Poesía Española del Siglo XX

Los Novísimos y la Generación del 68

En 1970, José María Castellet publicó la antología Nueve novísimos poetas españoles, un hito en la lírica española. Nombres como Pere Gimferrer (Arde el mar), Guillermo Carnero (El sueño de Escipión), Manuel Vázquez Montalbán (Una educación sentimental) y Ana María Moix (Call me stone) formaron parte de esta generación que proponía una nueva forma de hacer poesía, en línea con la literatura experimental. Posteriormente, se incorporaron otros poetas como Antonio Colinas, Luis Alberto de Cuenca y Luis Antonio de Villena, conocidos como la Generación del 68. Esta generación, nacida tras la Guerra Civil, se caracterizó por su educación católica y su fascinación por los medios de comunicación, viajando al extranjero y simpatizando con movimientos como el hippismo y la cultura beat. Su poesía abordó temas variados, desde lo frívolo hasta lo social, influenciados por la cultura pop, el rock and roll y la democratización cultural.

Poesía experimental y sus tendencias

Esta poesía experimental empleó técnicas como el collage, mezclando tipografías y palabras en varios idiomas. Se destacan dos tendencias: una arraigada en la cultura popular y otra más culturalista y preciosista. En reacción a este movimiento, surgió el Equipo Claraboya, proponiendo una poesía neomarxista y reivindicando autores como Cernuda y la poesía social.

De la Poesía Postnovísima a la Poesía 2.0

En la década de 1980, se observó un cambio hacia una poesía más interiorizada y de temas cotidianos, marcando el inicio de la poesía postnovísima. Surgieron diversas tendencias como el neosurrealismo, el neorromanticismo, el neorruralismo, el sensualismo, el decadentismo, la poesía del silencio y la poesía de la experiencia. Los años 80 también vieron un auge de la poesía femenina, con antologías como Las diosas blancas (1985). En los 90 y principios del nuevo milenio, predominó la poesía de la experiencia, aunque surgió la poesía de la diferencia, criticando esta corriente. Otra alternativa fue la poesía de la conciencia, que propugnaba una poesía comprometida y política, pero con influencias vanguardistas. En la última década, la tecnología ha renovado la lírica con la poesía 2.0, donde prima el contenido sobre la forma. Esta corriente aborda temas clásicos como el amor y la injusticia, con un estilo sencillo, coloquial y directo. Destacan autores como Elvira Sastre (La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida, 2016) y Marwan (Los amores imparables, 2018).

Teatro Español del Siglo XX

El Teatro Tradicional

Durante el primer tercio del siglo XX en España, el teatro tradicional reinaba en la escena cultural, arraigando formas y temas del siglo XIX. A pesar de la influencia de la renovación teatral europea, el interés por las nuevas tendencias era escaso entre empresarios, críticos y el público burgués. Este período se caracterizaba por un teatro comercialmente exitoso pero carente de calidad artística y originalidad, hasta que en los años 20 y 30 figuras como Ramón María del Valle-Inclán y Federico García Lorca lograron consolidar innovaciones significativas. El teatro tradicional se manifestaba en tres corrientes principales:

  • El Teatro Modernista liderado por Eduardo Marquina, que continuaba las tradiciones románticas pero carecía de la profundidad poética del modernismo literario.
  • La Comedia Burguesa encabezada por Jacinto Benavente, que retrataba ambientes de la alta burguesía sin profundizar en sus preocupaciones.
  • El Teatro Cómico, ofrecido por autores como Carlos Arniches y los hermanos Álvarez Quintero, que denunciaban injusticias sociales con elementos humorísticos y musicales.

El Teatro Renovador

Por otro lado, el teatro renovador, aunque minoritario, introducía propuestas innovadoras y experimentales. Miguel de Unamuno exploraba conflictos existenciales en obras como Fedra, mientras que Azorín incorporaba elementos subconscientes en su trilogía Lo Invisible. Sin embargo, la verdadera renovación llegaría de la mano de dos destacadas figuras:

  • Ramón María del Valle-Inclán, que con sus Comedias bárbaras y esperpentos como Luces de Bohemia, ofrecía una visión crítica y grotesca de la sociedad española.
  • Federico García Lorca, quien abogaba por un teatro total, poetizando el lenguaje y explorando todos los recursos escénicos disponibles en obras como Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba.

La Guerra Civil y la Transición

Durante la Guerra Civil Española, se mantuvo una variedad de géneros teatrales que reflejaban los diversos conflictos y tensiones de la época, desde sainetes hasta dramas testimoniales y obras de propaganda política, con autores como Arniches, Benavente, Casona y Miguel Hernández. Este período marcó una transición significativa en el teatro español, desde una escena dominada por formas tradicionales hasta una donde la innovación y la experimentación cobraban mayor relevancia, gracias a figuras como Valle-Inclán y Lorca que desafiaron las convenciones establecidas y dejaron un legado perdurable en la cultura teatral española.