Características del Barroco

Si el Renacimiento busca la naturalidad, el Barroco pretende asombrar. Se utilizan términos como “suspender” para sorprender al lector. Se da mayor importancia al ingenio y a conceptos que llaman la atención (ej: oxímoron). Aparecen ideas constantes e intensas sobre la existencia, de carácter metafísico. La preocupación por la muerte se intensifica, la muerte como nueva estética: gusto por lo lúgubre, con juegos de apariencia-realidad… la vida como un camino hacia la muerte. El Barroco crea constantemente inseguridad, donde la mayor certeza es la muerte. Se puede considerar también como una huida. La idea del sueño es otra constante, ya que el sueño es una especie de muerte (ej: La vida es sueño de Calderón). Se crean una serie de contrarios y un fuerte pesimismo junto a su opuesto. Frente a la tristeza o melancolía, encontramos juegos o elementos similares para contrarrestar este pensamiento. Este axioma surge del “aprovechar deleitando”: aprovechar = enseñar, doctrinar, moralizar; deleitando = divertir, entretener.

Góngora

Con un estilo antivulgar, el conceptismo, como plataforma del artificio barroco y aliado de la Contrarreforma, se considera el punto de partida del gongorismo. El poeta crea brillantes asociaciones y correspondencias metafóricas. En el conceptismo se busca la concisión. En cambio, en el culteranismo, se abrillantan y se desarrollan, donde la belleza lo es todo. El culteranismo implicó el uso de neologismos en la poesía culta, ya en la época de Góngora y Lope, que se utiliza despectivamente. Por tanto, se debe considerar cultos a los culteranos.

Las Soledades

Según Pedro Salinas, Las Soledades son el gran poema de la realidad exterior y sensual. En él, las cosas son como el poeta las observa. El mundo que crea está envuelto de luces, colores, formas y sonidos, con el objetivo de crear una suprarrealidad. De esta forma, Góngora consigue una brillante poesía. Salinas analiza profundamente esta obra, estudiando las sensaciones que ha provocado a partir del prosaico animal doméstico. Según Pabst, la poesía significó un refugio para él frente a sus sentimientos, aunque eliminó todo el sentimiento en su poesía. Gracias a esa dificultad, este autor goza de gran importancia porque logra lo más difícil, aunque es un poeta complejo porque apela a los sentidos. Crea un mundo de hipersensibilidad, situándolo en una alta soledad espiritual.

Procedimientos y Formas

Góngora utiliza los elementos distintivos del barroco: dinamismo, decorado, antítesis, distensión, hipérbole… con un manejo increíble de una lengua poética preparada para el salto metafórico asombroso. El poeta parte de una plataforma construida, el uso metafórico establecido por una tradición culta que nació con Petrarca y que en Góngora llega a su cima. Son importantes en su poesía la reelaboración (la desmitificación, incluye temas clásicos), la intensificación y la apertura genérica. Las Soledades supone una maravillosa y novísima utilización de la intensificación de los elementos.

Análisis de Las Soledades

Orozco analiza la pluralización y la desviación temática. Ambas responden a una estructura plenamente manierista. Según Dámaso Alonso, son importantes la correlación y plurimembración. Esta obra supone el quebramiento de los moldes genéricos, con un fuerte estilo barroco. Lo curioso es la pluralidad temática, la desviación y el ocultamiento del asunto. Al intensificar los temas, Góngora ordena las visiones, acciones o perspectivas en torno a un tema velado y central. La medida temporal está presuntamente observada porque se desarrolla la acción en dos noches y dos días en la primera parte, y dos noches y dos días en la segunda. Sin embargo, la disposición narrativa no sigue el tiempo físico, sino el tiempo vivido, percibido por el joven caminante. El poeta necesita un receptor con todos sus sentidos puestos, porque ese protagonista funciona como emisor de sensaciones. Las Soledades están situadas en un ámbito simbólico acorde con su título, y el tiempo se vela tras la frondosidad del estilo. Góngora ha creado unos ojos y oídos que funcionan como transmisores errantes que recorren diversos paisajes a lo largo de la obra.