Tomás de Aquino

Biografía

Nacido en Roccasecca en 1225, Tomás de Aquino enseñó en París. En 1259 fue nombrado maestro de la curia pontificia en Roma. Entre 1265 y 1272 residió en París, donde eran comunes las grandes discusiones filosófico-teológicas entre las diversas órdenes religiosas. Murió en Fossanova en 1274.

Influencias y Método Tomista

Tomás de Aquino es un ejemplo sobresaliente de investigador que con inteligencia prodigiosa buscó conocer todo lo que cayó a su alcance. Lector y estudioso insaciable, sus escritos son un depósito de todo el saber de su tiempo. Mantiene el siguiente esquema discursivo:

  • Expone con precisión minuciosa los términos que entran en los enunciados de las cuestiones que se discuten.
  • Divide las cuestiones en artículos y estos en dificultades a las que va dando respuestas. Todo queda así desmenuzado y comentado, evitando ambigüedades.
  • Construye sus explicaciones a través de razonamientos basados en silogismos cuyas premisas se han aclarado o son evidentes.
  • Concluye solo en afirmaciones que estén justificadas por el rigor deductivo tras alegar los argumentos de los que opinan como él y, sobre todo, después de discutir los que contradicen sus tesis.

Filosofía y Teología

Santo Tomás tiene un objetivo en su obra que consiste en mostrar que las creencias cristianas no son contrarias a la razón porque no contradicen las aspiraciones humanas. Ilustrado por la fe, cristianiza la distinción aristotélica entre sustancias sensibles y suprasensibles. Para ello parte del supuesto ontológico de que hay dos órdenes de realidad: el natural, al que pertenece todo el universo, y el sobrenatural, que es Dios y su gracia:

  • Natural: Es el conocimiento asociado a las facultades de la razón que tiene como resultado la filosofía, con plena validez dentro del orden natural.
  • Sobrenatural: Es el conocimiento que proviene de la revelación divina, cuyas verdades acepta por la fe, consciente de que exceden lo que la razón alcanza. Su ciencia propia es la teología.

Antropología y Psicología

Su concepción del ser humano es coherente con su convencimiento de que no hay contradicción entre la fe y la razón; por eso sus dos fuentes antropológicas son la doctrina cristiana, complementada por la tradición griega procedente de Platón y Aristóteles. Sus principios fundamentales son:

  • Unión sustancial alma y cuerpo: El ser humano es un compuesto sustancial de alma y cuerpo, y ambos interactúan de modo inseparable. El cuerpo forma parte de la esencia humana y es elemento indispensable para el ejercicio pleno de las operaciones racionales y sentimentales.
  • Unicidad del alma: El alma es una sola y su función es ser forma sustancial del cuerpo; esto es, constituye el principio vital y determinante de todas las operaciones humanas. Se encuentra toda en todo el cuerpo, es principio coherente y de unidad en el ser.
  • Origen y subsistencia del alma: Aunque el alma está unida sustancialmente al cuerpo, no se origina del mismo modo, no se hereda ni se transmite, sino que es creada por Dios.

El Conocimiento Intelectual

La teoría del conocimiento de Santo Tomás sigue plenamente la de Aristóteles, basada en el proceso de abstracción, por lo que Santo Tomás suscribe la máxima según la cual nada hay en el entendimiento que no haya estado en los sentidos. El paso de lo sensible a lo inteligible se da mediante la siguiente secuencia:

  • Impresiones sensibles: Los sentidos nos ofrecen siempre objetos particulares con características específicas vinculadas a una materialidad concreta.
  • La imagen intelectual: A partir de la información de los sentidos, la imaginación forma una imagen interior que los escolásticos llaman phantasma.
  • La actividad del entendimiento: El entendimiento reconoce las imágenes formadas por la imaginación para abstraer de ellas la idea universal de los diversos objetos. En el proceso de abstracción se pueden distinguir dos funciones del entendimiento:
    • Agente: Consiste en prescindir de las cualidades sensibles de las imágenes, las universaliza y abstrae.
    • Paciente: Las ideas inteligibles quedan impresas en el entendimiento de forma permanente.

La Verdad y la Ciencia

Todo conocimiento verdadero parte de la experiencia. Esto conduce a un concepto realista de verdad: la verdad es la conformidad entre las cosas y el entendimiento. La verdad está en el juicio. El juicio es el acto por el cual se manifiesta la adecuación entre el entendimiento y las cosas.

Los juicios universales son la base de la ciencia y del lenguaje. Las leyes científicas no son descripciones de seres individuales, sino que se basan en juicios con valor universal y necesario. La abstracción como método generalizado tiene como consecuencia que incluso el conocimiento de Dios y su existencia deben partir de la experiencia sensible.

Ontología Tomista

  • El ser como primer conocimiento: Con gran realismo, para Santo Tomás tenemos conocimiento inmediato de que hay seres muy diferenciados (naturales o propiamente intelectuales).
  • Diversos modos de darse el ente: Hay diversos modos de darse las entidades. Uno es el modo de ser de la sustancia y otro el de su estatura, sus pensamientos.
  • La composición de los entes: Los entes que percibimos son compuestos de materia/forma, acto/potencia, sustancia/accidente.
  • La distinción esencia/existencia: En los seres se distingue la esencia de la existencia. Esto quiere decir que la esencia de un ser es pura potencia y para que exista realmente hace falta actualización.
  • La materia como principio de individuación: Las esencias se pueden multiplicar en infinidad de individuos.
  • Analogía entre el ser de Dios y el ser de las criaturas: Santo Tomás recurre a la analogía como concepto fundamental de su ontología.

La Necesidad de Demostrar la Existencia de Dios

Para el creyente, Dios es principal en el orden del ser, pero eso no quiere decir que lo sea también en el orden de los conocimientos humanos. De ahí que Santo Tomás afirme que la existencia de Dios no es una evidencia para nosotros, por eso debemos buscar argumentos para demostrarla. Para organizar el razonamiento demostrativo parte de una evidencia constatada por los sentidos y confirmada por la simple razón: todos los seres del universo son contingentes (pueden existir o no).

  • Se parte de experiencias sensibles.
  • Se plantea desde la imposibilidad de llevar el razonamiento hasta el infinito.
  • Se contempla la exigencia lógica de un primer principio.
  • Efecto-hechos.

Las Cinco Vías para Demostrar la Existencia de Dios

  • Primera vía: El movimiento. Se basa en la metafísica: todo lo que se mueve exige un motor y cada motor exige otro, y así sucesivamente, y Dios es el primer motor.
  • Segunda vía: Constatamos que todos los seres y efectos se derivan de causas anteriores. Es necesario que haya una primera causa que explique la existencia de las demás causas.
  • Tercera vía: La contingencia. Todas las cosas son contingentes, pero lo contingente no puede existir en razón de sí mismo. Por tanto, un ser necesario.
  • Cuarta vía: Los grados de perfección. En las cosas percibimos diversos grados de perfección, luego parece lógico que haya un grado máximo de perfección.
  • Quinta vía: Teleológica. Todas las cosas, incluso las irracionales, tienden a un fin.

Moralidad y Libertad

En su condición de creyente, Santo Tomás tiene claro que la acción humana se realiza con sometimiento a la acción previsora y providente de Dios. A partir de este principio teológico fija los principios fundamentales de su ética:

  • La libertad como atributo antropológico: Santo Tomás defiende la libertad humana entendida como libre albedrío.
  • La ley natural como reflejo antropológico de la ley eterna: Es el designio de Dios sobre las criaturas. Dios lo imprime en cada una de ellas en forma de ley natural.
  • La función de los hábitos y virtudes:
    • Virtudes intelectuales: Son inteligencia, ciencia, prudencia.
    • Virtudes morales: Son muchas porque guardan relación con el tipo de acción que se debe realizar.
    • Virtudes teologales: Fiel a las creencias cristianas.

Importancia e Influencia de su Pensamiento

  • Su realismo y fidelidad al modo de ser de las cosas: No todo es igual ni vale igual.
  • El empeño por buscar la verdad.
  • La exigencia de racionalidad: No basta con afirmar algo sin razones y argumentos.
  • Su ética y su política, debidamente reinterpretadas, estimulan la reflexión sobre el sentido de la acción humana individual y de la acción política.
  • Su exposición amplísima de las virtudes, incluida la sabiduría y la prudencia.