Desarrollo de la Guerra Civil Española

La sublevación militar de 1936 provocó una revolución social que desembocó en la desintegración del ejército republicano. La defensa republicana quedó en manos de milicias armadas de los partidos políticos y sindicatos obreros.

Fases de la Guerra Civil

1. La Lucha por Madrid (agosto 1936 – marzo 1937)

Tras la muerte de Sanjurjo, Franco dirigió a los nacionales desde el sur, mientras que el general Mola dirigía su ejército del norte al sur (Requetés). La toma de Irún cortó el acceso de los republicanos del norte a Francia y la entrada de ayudas. Poco después se rindió San Sebastián. La estrategia era ejercer una “tenaza” sobre Madrid con ambos ejércitos nacionales. Sin embargo, Mola se estancó en el sistema central ante la resistencia de las columnas de milicianos y del Quinto Regimiento. Franco avanzaba más deprisa desde el sur, subiendo por Extremadura. Tomó Talavera y, en septiembre de 1936, el Alcázar de Toledo. Este retraso fue crucial para que la capital organizara mejor su resistencia, gracias a la Junta de Defensa de Madrid. El ejército republicano rechazó un primer ataque frontal a la ciudad por el oeste, a la altura de Ciudad Universitaria. Entonces, Franco decidió rodearla, dando lugar a una serie de ofensivas nacionales para conquistar Madrid. Finalmente, desistió de este enfrentamiento directo hacia Madrid y decidió reducir el frente andaluz, tomando Málaga en 1937.

2. El Frente Norte (abril – octubre 1937)

Franco cambió de táctica y decidió atacar el territorio republicano del norte, estableciendo su gobierno en Burgos. Ocupó Vizcaya y Bilbao. La Legión Cóndor bombardeó Guernica y Durango en abril de 1937. Más tarde cayeron Santander y Asturias. Una vez finalizada la conquista del Frente Norte, Franco dispuso de todas las unidades militares y recursos industriales para atacar Madrid. El ejército republicano emprendió varias ofensivas para retrasar el avance, pero no lo logró ni en Belchite ni en Brunete. Las tropas franquistas tomaron Gijón. Existió desunión en el bando republicano debido a los disturbios de Barcelona, que provocaron la salida de Largo Caballero como presidente del gobierno.

3. El Frente del Este (noviembre 1937 – abril 1939)

Franco volvió al frente de Madrid y el gobierno republicano decidió una ofensiva en Teruel con el propósito de defender la capital, una de las batallas más sangrientas. Las tropas franquistas se lanzaron hacia el Mediterráneo y llegaron hasta Vinaroz, continuando hacia Valencia y Castellón, ya que Valencia era la sede del gobierno republicano tras huir de Madrid. Los republicanos lanzaron la ofensiva sorpresa del Ebro, la más cruenta de la guerra civil, con 100.000 muertos, la mayoría republicanos. Franco tomó Barcelona y Gerona. Esto llevó a la salida del gobierno republicano a Francia, del que volvió posteriormente, ya que Negrín pretendía resistir. Pero, por otro lado, se encontraban los partidarios de negociar el final del conflicto. Evidentemente, Franco se negó y Madrid se rindió el 28 de marzo. El 31 se tomó Alicante. Franco declaró el fin del conflicto el 1 de abril de 1939.

Sociedad y Economía en el Franquismo

El franquismo adoptó una política económica de autarquía, es decir, intervencionista. Como consecuencia, se produjo un estancamiento económico generalizado, escasez, hambre y racionamiento de productos básicos. Estas medidas se adoptaron por las pérdidas de materiales y de capital humano en la guerra civil, la Segunda Guerra Mundial y la condena al régimen por parte de la ONU.

La agricultura entró en una profunda crisis, bajando mucho la producción y escaseando productos de primera necesidad. El organismo encargado de coordinar la política agraria fue el Servicio Nacional del Trigo, que intervenía los precios de los cereales y legumbres, estableciendo tasas o precios fijos, obligando así a los agricultores a vender al estado sus productos a bajo precio. Se impusieron cartillas de racionamiento, documentos personales que la administración sellaba a cambio de una pequeña ración de productos básicos.

En la industria se estancó su producción y todas las industrias tenían obligación de solicitar permisos al estado para producir, importar y exportar. Los salarios descendieron mientras que los precios subieron, lo que supuso la pérdida del nivel de vida y poder adquisitivo. Los ingresos estatales fueron escasos y se generó deuda pública. Esta fue afrontada por los bancos privados a cambio de préstamos del Banco de España. El régimen de Franco se basaba en obtener recursos de los más ricos para beneficiar a los menos pudientes. Por todas estas razones, los años 40 se conocen como los “años del hambre”.

Poco a poco se renunció al aislacionismo y la ayuda extranjera llegó en 1953. La política agraria tendió a eliminar los cupos forzosos. La supresión de las cartillas de racionamiento supuso un avance liberalizador. Se abandonaron algunos proyectos autárquicos del INI, el PIB creció y el comercio exterior se multiplicó. A pesar de esto, hasta 1954 la renta per cápita no igualó la existente antes de la guerra civil.

En la sociedad, la Ley de Prensa impuso una estricta censura y la información radiofónica fue también controlada. Entre las bases del régimen se encontraban los grandes propietarios de tierra, la burguesía industrial, la aristocracia financiera, la élite administrativa y los eclesiásticos. Por otra parte, el reto del franquismo fue la adhesión de una amplia base social, atraerse a las clases medias a través de organizaciones como la Falange, la Iglesia y la escuela, que estaba muy controlada por la Iglesia y el ejército. El franquismo negaba la existencia de lucha de clases y echaba la culpa de esto a las organizaciones sindicales marxistas y anarquistas, por ello prohibió las organizaciones sindicales y el derecho de huelga. Como contrapartida, el régimen concedió a los trabajadores una política de protección social. El Instituto Nacional de Previsión gestionó el régimen de subsidios familiares y de vejez, seguro de enfermedad, etc. España se convirtió en los 40 en un páramo intelectual, con la llegada de Ruiz Jiménez. A partir de los 50 destacan poetas como Goytisolo y autores teatrales como Buero Vallejo y Sastre.

II. Sublevación Militar e Internacionalización

1. Sublevación Militar

1.1. Conspiración Militar

La conspiración fue sobre todo militar y se basaba en la idea de realizar un golpe de estado rápido que les permitiera hacerse con el control del Estado. La comandaba el general Mola, aunque se pensaba poner al frente al general Sanjurjo, exiliado en Portugal. Éste murió en un accidente aéreo cuando viajaba a España, y solo entonces el general Franco pasó a la primera línea.

1.2. El Golpe de Estado: el “alzamiento” (17 y 18 de julio de 1936)

En la tarde del 17 de julio se inició la sublevación en Melilla, Ceuta y Tetuán. Esa misma noche, Franco se trasladó hasta Marruecos para ponerse al frente del ejército de África. El jefe de gobierno, Casares Quiroga, no comprendió la importancia de la rebelión y perdió unas horas decisivas en las que no tomó ninguna medida concreta. En la Península, el día 18, la rebelión se extendió rápidamente por Castilla la Vieja (hoy Castilla y León), Galicia, Aragón, Navarra, parte de la provincia de Cádiz, así como por Canarias y Baleares (excepto Menorca), y por algunos enclaves importantes dentro del territorio de la República: Sevilla, Córdoba, Granada, Albacete y Oviedo. Por el contrario, Madrid, toda Cataluña, Castilla la Nueva (Castilla la Mancha), Badajoz, gran parte de Andalucía, Murcia, Valencia y toda la cornisa cantábrica, desde Guipúzcoa hasta Asturias, permanecieron fieles a la República. La actuación de los civiles armados fue decisiva para el fracaso de la rebelión en dos ciudades claves del Estado: Madrid y Barcelona. En Madrid, la sublevación no tuvo la suficiente coordinación. En Barcelona, la resistencia corrió a cargo de las milicias anarquistas de la CNT, la Guardia Civil y la Guardia de Asalto.

1.3. Fuerzas del Gobierno de la República

El alzamiento había triunfado en media España, pero la situación estratégica inicial de la República era notablemente superior. Se mantuvieron fieles a la República dos amplias regiones, al sur y al norte de la Península: casi todo el norte peninsular. También quedó en sus manos la importantísima región catalana, las comarcas trigueras de Castilla la Nueva y del Valle del Guadalquivir, los arrozales y los regadíos de Valencia y Murcia, y toda la fachada mediterránea hasta Gibraltar. La República contaba además con la mitad de los efectivos del Ejército de Tierra y con la mayor parte de la aviación. Otro factor de suma importancia es que la República contaba con la posesión del tesoro del Banco de España. El ejército republicano, sin embargo, se encontraba en una situación muy inferior en cuanto a mandos superiores del Ejército de Tierra, las unidades estaban desarticuladas y la mayor parte de los aviones habían sido inutilizados.

1.4. Fuerzas del Bando Sublevado o Nacional

Tenía cierta superioridad respecto a la República en cuanto a ejército de Tierra: contaba con el ejército de África, el mejor equipado y entrenado. Otra ventaja notable era que la mayor parte de los generales y altos oficiales se habían sumado al alzamiento. El ejército nacional suplió la carencia de oficiales de graduación inferior por medio de los alféreces provisionales. La fuerza aérea la proporcionó Alemania.

2. Internacionalización

La Guerra Civil dejó de ser rápidamente un conflicto interno para adquirir dimensiones internacionales. Sobre nuestro país se decidía la gran cuestión mundial. Es por ello por lo que cada uno de los bandos en la guerra tuvo sus propios patrocinadores.

Apoyos del Frente Popular

El Gobierno de la República contó desde el principio con el apoyo de México, Francia y la Unión Soviética de Stalin. La ayuda francesa no fue todo lo leal que cabía esperar y, además, quedó cortada por el Acuerdo de No Intervención. La ayuda soviética, por el contrario, fue mucho más efectiva y de mayor trascendencia. No obstante, la Unión Soviética fue todavía menos generosa que Francia a la hora de establecer las contrapartidas económicas. Por esta causa, el oro del Banco de España fue trasladado en septiembre de 1936 a Moscú y no fue devuelto jamás. Las Brigadas Internacionales, organizadas por Stalin, eran grupos de voluntarios de muy diversas procedencias que venían a España a luchar contra el fascismo, unos 40.000 aproximadamente.

Apoyos al Bando Sublevado o Nacional

Aquí la ayuda fue menos espectacular pero más efectiva. La Italia fascista y la Alemania nazi no escatimaron su ayuda al bando alzado, con mayor eficacia y generosidad que la demostrada a la República. El bando franquista recibió de Italia material de guerra y unidades de combate formadas por unos 73.000 “voluntarios”, mientras que la Alemania de Hitler enviaba la Legión Cóndor, instructores militares y material. No exigieron el pago inmediato ni por adelantado del material suministrado y los suministros fueron constantes. La ayuda era semigratuita: España debía devolver un crédito.

III. Evolución Política

1. La Etapa Azul: Predominio de Serrano Suñer (1939-1945)

El primer gobierno de la dictadura siguió las pautas de todos los gobiernos de Franco: participaban todas las familias políticas del régimen, con predominio de la Falange, debido al papel de Alemania en la escena internacional y a la reciente guerra civil. El hombre fuerte de esa etapa fue Serrano Suñer.

Política Exterior: España y la Segunda Guerra Mundial

La proyección exterior del régimen durante la Segunda Guerra Mundial se concretó de la neutralidad a una postura de no beligerancia, en realidad un apoyo apenas disimulado hacia la Italia fascista y la Alemania nazi, los aliados de Franco durante la Guerra Civil. Aunque España no intervino en la Segunda Guerra Mundial, el gobierno franquista suministró materias primas de carácter estratégico. En el protocolo firmado en noviembre de 1940, tras la entrevista mantenida entre Hitler y Franco, España estaría dispuesta a entrar en la guerra a cambio de la recuperación de Gibraltar y la obtención de territorios en el África francesa. Finalmente, España no entró en la guerra.

2. El Nacionalcatolicismo (1945-1957)

Desde 1945, coincidiendo con el final del conflicto mundial y con el triunfo de los aliados, se incrementó la influencia política de los católicos en los gobiernos franquistas. Una de las figuras más representativas de este grupo fue Alberto Martín Artajo.

2.1. Las Primeras Leyes

En el ámbito legislativo se realizó una labor “constituyente” para dotar al nuevo Estado de un entramado jurídico que lo legitimara y equiparara, al menos en apariencia, con otros estados europeos. A falta de una carta formal, la dictadura fue fraguando su contenido constitucional a través de sucesivas leyes orgánicas (Leyes Fundamentales), en total siete, que permitieron la institucionalización progresiva del régimen franquista.

2.2. Política Exterior: Del Aislamiento Internacional al Fin de Este

Cuando acabó la Segunda Guerra Mundial, en 1945, los países vencedores aislaron a España por considerar al régimen de Franco similar a los que habían derrotado en la guerra. El régimen fue condenado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y todos los embajadores abandonaron el país, que fue bloqueado diplomática y económicamente. El bloqueo, sin embargo, fue interrumpido por el Gobierno argentino presidido por Perón entre 1946 y 1948, y por la banca estadounidense poco después. España no pudo incorporarse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ni a la Comunidad Económica Europea (CEE) debido en gran medida al carácter antidemocrático del régimen.

3. La Crisis de 1956 y el Ascenso de los Tecnócratas al Poder

A mediados de los años cincuenta, por un lado, la política autárquica había llevado a una difícil situación económica y, por otro, la política de los católicos presentaba síntomas de agotamiento.

IV. La Oposición al Régimen

1. La Oposición al Régimen en los 40

En agosto de 1945 se reunieron en México las Cortes de 1936 y eligieron un nuevo Presidente de la República, Diego Martínez Barrio, y un nuevo gobierno presidido por José Giral. Estaban demasiado alejados de España y de los republicanos exiliados en Francia. Además, las divisiones internas en torno a cuál debía ser la oposición a Franco debilitaron aún más las posibilidades reales de esta oposición. La actividad clandestina de pequeños grupos del PCE, del PSOE y de la CNT nunca se interrumpió. Estas agrupaciones políticas incrementaron su presión sobre el régimen en la fase de aislamiento con actos como las huelgas. Por otra parte, a partir de 1944, grupos de “maquis”, de inspiración comunista o anarquista, cruzaron los Pirineos y trataron de mantener una lucha de guerrillas contra Franco en Asturias, León, Sistema Ibérico y Andalucía. En seguida fueron derrotados, quedando grupos hasta 1952. Las posibilidades de los monárquicos, aunque contaban con una mayor aceptación internacional, tampoco fueron mejores. El momento más difícil para el dictador se produjo en 1943, cuando los tenientes generales dirigieron una carta colectiva a Franco en la que le pedían la restauración de la monarquía. Dos años más tarde, el conde de Barcelona, Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII, hizo público en Lausana (Suiza) un manifiesto en el que solicitaba a Franco que se retirara para restaurar la monarquía en su persona. Franco rompió toda relación con don Juan, manifestando su voluntad de no cederle el poder. Los monárquicos carecían de fuerza para derribar a Franco y, además, eran incapaces de obtenerla; por ello, en 1948, don Juan aceptó que don Juan Carlos se educara en España.

2. La Oposición al Régimen en los 50

La oposición procedente de la República prácticamente se había quedado sin entidad alguna. La renuncia a la práctica violenta, la transformación social y generacional de sus miembros y el impulso de la actuación opositora en las universidades y en el seno de los sindicatos franquistas cambiaron la situación. Las acciones más frecuentes de la oposición eran las convocatorias de huelga en las que se reivindicaban mejoras económicas. La oposición de los nacionalistas en Cataluña y el País Vasco se intensificó a finales de los 50. En 1959 y 1960, con motivo de unas protestas que hubo en Barcelona, Jordi Pujol se convirtió en la figura más destacada del catalanismo. En el País Vasco, el nacionalismo, con clara participación del clero, se radicalizó.

V. Fundamentos Ideológicos

La dictadura de Franco no fue una dictadura fascista, ni militar, ni totalitaria; se puede definir como una dictadura de carácter personal, con rasgos de cada una de las anteriores. En la dictadura franquista no hubo un partido político, sino que existían distintas “familias” políticas, ante las cuales él ejercía de juez y árbitro supremo. Los rasgos principales de esta ideología fueron los siguientes:

  • Tradicionalismo: En parte derivado de las ideas aportadas por el carlismo, pero sobre todo arraigado en valores militares que ponían la unidad de la Patria como valor sacrosanto y que buscaban en el pasado las justificaciones de esa unidad.
  • Aversión hacia las instituciones políticas liberales y la democracia parlamentaria.
  • Anticomunismo: Extendido en realidad en términos amplios a los llamados “rojos” y que abarcaba desde la extrema izquierda revolucionaria hasta la burguesía democrática, por moderada que fuera.
  • Un exacerbado nacionalismo, combinado con la xenofobia y el catolicismo más conservador. Este se convirtió en la religión oficial del Estado. El nacionalismo se entendió de forma centralista y exclusivista.
  • El ejército depurado se convirtió en la columna vertebral y base del régimen. La presencia de militares en los altos cargos fue paulatinamente disminuyendo, aunque siempre ocuparon las carteras militares y los puestos relacionados con la defensa.
  • La Falange: Durante los años cuarenta, y sobre todo en los primeros años de la Segunda Guerra Mundial, la Falange ocupaba cerca de un tercio de los altos cargos.
  • La Iglesia Católica: Representó el elemento sancionador de la “legitimidad” del franquismo y el Concordato de 1953 consolidaba la presencia de la Iglesia en la enseñanza media y en la vida intelectual, convirtiéndose en propagadora de la ideología del régimen.
  • Un grupo influyente eran los católicos y tecnócratas.
  • Los monárquicos o tradicionalistas: Constituyeron un conjunto de varias tendencias, a veces enfrentadas entre sí. Los carlistas, extremadamente conservadores, ocuparon un papel minoritario. El resto apoyaba la tesis de que la dictadura debía dejar paso, terminada la guerra, a la restauración monárquica.

VI. Cronología de Acontecimientos Clave

  • 1808: Encuentros de Bayona, inicio de la Guerra de Independencia. Motín de Aranjuez. Levantamiento de Madrid.
  • 1812: Primera Constitución Española.
  • 1814: Regreso de Fernando VII.
  • 1820: Pronunciamiento de Riego. Trienio Liberal (1820-1823).
  • 1823: Los Cien Mil Hijos de San Luis.
  • 1830: Pragmática Sanción.
  • 1832: Regencia de María Cristina.
  • 1833: Primera Guerra Carlista (1833-1839).
  • 1835: Decretos de desamortización de los bienes de la Iglesia por Mendizábal.
  • 1837: Nueva Constitución.
  • 1839: Fin de la Guerra Carlista (excepto Cataluña – 1840).
  • Y así sucesivamente… (se completa la cronología hasta 1955)