Sexualidad, pulsión y goce

Sexualidad: Dimensión fundamental del ser humano basada en el sexo. Incluye la identidad de sexo y género, la orientación sexual, el erotismo, la vinculación afectiva, el amor y la reproducción. Se expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, actividades, prácticas, roles y relaciones. Se expresa en todas las dimensiones del sujeto. Está sujeta al contexto cultural e histórico en el que el sujeto vive.

Pulsión: Es un concepto límite entre lo psíquico y lo somático. Las pulsiones se ubican entre el nivel somático y el nivel psíquico. Es un empuje, una tendencia hacia una satisfacción, determinada por la búsqueda de un placer que tiene la característica de haber sido ya experimentado, perdido y recordado, que ya ha dejado su huella psíquica.

Goce: Búsqueda continua del placer. El goce es algo que existió plenamente en un pasado del que no podemos tener memoria, pues en esa época se carece de la palabra, que es la base del recuerdo.

Características de la sexualidad infantil y la frase de Lacan: “El falo es el significante de la falta”

Características de la sexualidad infantil:

  • Es perversa y polimorfa: la sexualidad infantil tiene distintas versiones y diferentes objetos posibles.
  • La sexualidad va unida a la satisfacción de grandes necesidades, pulsiones de autoconservación (por ejemplo, el acto de chupeteo, derivado de la necesidad de mamar, es decir, de la necesidad de supervivencia de alimentarse).
  • Es autoerótica: no se necesita de ningún objeto sexual externo, no se necesita al otro para que se produzca una satisfacción.
  • La sexualidad se manifiesta como pulsiones sexuales.

“El falo es el significante de la falta”: Esta frase de Lacan quiere decir que el falo viene a completar una falta, sientes que algo te falta y viene a completar esa falta para que puedas conseguir tu deseo. Por ejemplo, el hijo es el falo de la madre, en el sentido de que viene al mundo a completar ese deseo de la madre de tener un hijo, la madre busca su completud. Aunque una vez alcanza ese deseo, queda insatisfecha porque no se puede alcanzar la completud y vuelve a desear otra cosa. El significante, al tener diversos significados, nos permitirá ver la presencia o la ausencia, descubrir que todo tiene diversos significados y formas. El falo rellena el lugar de la falta que hay en la persona.

El síntoma en psicoanálisis

El síntoma es una formación del inconsciente, relacionado con la represión, que consiste en retirar algunos contenidos conflictivos y el olvido de esos contenidos, pero solo se olvida el contenido, no la emoción asociada. La emoción asociada al contenido reprimido es la que va a llevar a la somatización, a la aparición del síntoma. El síntoma es el modo de expresar un conflicto que tiene el sujeto. Es una solución momentánea a esa cuestión que hace sufrir y que, por ello, se reprime; aparece como un paréntesis a ese sufrimiento. El síntoma habla de la verdad del sujeto. Además, los síntomas se relacionan con el tiempo en el que el sujeto vive; no se tendrán los mismos síntomas ahora que hace 50 años.

Mecanismos de instauración de las neurosis y estructura del deseo en la histeria y neurosis obsesiva

Mecanismos de la neurosis:

  • Retracción de la realidad: El neurótico usa las fantasías para no vérselas con la realidad. La retracción de la realidad es retirar un elemento de la realidad psíquica, no de la interior. La vía que realiza es una huida hacia la fantasía (todo neurótico inventa teorías acerca de lo que le pasa). El tipo especial de retracción de la realidad es la represión.
  • Los síntomas son una manera de defensa al deseo. Me defiendo de un deseo que ha sido catalogado como malo para mí. Defensa y deseo.
  • Maniobras de evitación: son los métodos de defensa.

Deseo en la histeria: Se busca que no se satisfaga, es un deseo insatisfecho. Al sujeto histérico le resulta problemática la satisfacción del deseo, porque si satisface el deseo obtiene una satisfacción parcial. Al histérico no le interesa la satisfacción parcial, busca la satisfacción total, que es inalcanzable pero que no deja de buscar. En espera de esa satisfacción total, el sujeto se mantiene sin satisfacer el deseo. El histérico no está dispuesto a satisfacer el deseo de forma parcial y, como consecuencia, perder el goce en el displacer. Si satisface el deseo, pierde el goce en el displacer y también la posibilidad de alcanzar una satisfacción total.

Deseo en la neurosis obsesiva: El deseo es imposible. El obsesivo toma medidas para alejarse de las situaciones en las que el deseo está en juego, lo evita. En el neurótico obsesivo la represión no funciona bien y por ello requiere de los rituales. Tiene una enorme dificultad para poner fin a determinadas situaciones de la vida.

Deseo en la fobia: El fóbico lucha para evitar una angustia que aparece repentinamente como consecuencia de una situación precisa y localizable en el exterior. Desplaza y proyecta al exterior la representación reprimida. Consigue transformar el conflicto interno, causa de su angustia, en una situación externa que puede evitar. Evitar es la palabra clave de la estrategia del fóbico. Sufren de ambivalencia afectiva.

Etapas del duelo

Etapas del duelo según Kübler-Ross:

  1. Negación: Negar la realidad de la muerte permite amortiguar el golpe y aplazar parte del dolor. Ayuda a que el cambio del estado de ánimo no sea tan brusco. Puede sostenerse de forma indefinida.
  2. Ira: La rabia y el resentimiento aparecen por la frustración de la muerte y la imposibilidad de cambiarla. Se buscan culpables. La rabia se proyecta en todas las direcciones.
  3. Negociación: Intento de crear una ficción para ver la muerte como algo evitable. Se fantaseacon revertir el proceso. Esta etapa es breve porque no encaja con la realidad y resulta agotador.
  4. Depresión: Se deja de fantasear y se vuelve al presente con una profunda sensación de vacío. Aparece una fuerte tristeza que no se puede mitigar. Se entra en una crisis existencial al considerar la irreversibilidad de la muerte. Es normal aislarse y sentirse cansado.
  5. Aceptación: Se acepta la muerte del ser querido y se aprende a vivir en un mundo en el que ya no está. Se acepta el sentimiento de superación. Poco a poco vuelve la capacidad de experimentar alegría.