La Novela Española desde 1975: Tendencias y Transformaciones
La Novela Española desde 1975
Importancia de la Libertad de Expresión
Tras la supresión de la censura y el advenimiento de la libertad de expresión, la novela española experimentó una profunda transformación a partir de 1975. Diversas tendencias dificultan su clasificación, con autores de distintas generaciones conviviendo y creando:
- Primera generación: Camilo José Cela, Gonzalo Torrente Ballester y Ricardo San Pedro.
- Generación del 68: Eduardo Mendoza, Juan José Millás.
- Generación posterior: Antonio Muñoz Molina, Arturo Pérez-Reverte y Rosa Montero.
Aunque estos escritores nacieron entre 1910 y 1920, su triunfo literario se consolidó después de 1975.
Características de la Novela Española Post-1975
Entre las características más reconocibles de este periodo, destacan:
- Abandono del experimentalismo como corriente narrativa principal.
- Preferencia por la linealidad narrativa y simplificación temporal.
- Uso frecuente del perspectivismo.
- La ironía como reflejo de la realidad.
- Despojada de ideología y didactismo, la novela adopta una mirada escéptica, y el protagonista deja de ser un héroe.
- Prima lo subjetivo, con una mirada nostálgica hacia el pasado.
- Diversidad temática que da lugar a diferentes corrientes y agrupaciones de autores y obras.
Periodos de la Novela Española desde 1975
1975-1980: Abandono del Experimentalismo
Entre 1975 y 1980, se observa un abandono del experimentalismo en favor de la narratividad. Obras importantes de este periodo son Si te dicen que caí de Juan Marsé y La verdad sobre el caso Savolta de Eduardo Mendoza. Esta última se considera un punto de partida de la nueva narrativa por su combinación de innovaciones de los sesenta con formas tradicionales: combinación de registros, integración de distintos materiales, diferentes perspectivas, fragmentación en secuencias y utilización de la ironía.
Década de 1980: Consolidación de Nuevas Generaciones
En la década de los ochenta se consolida la coexistencia de autores de diferentes generaciones, con la irrupción de nombres como Antonio Muñoz Molina y Julio Llamazares. Se diversifican los géneros narrativos, destacando la novela histórica, la policíaca y la crónica generacional. El intimismo también encuentra su espacio, y Juan José Millás, con su estilo único, introduce una fantasía con tintes de absurdo. Juegos de la edad tardía de Luis Landero (1989) es una novela emblemática de este periodo.
Década de 1990: Literatura Light y Generación X
La década de los noventa presencia el auge de la “literatura light“, caracterizada por la simplificación temática y de contenido debido a presiones editoriales. Surge un nuevo costumbrismo urbano con protagonistas jóvenes marginales. La construcción narrativa es fragmentaria, el léxico es pobre, con influencia del cine y la música rock. Estas características se formalizan en la “Generación X”, influenciada por la estética norteamericana y el minimalismo.
Tendencias Sobresalientes
Posmodernismo
El posmodernismo refleja un desencanto por las expectativas no cumplidas tras el franquismo. Se caracteriza por el uso de técnicas cinematográficas, la secuenciación, los flashbacks, la narración desde el presente, la abundancia de elementos culturalistas, la estructura de pastiche, el distanciamiento irónico y el escepticismo.
Ficción Metanovelesca
En la ficción metanovelesca, la construcción de la novela es el propio relato. Beatus ille, que combina esta tendencia con la novela policíaca, es un ejemplo. Se relaciona con los últimos vestigios del experimentalismo, con autores como Juan Benet y la novela Gramática parda de Juan García Hortelano, que rompe con las formas tradicionales, apuesta por el hermetismo y una sintaxis anticonvencional.
Realismo
El realismo se diversifica en varias subcorrientes, como el realismo irónico y el “realismo sucio”, este último criticado por su escaso valor literario. La relación literatura/realidad es la base de la novela.
Novela Histórica
La novela histórica se centra en la recuperación del pasado, priorizando el argumento sobre la técnica. Incluye la recreación de la historia (Extramuros de Jesús Fernández Santos), la fabulación imaginaria y la indagación cultural (El manuscrito carmesí de Antonio Gala). También se reconstruye el siglo XX y la Guerra Civil.
Novela Negra
La novela negra o policíaca se basa en la resolución de un conflicto, implicando al lector con pistas. Manuel Vázquez Montalbán con su detective Carvalho y Francisco García Pavón con Plinio son referentes. Se caracteriza por la influencia del cine, la revelación de la realidad social, el tono culturalista y la ironía.
Novela Testimonial y Generacional
La novela testimonial y generacional utilizan el realismo. Las primeras abordan la vida durante el franquismo y el desengaño posfranquista. Las segundas son novelas de aprendizaje. Las ninfas de Francisco Umbral combina ambas corrientes.
Novela Poética
La novela poemática busca una prosa que se justifique en sí misma, con un estilo depurado, concentración narrativa, personajes insondables y lenguaje sugerente. Mazurca para dos muertos de Camilo José Cela y Mortal y rosa de Francisco Umbral son ejemplos.
La Novela Femenina
La narrativa femenina cobra fuerza, con autoras como Almudena Grandes, Rosa Montero y Carmen Riera. Se caracteriza por la tendencia a la novela psicológica e intimista, la temática del amor y el desamor, personajes femeninos complejos, una buena disposición temporal, la recreación de la infancia o adolescencia y la preocupación por el estilo.
Nuevas Vías Narrativas
Con Nocilla Dream de Agustín Fernández Mallo, surge una nueva generación influenciada por la novela norteamericana. Se construye el relato con material heterogéneo, influencias audiovisuales y una ciencia-ficción que enmarca los conflictos de los personajes. El microrrelato gana relevancia.