1. La definición de metafísica

La metafísica u ontología se ocupa de la realidad en el sentido general, reflexiona sobre todo lo que existe. Se caracteriza por: ocuparse de los aspectos más generales de la realidad. Surge de un proceso de abstracción de los aspectos concretos para captar aquello más general. Estudiar la realidad, es decir centrarse en la totalidad de los objetos que existen. Por eso también se define como el estudio del ser en tanto que ser. Estudia la realidad con un enfoque diferente al de las ciencias particulares, no recurre a la observación ni a la experimentación sino que exclusivamente al razonamiento. Dos concepciones pueden abordar la misma realidad, sin que nada impida optar por una u otra concepción. Sólo se puede rechazar si entra en contradicción consigo mismo.

2. Los inicios de la metafísica

2.1 El ser de Parménides de Elea

Parménides (510-450 a. C.) El ser es, el no ser no es. El ser humano sólo puede pensar en aquello que existe, lo no existente es absurdo, impensable y contradictorio. Parménides hizo las siguientes conclusiones de acuerdo con su principio:
  • Lo que es no puede cambiar. El cambio supone que se deja de ser una cosa y se pasa a ser otra.
  • Lo que es no puede moverse. Si el ser se moviera tendría que hacerlo hacia algún lugar en el que no hubiera nada. Pero la nada, el no ser, no existe y es impensable por lo que tampoco puede haber movimiento.
  • Lo que es es único. El ser engloba todo lo existente. No puede haber otras realidades diferentes al existente, en caso de existir formaría parte de lo existente y en otro caso no existiría.
  • Lo que es es una esfera homogénea y maciza, si no fuera homogénea se distinguirían partes lo cual rompería la unidad del ser. Si no fuera maciza también se distinguirían partes y algunas de estas partes estarían parcialmente vacías.
Parménides distinguió entre la vía de la opinión y el camino de la verdad.

2.2 El devenir de Heráclito (el oscuro)

Heráclito (544-484 a.C.) nació en Éfeso. Su concepción del mundo parte de que toda la realidad está en constante cambio, movimiento y devenir. Entiende que todo está cambiando constantemente de un estado a otro. Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río. Detrás de estos cambios hay una constante lucha entre contrarios. Defiende que detrás de todos los procesos naturales hay un orden, en el que el fuego ocupa una posición central. Todos los demás elementos proceden del fuego y terminan convirtiéndose en él. Las transformaciones no alteran las proporciones entre los elementos, ya que este proceso está regido y ordenado por una ley o razón llamada logos.

2.3 Lo uno y lo múltiple

Los primeros filósofos pensaban que detrás de la aparente multiplicidad de la naturaleza había un principio único: arché (primer principio o principio principal de dónde viene todo). Los monistas defendían la existencia de un único principio. Los pluralistas afirmaban que había más de un principio.

Los filósofos monistas

Tales de Mileto
639-547 a. C. Su arché aseguraba que todo provenía del agua a partir de la cual se derivan las demás realidades. Aseguró esto después de observar que la tierra se encontraba rodeada de agua y que todo comestible es húmedo.
Anaximandro de Mileto
610-546 A. C. También se preguntó por el arché y su respuesta fue el apeiron (elemento material de dónde viene todo), que es el elemento primordial del que deriva todo.
Anaxímenes de Mileto
585-524 a. C. Identificó el arché con el aire. El aire igual a una fuerza. Se origina todo gracias a los procesos de condensación (consiste en comprimir lo disperso) y rarefacción (lo comprimido se dispersa).

Los filósofos pluralistas

Pitágoras
Todo se puede explicar de manera matemática. Todo está formado por números. El número 10 es el número central y sagrado (1+2+3+4=10). Si estos números se representan mediante puntos y se colocan de forma ordenada, se obtiene una figura, el tetraktys, que consideraban sagrada. Ponen de moda los amuletos, de forma cuadrada, con números que la suma de todos ellos en cualquiera de sus formas da 10.
Anaxágoras
El universo era una masa mezclada e indiferenciada. Para explicar su formación introdujo el concepto de nous (mente/Dios), que provocó un impulso rotatorio que fue separando los elementos en círculos. Explica el movimiento de los astros en el cielo y además fue la causa de que las cosas se fueran separando. Dijo que la realidad se compone de partículas diminutas o semillas que Aristóteles llamó homeomerias. De estas semillas surgen los cuatro elementos de los cuales su mezcla es el resultado de cualquier objeto.
Empédocles
493-433 a. C. Reconoce la existencia de los cuatro elementos: tierra, agua, fuego y aire. Entiende estos elementos de forma semejante a Parménides:
  • El universo es pleno: los cuatro elementos están en todo el universo, no hay vacío.
  • El universo es eterno: ha existido desde siempre.
  • El universo es finito: más allá no hay nada.
Para explicar la reordenación y combinación de los elementos, introdujo el amor y la discordia: el amor une y la discordia separa. Distingue la materia que compone la naturaleza y las fuerzas que la unen.
Demócrito de Abdera
460-370 a. C. Principal representante del atomismo.
  • Los átomos. La realidad está formada por minúsculos corpúsculos invisibles denominados átomos que se distinguen por la forma, el tamaño y el peso.
  • El vacío. Defendía la existencia del vacío, el vacío es necesario para que se produzca el movimiento.
El atomismo integra también el mecanicismo que considera que la única realidad existente son los cuerpos en movimiento.

2.4 La teoría de las Ideas de Platón (mote Aristocles)

Platón (427-347 a. C.) Como Heráclito, acepta que todo el mundo sensible se encuentra en constante cambio y devenir. Está convencido de que es posible el conocimiento seguro y firme. La teoría de las Ideas defiende la existencia de dos mundos. Uno es el mundo en el que vivimos, en el que se encuentran los seres materiales, que conocemos con los órganos sensoriales. Éste está caracterizado por la imperfección, sin embargo es como una sombra de otro mundo, caracterizado por la perfección, en el que se encuentran las Ideas (la idea del bien, de la belleza, de la verdad, etc.), que no conocemos con los sentidos sino con la razón. Es el mundo inteligible. Al existir dos mundos o tipos de realidades, Platón defiende un dualismo ontológico. Las Ideas, que Platón también llama formas, son realidades objetivas que existen con independencia de las cosas y con independencia del pensamiento. Atribuyó a las Ideas que son únicas, eternas, inmutables e inalterables. Las cosas, por lo contrario, son sensibles, múltiples, sometidas permanentemente al cambio y menos reales que las Ideas. Platón se fundamenta en la razón.

3. La metafísica en la Edad Media y Moderna

3.1 El ser en tanto que ser de Aristóteles

Aristóteles (384-322 a. C.) es uno de los grandes pilares del pensamiento de la civilización occidental. Su metafísica es una pieza fundamental de la historia de la filosofía y su influencia perdura hasta la actualidad. Tiene dos formas de entender qué es la metafísica:
  1. La metafísica es el estudio de las primeras causas. Todo tiene una causa y para explicar el movimiento y diversidad del mundo tiene que existir una causa primera, un motor inmóvil, que se identifica con la divinidad. Esta forma de entender la metafísica Aristóteles la llama teología.
  2. La metafísica es el estudio del ser en tanto que ser, estudia los mismos objetos que las ciencias particulares, pero desde otra perspectiva, en tanto que seres que existen. Para analizar la realidad Aristóteles se sirve de conceptos como el de categoría, y distingue entre sustancia y accidentes, materia y forma, acto y potencia.

Sustancia y accidentes

Aristóteles define la sustancia como todo aquello que existe y que es una realidad concreta, es individual y forma una unidad. Para facilitar este conocimiento, se vale de la descripción y la definición. En la definición, para describir una sustancia hay que tener en cuenta las distintas maneras en las que ese objeto puede presentarse. Las características que se pueden atribuir a una sustancia, que no pueden existir con independencia, se llaman accidentes. Aristóteles llamó categorías a las características o predicados que pueden atribuirse a una sustancia.
Definición
Toda sustancia se define al determinar su género y su diferencia específica. El género es la clase de seres vivos o inertes a la que pertenece una sustancia. Determina las características comunes que comparten los miembros de una misma clase. La mente humana busca la abstracción. La diferencia específica es la característica que distingue a un conjunto de seres del resto de miembros del mismo género.

Materia y forma

La materia es todo aquello capaz de recibir una forma. Es ese elemento que distingue a los individuos del mismo género; es el principio de individuación. La forma es la organización y disposición de la materia. Es la esencia del objeto, lo universal que hay en tal objeto. Distintos individuos pueden compartir la misma forma y esto es lo que determina que pertenezcan al mismo género. La descripción se centra en el estudio de la materia, en cambio la definición se refiere a la forma. Según Aristóteles conoceremos las sustancias por su forma, o sea, por lo que hay en ellas de universal y no de particular. De aquí se sigue que las matemáticas proporcionan un conocimiento según la categoría de la cantidad, pero se trata de un conocimiento meramente accidental. Con estos conceptos demostró que la ciencia era posible: la ciencia es un estudio de lo universal y no de lo particular.

Potencia y acto

Aristóteles resolvió si el cambio es posible con los conceptos de potencia y acto. Se denomina potencia a todas las posibilidades de realización que se encuentran en los seres. El acto es la realización concreta a la que han llegado los seres en un momento preciso, es una posibilidad que se ha realizado, que ha llegado a hacerse realidad. El acto, por tanto, es la actualización de alguna característica que una sustancia tenía en potencia. Para Aristóteles todas las cosas materiales se componen de acto y de potencia. El paso de potencia a acto es lo que Aristóteles define como cambio y movimiento. Distingue tres tipos de cambio: respecto al lugar, respecto al crecimiento o decrecimiento, o por alteración.

Cambio y movimiento

Según Aristóteles, cuando se produce un cambio intervienen tres factores: una entidad o sustancia que es el sujeto del cambio, la privación de una forma que la sustancia tiene en potencia y la forma, una vez actualizada. Cualquier entidad natural está privada de numerosas formas. El cambio o el movimiento se producen cuando se actualiza algún atributo de los que una sustancia está privada, pero que tiene en potencia. Tener una característica implica estar privado de la otra. El cambio es paradójico porque supone a la vez ser y no ser, tal como había puesto en evidencia Parménides. Para que un objeto cambie tiene que dejar de ser lo que era y pasar a ser otra cosa.

3.2 Esencia y existencia

Santo Tomás de Aquino (1225-1274) introdujo el pensamiento aristotélico en el pensamiento cristiano medieval. Parte de la distinción entre esencia y existencia y lo define de esta manera:
  • Esencia: es aquello invariable que define a una entidad y se compone de materia y forma. Es lo que comparten todos los seres de una misma especie, tanto respecto a la forma como a la materia. Se identifica con la potencia aristotélica.
  • Existencia: es aquello por lo que la esencia existe. Se identifica con el acto aristotélico: es aquello que actualiza la esencia.

Ser contingente y ser necesario

Las esencias son contingentes, es decir, su existencia no es necesaria y podrían no existir. Los seres contingentes dependen de la existencia de un ser necesario que los haya creado y los haya conducido a la existencia. Mientras que las realidades concretas son contingentes, Dios es necesario.

3.3 Los universales

Los universales son términos generales que se refieren a un conjunto de individuos. Son las Ideas o formas platónicas o los géneros y especies aristotélicos. Para dar respuesta al problema de si los universales se refieren a una realidad objetiva o son expresiones meramente lingüísticas surgieron dos posturas: el realismo y el nominalismo.
  • El realismo afirma que los universales son formas que tienen independencia de la mente. El realismo se divide en dos tendencias:
    • Realismo moderado o aristotélico: los conceptos universales se refieren a la esencia objetiva de las cosas. Los universales son las formas, los géneros y las especies de los individuos, de modo que tienen una realidad objetiva pero dependiente de los seres concretos.
    • Realismo exagerado o platónico: también recibe el nombre de idealismo objetivo, ya que afirma que las Ideas existen objetivamente fuera de la mente y son independientes de las cosas concretas. La mente humana reconoce dichas formas por reminiscencia o por iluminación, como planteaba San Agustín.
  • El nominalismo niega la existencia de los universales, a los que considera términos abstractos que, por convención, se refieren a objetos concretos, pero que en sí mismos son nombres o sonidos, puesto que no se refieren a ninguna realidad. Esta corriente experimentó un fuerte impulso con Guillermo de Ockham.