Crisis de Fin de Siglo (1898-1936)

La Crisis de Fin de Siglo en España se enmarca entre 1898, año de la pérdida de las colonias (Cuba y Puerto Rico), y 1936, con el inicio de la Guerra Civil. Este período, conocido como la Crisis del 98, se caracterizó por:

  • Pérdida de las posesiones de ultramar.
  • Aparición del Regeneracionismo, liderado por Joaquín Costa, cuyo lema se centraba en la necesidad de una profunda renovación del país.
  • Turno de partidos entre conservadores y liberales.
  • Surgimiento del socialismo y anarquismo, dando lugar al proletariado. El socialismo promovía la solidaridad entre los miembros del proletariado, mientras que el anarquismo rechazaba la propiedad privada.

Ambos movimientos tuvieron como consecuencia una serie de conflictos y actos violentos, incluyendo magnicidios. Karl Marx defendía que el trabajo era equivalente a la dignidad. Su lema, “la religión es el opio del pueblo”, puede interpretarse como una crítica a la utilización de la religión para controlar a las masas y como una llamada a la resistencia obrera contra la explotación.

En 1923, el Golpe de Estado de Primo de Rivera instauró una dictadura marcada por la represión y la prohibición de reuniones y sociedades. En 1931, se proclamó la II República, que puso fin a la dictadura y al reinado de Alfonso XIII. Este proceso democrático, aunque trajo consigo libertades, también generó tensiones y violencia, así como un creciente anticlericalismo.

Movimientos Literarios

Durante la Crisis de Fin de Siglo surgieron diversos movimientos literarios:

  • Modernismo y Generación del 98
  • Novecentismo
  • Vanguardia
  • Generación del 27
  • Generación del 36 (antes de la Guerra Civil)
  • Literatura del exilio

Los autores de estos movimientos compartían características como:

  • Individualismo
  • Autodidactismo en literatura
  • Radicalismo
  • Antidogmatismo
  • Renovación del lenguaje
  • Espiritualismo, con la oposición entre la realidad aparente (percibida por los sentidos) y la verdadera realidad (interna y oculta).

Modernismo y Generación del 98

El Modernismo, nacido en Hispanoamérica con Rubén Darío (fundador) y José Martí (considerado el Padre de la Patria Cubana), tuvo como antecedentes el simbolismo y el parnasianismo de Baudelaire. Se caracterizó por:

  • Evasión de la crisis a través del lenguaje.
  • Rechazo de lo racional.
  • Búsqueda de la sensación.
  • Influencia del impresionismo y el modernismo pictórico.

Algunos poemas representativos de Rubén Darío son “Sonatina” (búsqueda de la armonía) y “Lo fatal” (falta de sentimientos, uso de encabalgamientos). De Delmira Agustini destaca el poema que comienza con “Amor, la noche estaba trágica y sollozante…”.

La Generación del 98, movimiento centralista liderado por Unamuno, se caracterizó por:

  • Búsqueda de soluciones a la crisis a través de la regeneración.
  • Énfasis en el concepto de intrahistoria (personajes anónimos, el pueblo) frente a la Historia (grandes nombres).
  • Reivindicación de Castilla y de la novela, que evoluciona desde el realismo y naturalismo hacia el espiritualismo.
  • Influencia de la literatura medieval y de Cervantes (“Don Quijote de la Mancha”).

Los temas principales de la Generación del 98 son la fugacidad del tiempo, la preocupación por la muerte, el deseo de reforma social e individual, y la oposición entre la realidad aparente y la verdadera realidad.