arquitectura gótica es una evolución de la románica. Por ello, la construcción fundamental será la iglesia, y la catedral, que se construirá dentro de las ciudades, presidiendo plazas como orgullo urbano y muestra del dinamismo y esplendor de los burgos. Tendrá elementos análogos a la catedral románica, aunque sus formas, estructuras, elementos y sistemas construidos experimentarán cierta variación:

  1. Se sigue construyendo en piedra, aunque los muros tendrán mayor altura y serán más esbeltos, perforados por amplios vanos. Hay un predominio del vano sobre el macizo.
  2. Los vanos se cierran con vidrieras multicolores, soporte de programas religiosos y simbólicos. Las fachadas ostentan grandes rosetones.
  3. La luz juega un papel simbólico.
  4. Aparecen nuevos sistemas constructivos: bóvedas de crucería, arcos apuntados u ojivales, arbotantes y pináculos.
  5. Se destacan como elementos sustentantes el pilar fasciculado, evolución del cruciforme y construido a modo de haz de nervios (baquetones) que continúan hasta la clave de bóveda sin apenas interrupción.
  6. Se decoran los capiteles, pináculos, desagües y ventanas con tracerías, gabletes, gárgolas.

Etapa del gótico pleno o clásico. (siglos XIII y XIV)

Periodo de consolidación del estilo. El muro se aligera y los vanos se agrandan gracias a los arbotantes y a los arcos ojivales. Desaparecen las tribunas y las portadas se adornan con enormes rosetones, gabletes y galerías, a la vez que se generaliza las dos torres campanario flanqueando la triple portada occidental. Se construyen las catedrales de Chartres, Reims o Notre Dame de París, en Francia, las de Burgos, Toledo o León en Castilla, la de Metz en Alemania o la de Gloucester en Inglaterra (donde el estilo se llamará decorativo, por el desarrollo de la grandes vanos, repletos de tracerías).

Desde mediados del siglo XIII, en Francia, se dará una variedad propia, denominada gótico radiante, en la que las formas se adelgazan y se elevan, el muro se desmaterializa y se cubre de grandes vitrales multicolores unidos por delgadas tracerías. El alzada se articula en dos niveles, con la desaparición del triforio. Un ejemplo es la Sainte Chapelle de París.

En el siglo XIV se construyeron las principales catedrales de la Corona de Aragón, en un gótico pleno que se conoce como levantamiento, caracterizado por su sobriedad y las características plantas de salón, en las que las naves laterales suelen tener la misma altura que la nave central. Los pilares suelen ser poligonales, sin decoración, y los espacios son diáfanos y amplios, aunque el aspecto exterior es el de fortalezas, como la catedral de Palma de Mallorca, con contrafuertes muy destacados, claristorio y arbotantes.

Estilo italogótico e italobizantino

Se dio en la península italiana y en la Corona de Aragón durante los siglos XIII y XIV. Predomina la pintura al fresco y tiene una gran influencia bizantina, con tendencia a la monumentalidad, los fondos dorados o claros, simetría y hieratismo de las figuras, aunque se humanizan con gestos y miradas dulces y expresivos, y son tratadas con líneas sinuosas, delicadas y elegantes. Se busca la profundidad espacial introduciendo elementos arquitectónicos o paisajísticos. Coexisten dos focos:

  1. El foco florentino, considerado como la primera manifestación del Renacimiento y protagonizado por Cimabue y Giotto. Destacan los frescos de Giotto, muy naturalista, de la Capilla Scrovegni, de Padua.
  2. El foco sienés, donde destacaron Simone Martini y Duccio di Buoninsegna, con fondos dorados y figuras monumentales y de factura exquisita.

Los primitivos flamencos o escuela flamenca

Aparece, como evolución del gótico internacional, en el siglo XV, en los Países Bajos (Flandes), y muchos historiadores consideran a este estilo como pleno Renacimiento, ya que se consigue, mediante métodos experimentales, la plasmación de la tercera dimensión y una luminosidad, verismo y detallismo sin parangón. La pintura flamenca debe sus logros al uso del óleo. Las obras son de aspecto escultórico, muy detallistas y cargadas de simbolismo, sin apenas movimiento. Destaca el tratamiento individualizado de los rostros, apareciendo ahora el retrato. Sus mejores representantes son:

  1. Los hermanos van Eyck (Hubert y, sobre todo, Jan), autores del Políptico del Cordero o del retrato del Matrimonio Arnolfini.
  2. Roger van der Weyden, autor del famoso Descendimiento.
  3. El Bosco, cuyos temas anticiparon el surrealismo.
  4. En España se desarrolló la escuela catalana-aragonesa, donde destacaron Lluís Dalmau, Jaume Huguet o Bartolomé Bermejo.