Novela policíaca y de intriga: Este tipo de novela presenta dos rasgos esenciales: la intriga, que es el elemento clave para atraer al lector, y la mezcla de esquemas policíacos con aspectos políticos e históricos. Este tipo de novela se ve muy influenciada por la novela y el cine negro americanos. Manuel Vázquez Montalbán, con su serie de novelas sobre el detective Carvalho (que sirve como crónica sociopolítica e irónica de la transición democrática), se convierte en el escritor más representativo de esta tendencia.

Novela histórica

Esta novela recrea hechos históricos con una gran precisión. Esto obliga al novelista a documentarse sobre el período, acontecimientos y personajes sobre los que pretende novelar. Estos hechos se pueden ubicar en diferentes épocas, que en España podemos dividir en dos grupos:

  • a) Novelas centradas en la Guerra Civil: (orígenes, desarrollo y posguerra). Esta tendencia es la dominante y tiene como mejor representante a Almudena Grandes con su serie de novelas denominada “Episodios de una Guerra Interminable”, que incluye algunas como “Inés y la Alegría” (2010) o “El lector de Julio Verne” (2012).
  • b) Novelas centradas en otras épocas de la historia: Un ejemplo actual de este tipo de novelas es Arturo Pérez-Reverte con la saga de novelas de “El capitán Alatriste”.

Novela de la memoria y del testimonio

Esta novela presenta una temática centrada en la memoria de una generación (visión realista y personal de las vivencias e inquietudes de la generación del escritor) y el compromiso social. Aquí podemos destacar a dos escritoras: Almudena Grandes (novelas de su primera etapa) y Rosa Montero.

Novela lírica

En esta novela se suele recrear líricamente la infancia y la juventud. Su forma se caracteriza por el lenguaje poético y la búsqueda de la perfección formal. Son ejemplos Francisco Umbral o el novelista gallego Manuel Rivas con “El lápiz del carpintero” (1998).

Novela neorrealista o de la generación X

Esta tendencia es la creada por los autores más jóvenes y su temática se centra en los problemas de la juventud urbana (sus salidas nocturnas en las grandes ciudades, el uso y abuso de drogas, del sexo, del alcohol y de la música rock…), usando una estética muy cercana a la contracultura. Son ejemplos: José Ángel Mañas con “Historias del Kronen” (1994) o Ray Loriga con “Héroes” (1993).

Características de la narrativa peninsular desde 1975 hasta nuestros días

Con la llegada de la democracia, la novela se hace más fácil y accesible, de manera que se convierte en el género literario más importante y popular del final del siglo XX. Por ello, en estos últimos años creció muchísimo el número de publicaciones debido a dos causas: la gran cantidad de premios literarios que existen actualmente y la comercialización que hacen las editoriales a través de grandes cadenas de distribución, como La Casa del Libro, El Corte Inglés o Círculo de Lectores.

Las novelas de esta época presentan una gran diversidad en los temas, el estilo o la calidad; por tanto, no hay una corriente o corrientes dominantes. A pesar de esta variedad, podemos destacar que todas comparten una repulsa al régimen franquista y un carácter integrador o aglutinador que acoge a las diversas tendencias literarias de los escritores de esta época (cada novelista elegirá la orientación que le resulte más adecuada para encontrar un estilo propio con el que expresar su mundo personal y su visión de la realidad).

Rasgos literarios comunes

  • Vuelta a la narración tradicional: estilo de la novela realista del XIX o de la novela de la generación del 98: interés por la trama o argumento, desarrollo lineal de la trama y uso de un solo narrador. Esto se debe al cansancio de la novela experimental de los años 60 (novela de difícil lectura).
  • Tendencia generalizada a una visión individualista: ya no interesa hacer un análisis complejo del mundo. Por ello, domina el narrador en 1ª persona, que suele ser un “narrador yo protagonista”.
  • Lenguaje o estilo sencillo: usando la frase corta, lo que supone una menor dificultad para el lector. Esto no implica que no se preste atención a la parte formal de la novela.
  • Espacios oscilantes: entre lo conocido (la ciudad de provincias, el barrio, etc.) y lo cosmopolita.
  • Influencia de los medios de comunicación: se impone el gusto por la “novela-reportaje” que sigue el esquema del periodismo de investigación. Los novelistas también se hacen populares por ser creadores de opinión en los distintos medios de comunicación.