Género

Estamos ante una novela abierta cuya clasificación genérica plantea problemas. Por una parte, es una novela que cumple las condiciones necesarias para ser fantástica, según señala Todorov. Mantiene la ambigüedad e incertidumbre hasta el final y no aclara si es un sueño o es real. Es, pues, una meta novela, una búsqueda de la propia identidad mediante la conversación con el interlocutor soñado y la creación literaria.

Símbolos

  • Espejo
  • Sombrero negro
  • Cucaracha
  • Cajita dorada
  • Cesta de costura
  • Letra C
  • Cúnigan y el escondite inglés
  • Piedrecitas blancas
  • Miguitas de pan

El Espejo

El espejo apoya la noción de desdoblamiento asociado a la imagen de la protagonista que se refleja en él. La protagonista, al verse en el espejo, se aleja del momento presente y se traslada al pasado. Puesta delante de su espejo, levanta los ojos y ve delante a la niña y a la adolescente que fue y que ahora miran a la narradora. La protagonista se siente observada. El espejo sirve de “puente” o “túnel del tiempo”. A través de él se traslada a su pasado, a su primera infancia y juventud, y reserva objetos relacionados con el tiempo. El espejo hace de “voz de la conciencia” de la narradora.

El Sombrero Negro

Debajo del mismo se produce la creación de la obra. Es el primer elemento con doble sentido que constituye uno de los símbolos más importantes de la novela. El hombre deja el sombrero sobre los folios mientras hace referencia a la literatura de misterio. Debajo del sombrero van aumentando los folios que al final conforman la novela en sí. La función del sombrero es la de mediador, funciona como un elemento mediador entre la voz y la memoria de la protagonista. El color negro del sombrero sugiere varias interpretaciones. Al final de la novela, aparecen debajo del sombrero negro 182 folios que son el resultado de la interlocución que se forma como un tejido comunicativo que nace de la necesidad de tener un interlocutor.

La Cucaracha

La cucaracha sería el símbolo del cambio, y también el del miedo a ese cambio. Vivir en ambientes donde reina el desorden, el descuido, lo antiguo. La narradora expresa su miedo a estos insectos, simbolizando el temor a la destrucción de sus propias memorias y de su pasado. El hombre de negro, entonces, se convierte en un signo de protección que le rescata el pasado de la protagonista de una posible pérdida, simbolizada a su vez por la presencia del insecto.

La Cajita Dorada

La primera alusión a este elemento en la novela ocurre cuando el hombre de negro le ofrece a la protagonista unas píldoras de colores que hay dentro de la cajita dorada. Las pastillas de colores le hacen recordar, avivan su memoria y, a la vez, la desordenan. La simbología de la cajita se relaciona con otros objetos: los vasos de té y los folios. La cajita dorada que el hombre al final le regala a la protagonista le confiere un valor de amuleto misterioso.

La Cesta de Costura

La cesta de costura simboliza el taller literario en el que la autora trabaja a través de los hilos que representan el continuo fluir de historias, recuerdos y sueños que se enhebran y desenhebran continuamente a lo largo de toda la novela. Los hilos de la cesta representarían el “laberinto discursivo” donde Martín Gaite entrelaza temas, ata y desata, mezcla ficción y realidad. Hay, pues, un paralelismo entre el léxico de la costura y la escritura de la narración.

La Letra C

Aparecen diferentes objetos que comienzan por la letra C, de igual modo que la inicial del nombre de la autora-protagonista y el título de la novela. La protagonista sueña que está en una playa y pinta una C en la arena, y dibuja una casa, un cuarto, y luego una cama. Tres objetos que comienzan por C. La casa representa el centro del mundo y del universo: Carola, cucaracha, cuaderno, Carmencita Franco, el cuadro de El mundo al revés, la cajita dorada, la cesta de la costura.

Cúnigan y el Escondite Inglés

Elementos metafóricos. Cúnigan es el lugar imaginario que simboliza las ansias de libertad de la protagonista. Es un lugar para escapar de la realidad y para soñar y sentirse libre. Cuando la autora sueña, libera sus pensamientos y entonces hila y teje un montón de historias que van creando su propia metaficción. La protagonista siente un gran interés por lo desconocido, por la libertad, esa libertad que se asocia a Cúnigan. El escondite inglés simboliza el espacio donde se gesta la literatura. La referencia a este juego de niños es el símbolo de la vida de la protagonista.