Guía de Whiskies Escoceses: Cardhu, Talisker y Lagavulin
Cardhu
En 1811, John Cumming y su esposa Helen arrendaron las fincas de Cardhu. Esta finca estaba rodeada de campos de cebada y situada en una región muy productora por excelencia de whiskies de malta. Por algunos años, solían producir whisky en pequeñas cantidades, pero en el año 1824 pidieron permiso para poder producir whisky, limitado por el tamaño de las cosechas de sus tierras, y como resultado pudieron obtener bastante fama, no por su cantidad sino por su calidad.
El toque femenino siempre ha sido el pilar básico de Cardhu Single Malt. Helen, su mujer, destiló los primeros galones de whisky y lo siguió haciendo hasta los 90 años. En 1846, su hijo Lewis asumió la dirección de la destilería, pero fue su mujer Elizabeth quien tomó las riendas de las tierras, ya que amplió el negocio, reconstruyó la destilería y estableció una alianza con la familia Walker, asegurando el aprovisionamiento para los whiskies Johnnie Walker & Sons.
Cada botella de Cardhu proviene de barricas de roble cuidadosamente seleccionadas, de las cuales muchas son antiguas. Los números suelen indicar el primer año en que se hizo la selección. Cada lote posee características ligeramente diferentes a las de los anteriores, intentando garantizar ediciones únicas a lo largo del tiempo. La distinta conjunción de maderas aporta una impresionante gama de sabores a cada botella.
Cardhu Special Cask Reserve supone un delicado equilibrio de matices que van desde la riqueza y el cuerpo del roble antiguo hasta las notas frutales de las barricas más jóvenes. Probada y comprobada por el paladar de los maestros destiladores, esta combinación entre fortaleza y juventud da como resultado una profundidad de sabor. Una botella viene marcada con una etiqueta en rojo. El color, algo más oscuro que el Cardhu tradicional, también sugiere honduras y laberintos; sin embargo, en la nariz y en la boca, resulta más delicado e intenso que su hermano de destilería y, además, solo está disponible en pequeñas cantidades numeradas por lotes que no garantizan solo su calidad, sino el toque de una bebida única. Tiene aromas a orejones y en el paladar presenta un equilibrio entre lo seco y lo dulce: chocolate, vainilla, coco, heno, empastados con vetas de madera y nuez moscada y con un abanico de frutas exóticas.
Talisker
La destilería Talisker fue fundada en 1830, situada en la Isla de Skye, y toma sus aguas de un arroyo nacido en Cnoc nan Speireag, un lago situado a más de cien metros de altura que baja despeñándose entre las piedras y la turba con sabor a yodo, uno de los tonos inconfundibles en el complejo sabor de Talisker.
El clan MacLeod solía gobernar la isla mucho antes de que Bonnie Prince Charlie se refugiara allí, poco antes del exilio. Fueron los MacLeod quienes concedieron el terreno a la destilería y, a cambio, cada año en la festividad de San Miguel, se entregaba un barril de 45 litros de whisky al jefe del clan, una costumbre que se mantuvo hasta 1880. Hoy en día, aún los trabajadores llevan el apellido, aunque ya no se les paga en moneda acuñada como se solía hacer antaño y ahora solo el jefe puede probar un trago de whisky cuando quiera.
El paisaje de Skye refleja su exuberancia, que recibe los influjos de los vientos del Atlántico Norte, como de las algas que llenan el aire y las piedras de un denso olor a yodo y sal. Con una graduación superior a la media (45,8%), es uno de los whiskies más poderosos del mercado. Es un malta de 10 años de maduración, muy complejo, ahumado, con aroma a turba y raíces volcánicas, notas picantes y salobres, pimienta y reminiscencias de algas marinas. Talisker 18 fue galardonado como el mejor whisky de malta del mundo en los World Whiskies Awards 2007.
Lagavulin
Lagavulin necesita 16 años de reposo para ver la luz. Del mismo modo, el primer trago es denso y fuerte, con un intenso aroma a yodo proveniente de algas, y su cuerpo calienta la boca y el estómago como rescoldos de carbón en una dura noche de invierno. El olor a yodo y a turba es demasiado fuerte, que incluso puede asustar a los paladares más delicados, pero será capaz de impresionar a ciertos paladares que buscan impresiones fuertes. Por lo tanto, poco a poco, este whisky dejará que el paladar entre en un mundo de variedad de sensaciones realmente desconocidas.
Es un whisky potente e intenso, robusto y complejo, con un fuerte y sofisticado sabor a turba ahumada, con aroma predominante a yodo y algas, con un primer sabor seco y, más tarde, con tonos de madera y cuero, finalizando en un recuerdo suave. Fue galardonado como el mejor whisky de Islay.