Cáncer de Cuello Uterino: Prevención, Detección y Tratamiento
Cáncer de Cuello Uterino
Otros nombres: Cáncer Cervical, Cáncer de Cérvix
El cérvix o cuello uterino es la parte más baja del útero, el lugar en el que crece el bebé durante el embarazo. El cáncer de cuello uterino es causado por varios tipos de un virus llamado virus del papiloma humano (VPH). El virus se contagia por el contacto sexual. El cuerpo de la mayoría de las mujeres es capaz de combatir la infección de VPH. Pero algunas veces, el virus conduce a un cáncer. Si fuma, tiene muchos hijos, ha utilizado pastillas anticonceptivas por largos periodos o tiene una infección por VPH tiene más riesgo de que eso ocurra.
En un principio, el cáncer de cuello uterino quizá no causará síntomas, pero más adelante puede haber dolor en la pelvis o sangrado vaginal. Suele tomar varios años para que las células normales del cuello uterino se conviertan en células cancerosas. El médico puede encontrar las células anormales con una citología vaginal o Papanicolaou (Pap), que es un examen de las células del cuello uterino bajo un microscopio. Hacerse exámenes Pap periódicamente permite detectar y tratar las células cambiantes, antes de que se conviertan en un cáncer.
Existe una vacuna para las niñas y mujeres jóvenes que las protege contra los cuatro tipos de VPH que causan la mayoría de los cánceres de cuello uterino.
Signos y Síntomas
Las mujeres con cánceres del cuello uterino en etapa temprana y pre-cánceres usualmente no presentan síntomas. Los síntomas a menudo no comienzan sino hasta que un cáncer se torna invasivo y crece hacia el tejido adyacente. Cuando esto ocurre, los síntomas más comunes son:
- Sangrado vaginal anormal, tal como sangrado después de sostener relaciones sexuales (coito vaginal), sangrado después de la menopausia, sangrado y manchado entre periodos y periodos menstruales que duran más tiempo o con sangrado más profuso de lo usual. El sangrado después de una ducha vaginal o después del examen pélvico es un síntoma común de cáncer de cuello uterino, no de pre-cáncer.
- Una secreción vaginal inusual (la secreción puede contener algo de sangre y se puede presentar entre sus periodos o después de la menopausia).
- Dolor durante las relaciones sexuales (coito).
Estos signos y síntomas también pueden ser causados por otras condiciones que no son cáncer del cuello uterino. Por ejemplo, una infección puede causar dolor o, raras veces, sangrado. Aun así, si usted tiene alguna de estos signos u otros síntomas sospechosos, es importante que vea a su médico de inmediato. Ignorar los síntomas puede permitir que el cáncer progrese a una etapa más avanzada y que se reduzcan sus probabilidades de un tratamiento eficaz.
Lo mejor es que no espere a que aparezcan los síntomas. Hágase pruebas de Papanicolaou y exámenes pélvicos regulares.
A menudo, su médico de cabecera puede tratar los pre-cánceres. Si se sospecha que el cáncer sea invasivo, su médico le referirá a un oncólogo ginecólogo, un médico que se especializa en los cánceres del sistema reproductor femenino. Algunas pacientes también serán referidas a un oncólogo radiólogo, un médico que se especializa en el tratamiento del cáncer con radiación.
Prevención del Cáncer de Cuello Uterino
Debido a que la forma más común de cáncer del cuello uterino comienza con cambios precancerosos, hay dos formas de detener el origen de esta enfermedad. La primera manera es prevenir los pre-cánceres, y la segunda es encontrar y tratar los pre-cánceres antes de que se tornen en cánceres.
¿Qué hacer para prevenir los pre-cánceres?
Evite estar expuesta al VPH
Usted puede prevenir la mayoría de los pre-cánceres del cuello uterino previniendo la exposición al VPH. Ciertos tipos de conductas sexuales aumentan el riesgo de una mujer de contraer una infección con el VPH, tales como:
- Tener relaciones sexuales a temprana edad.
- Tener muchas parejas sexuales.
- Tener una pareja que ha tenido muchas parejas sexuales.
- Tener sexo con hombres que no hayan sido circuncidados.
Posponer las relaciones sexuales
Esperar hasta una mayor edad para tener relaciones sexuales puede ayudar a evitar el VPH. También ayuda a limitar su número de parejas sexuales y a evitar las relaciones sexuales con alguien que haya tenido muchas otras parejas sexuales. Recuerde que alguien puede tener el VPH por años sin presentar síntomas (no siempre causa verrugas o cualquier otro síntoma). Alguien puede tener el virus y contagiar a otra persona sin saberlo.
Uso de condones
Los condones proveen cierta protección contra el VPH. Un estudio encontró que cuando se usan los condones correctamente, éstos pueden reducir la tasa de infección con VPH en aproximadamente 70% si se usan cada vez que se tiene sexo. Los condones no pueden ofrecer protección total ya que no pueden cubrir toda posible área de infección con VPH del cuerpo, tal como la piel del área genital o anal. No obstante, los condones proveen cierta protección contra el VPH, y también protegen contra el VIH y algunas otras enfermedades de transmisión sexual.
No fume
No fumar es otra forma importante de reducir el riesgo de pre-cáncer y cáncer del cuello uterino.
Vacunas
Se han estado desarrollando vacunas que pueden proteger a las mujeres contra las infecciones del VPH. Hasta este momento, se ha estudiado una vacuna que protege contra los tipos 6, 11, 16 y 18 del VPH (Gardasil®) y otra que protege contra los tipos 16 y 18 (Cervarix®).
La FDA aprobó la vacuna Gardasil para ser usada en los Estados Unidos de América. La vacuna requiere una serie de tres inyecciones por un período de seis meses. La segunda inyección se aplica dos meses después de la primera, y la tercera inyección se administra cuatro meses después de la segunda. Se comenta que efectos secundarios son leves. Los más comunes son enrojecimiento breve, inflamación e irritación en el área de la piel donde se administró la inyección. En los estudios clínicos, Gardasil® previno las verrugas genitales causadas por el tipo de VPH 6 y el 11 y los pre-cánceres y cánceres del cuello uterino causados por los tipos de VPH 16 y 18. Esta vacuna sólo funciona para prevenir la infección con VPH (no trata una infección existente).
Para la mayor efectividad, la vacuna contra el VPH se debe aplicar antes de que una persona comience a tener relaciones sexuales. El Federal Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP) ha recomendado que la vacuna sea administrada de forma rutinaria a mujeres entre 11 y 12 años. Se puede administrar a mujeres más jóvenes (tan pronto como a los nueve años) a discreción de los doctores. El ACIP también recomendó que las mujeres entre 13 y 26 años de edad que no hayan sido vacunadas reciban las vacunas a manera de “ponerse al día”.
La Sociedad Americana del Cáncer también recomienda que la vacuna sea administrada de forma rutinaria a mujeres entre 11 y 12 años, y tan pronto como 9 años a discreción de los doctores. La Sociedad también está de acuerdo en que las jóvenes entre 13 y 18 años de edad deben recibir las vacunas para “ponerse al día”. El panel independiente que hace las recomendaciones a nombre de la Sociedad reportó que no existe evidencia suficiente para recomendar “ponerse al día” con las vacunas para toda mujer entre 19 y 26 años. Como resultado, la Sociedad Americana del Cáncer recomienda que las mujeres entre 19 y 26 años consulten con su médico antes de decidir si deben recibir las vacunas para conocer el riesgo de exposición previa al VPH y el beneficio potencial de vacunarse. Se está llevando a cabo investigación sobre el uso de Gardasil en mujeres mayores y en hombres. Las guías de la Sociedad Americana del Cáncer se enfocan en este momento sobre Gardasil. A medida que nueva información sobre Cervarix, Gardasil y otros nuevos productos se hace disponible, estas guías se irán actualizando.
Las vacunas Gardasil son costosas. La serie de vacunas cuesta alrededor de US$360 (no incluye los honorarios del doctor ni el costo de aplicar las inyecciones). Deben ser cubiertas por la mayoría de los planes de seguros médicos (si se administran según las guías del ACIP). También debe tener cobertura por los programas gubernamentales que pagan las vacunas para niños menores de 18 años. Debido al costo excesivo, puede que quiera consultar con su compañía de seguros antes de obtener la vacuna.
Es importante entender que la vacuna no protege contra todos los tipos de VPH causantes de cáncer. Por lo tanto, las pruebas de Papanicolaou rutinarias siguen siendo necesarias. Otro de los beneficios consiste en que la vacuna protege contra los dos virus que causan el 90% de las verrugas genitales.