La Ilustración según Kant

¿Qué es la Ilustración?

La Ilustración, según Kant, es la liberación del hombre de su “minoría de edad”, donde depende del criterio de otros. Implica pensar por uno mismo y tomar decisiones autónomas, representando la libertad y el uso público de la razón. La falta de valentía y la dependencia en tutores perpetúan esta minoría. La meta es la autonomía moral y la libertad de pensamiento, con énfasis en atreverse a pensar por uno mismo.

La Ilustración es el proceso donde el individuo deja su “minoría de edad”, que es la dependencia del entendimiento ajeno, para alcanzar la “mayoría de edad”, que implica la capacidad y valentía de usar su propio entendimiento sin dirección externa. La falta de autonomía no radica en la carencia de entendimiento, sino en la incapacidad para actuar independientemente.

La Ilustración propone que los “tutores”, quienes ejercen autoridad sobre otros, pueden liberarse de su propia minoría de edad, promoviendo así la autonomía intelectual y la capacidad de pensar por sí mismos entre aquellos a quienes guían.

La importancia de la libertad

La “libertad” es crucial en la Ilustración, permitiendo que el público se ilustre al pensar por sí mismo. La libertad vinculada al uso público de la razón fomenta la autonomía intelectual y la capacidad crítica, liberando a las personas de la dependencia de tutores externos. La Ilustración promueve la emancipación intelectual y la autonomía moral mediante el ejercicio responsable de la libertad y el pensamiento crítico, aunque ciertos contextos privados puedan requerir restricciones por el bien común.

Conceptos clave en la filosofía kantiana

Libertad

En la filosofía kantiana, la “libertad” abarca diversos significados:

  • Kant la presenta como un postulado moral en su obra “Crítica de la Razón Práctica”, es decir, algo que se presupone para la moralidad, aunque no pueda demostrarse.
  • Además, la concibe como un derecho natural en el ámbito político, defendiendo la libertad jurídica como inherente a todo individuo, implicando participación en la legislación estatal, sin oponerse a la sumisión al poder del Estado, sino como condición necesaria para el orden social.

Giro copernicano

La “revolución copernicana” en el pensamiento de Kant representa un cambio fundamental en la epistemología. Kant propone que el sujeto cognoscente organiza activamente la realidad que conoce, similar a cómo Copérnico desplazó a la Tierra del centro del universo. Esto implica que la realidad es en parte un producto de nuestra mente en su intento por conocerla.

Imperativos

Los “imperativos” en la ética kantiana son principios prácticos objetivos que guían nuestra conducta moral. Kant los divide en dos tipos:

  • Hipotéticos: condicionados a alcanzar un fin (“debes hacer X si quieres conseguir Y”).
  • Categóricos: universales e incondicionales (“debes hacer X”). Ejemplo de este último es “no debes robar”, que se basa en la buena voluntad y el deber, sin considerar intereses personales o consecuencias.

Relaciones con otros pensadores

Kant y Aristóteles

Kant y Aristóteles comparten visiones éticas centradas en la comunidad, aunque difieren en aspectos fundamentales:

  • Aristóteles propone una ética finalista que ve la felicidad como el bien supremo, con la virtud ética como medio para alcanzarla.
  • Kant desarrolla una ética formal que prioriza el cumplimiento estricto de la norma moral, independiente de la felicidad.
  • Mientras Aristóteles basa la ley moral en la experiencia y situaciones concretas, Kant la fundamenta en imperativos categóricos universales emanados de la razón.

A pesar de estas discrepancias, ambos filósofos conciben la ética como vital para la vida comunitaria, buscando mejorar la sociedad y contribuir al bienestar y la armonía social.

Kant, el Racionalismo y el Empirismo

Kant inicialmente se alinea con el Racionalismo, pero tras leer a Hume, un Empirista, reconoce la importancia de las ideas empíricas. Este despertar lo lleva a concluir que la metafísica no puede ser considerada ciencia, ya que las categorías puras no pueden aplicarse más allá de la experiencia. Reconoce la validez de las nociones empíricas, pero sostiene que la razón organiza y estructura nuestro conocimiento sensorial.

Kant y los contractualistas (Hobbes y Rousseau)

Kant coincide con Hobbes y Rousseau en la noción de un estado previo de naturaleza, pero difiere en sus conclusiones:

  • Hobbes aboga por un contrato social para establecer un Estado soberano y garantizar la paz.
  • Rousseau defiende un contrato social que preserve la libertad y la igualdad natural.

Kant comparte con Rousseau la importancia de la libertad como derecho fundamental, aunque su visión sobre la organización social difiere.