CASTILLA Y ARAGÓN EN LA BAJA EDAD MEDIA

INTRODUCCIÓN

Hasta el siglo XI, los pequeños núcleos cristianos del norte de la Península Ibérica eran débiles en comparación con Al-Ándalus. Con la desaparición del califato de Córdoba, los reinos cristianos se expandieron hacia el sur, en un período caracterizado por la reconquista y la repoblación. Posteriormente, en la península, existían cinco reinos: Portugal (que se independizó de Castilla a finales del siglo XII), Navarra, Granada (sometida a vasallaje por Castilla), la Corona de Aragón y la Corona de Castilla. Estas dos últimas eran las más poderosas y se enfrentaron por el poder en varias ocasiones.

DESARROLLO

La Corona de Castilla

La Corona de Castilla se expandió por las dos Mesetas y Andalucía. Sus objetivos eran conquistar las rutas marítimas del estrecho de Gibraltar y del Cantábrico para desarrollar el comercio marítimo, y finalmente conquistar el reino Nazarí de Granada y el reino de Navarra. Su organización política era una monarquía autoritaria donde los reyes reforzaron la administración central.

INSTITUCIONES DE CASTILLA
  1. MONARQUÍA: A partir de Alfonso X, se produjo un fortalecimiento de la monarquía. La corona era menos feudal que en Aragón y el rey tenía los poderes más extensos (podía declarar la guerra, y tenía el poder legislativo y judicial), actuando como monarca absoluto.
  2. CONSEJO REAL: Formado por doce nobles y eclesiásticos de confianza del monarca que le ayudaban en la administración del reino. Tenían carácter consultivo y fue la principal institución de Gobierno.
  3. AUDIENCIA O CHANCILLERIA: Era el órgano supremo en la administración de Justicia castellana. A la cabeza se situaba el monarca.
  4. CORTES: Formadas por representantes de la nobleza, el clero y la burguesía. Tuvieron un carácter consultivo. Eran itinerantes, ya que se reunían en la ciudad elegida por el rey. Funciones: Presentar quejas al rey, realizar peticiones al monarca, aceptar las leyes, proclamar al heredero (monarquía hereditaria).
  5. MUNICIPIOS: Las principales ciudades tenían mucho poder, independencia y aldeas bajo su control donde administraban justicia, imponían órdenes y tenían sus propios ejércitos. Los nobles estaban a la cabeza. Nace el corregidor, representante del poder real en Castilla.

La Corona de Aragón

La Corona de Aragón, al reconquistar el reino de Valencia, se expandió por el Mediterráneo (Baleares, Sicilia, Cerdeña). Al asesinar a Roger de Flor, se produjo el saqueo de Grecia y la fundación de los ducados de Atenas y Neopatria. En su evolución política, se observa una crisis por la muerte del rey Martín el Humano, que acabó con el Compromiso de Caspe, donde se eligió sucesor a Fernando I de Antequera, de la familia Trastámara, la misma que reinaba en Castilla.

INSTITUCIONES CORONA DE ARAGÓN
  1. MONARQUÍA: Los reyes querían más autoridad, pero acabaron en una guerra civil catalana que produjo un hundimiento económico y político de Cataluña frente a Valencia. Tuvo un carácter más feudal que en Castilla. El monarca tenía los tres poderes, y se crea el pactismo, donde los reyes llegaban a acuerdos con los privilegiados de manera permanente; la autoridad del rey era un pacto entre el monarca y sus súbditos. Esto aumentó el poder de los nobles y limitó la autoridad del rey por las Cortes. La Corona de Aragón era una unión de reinos: (Aragón, Valencia, Mallorca y el Principado de Cataluña), cada uno con sus instituciones y leyes.
  2. CORTES: Cada reino tenía sus propias cortes, convocadas por el rey, que tenían poder legislativo y votaban sus propios impuestos. Tenían más poder que en Castilla.
  3. DIPUTACIÓN GENERAL O GENERALITAT: En cada reino, el rey tenía un gobernador que dirigía la administración territorial. La Generalitat catalana era un órgano permanente de las Cortes que velaba por el cumplimiento de lo acordado en ellas.
  4. JUSTICIA MAYOR: Miembro de la nobleza encargado del mantenimiento de los privilegios estamentales frente al poder del rey.
  5. MUNICIPIOS: Las principales ciudades tenían mucho poder e independencia, como las castellanas. Los principales cargos los ocupaba la burguesía comercial.

CONCLUSIÓN

En la Baja Edad Media, siglos XIV y XV, se produjo una gran crisis que no afectó a todos los reinos por igual. Hubo un gran descenso demográfico, sobre todo en Navarra y Cataluña, debido a las hambrunas, epidemias (peste negra), guerras civiles y violencia feudal, lo que provocó el abandono de las tierras, carestía y escasez. Por otro lado, en 1469 se casaron los Reyes Católicos (Isabel por parte de Castilla y Fernando por parte de Aragón), que más tarde iniciarían la monarquía hispánica mediante la unión dinástica. En 1492, el reino de Granada se rindió y se incorporó a Castilla.

FERNANDO VII

INTRODUCCIÓN

Al caer Napoleón, tuvo que salir de España su hermano José I y se firmó el Tratado de Valençay, que reconocía a Fernando VII como rey, permitiéndole regresar a España. Su vuelta al trono supuso un atraso, ya que restauró el absolutismo monárquico, eliminando las reformas llevadas a cabo en Cádiz. Esto provocó que los liberales conspiraran mientras la situación económica empeoraba. Este reinado se divide en tres etapas: el sexenio absolutista (1814-1820), el trienio liberal (1820-1823) y la década “ominosa” (1823-1833).

DESARROLLO

El sexenio absolutista

Fernando VII desembarcó en Valencia al mismo tiempo que se publicaba el Manifiesto de los Persas. En Valencia, preparó el golpe de Estado: el decreto de Valencia que restauró el poder absoluto del monarca y abolió las leyes de las Cortes de Cádiz.

La política de Fernando VII fue volver al pasado: se restauró la Inquisición, los antiguos consejos, la Mesta, los gremios, el régimen señorial, las instituciones feudales… La represión significó la cárcel, el destierro o la muerte para los intelectuales liberales. Los afrancesados y los liberales se exiliaron a Reino Unido y Francia. Además, se produjo una quiebra de Hacienda y un gran gasto militar por la guerra en América. El ministro Martín de Garay intentó remediarlo con una reforma basada en un sistema de contribución única y proporcional a los ingresos, pero fracasó.

La represión no detuvo a los liberales. Comenzaron una serie de pronunciamientos militares que caracterizaron todo el siglo XIX. Los intentos golpistas fracasaron, excepto el del coronel Rafael Riego en 1820 en Las Cabezas de San Juan.

El trienio liberal

Con el levantamiento de Riego, Fernando VII juró la Constitución de 1812. El primer gobierno liberal estuvo formado por importantes liberales (Agustín de Argüelles…). Las medidas conformaron un sistema de libertades políticas basado en: la libertad de los presos políticos, la supresión de la Inquisición, la vuelta de las autoridades constitucionales a sus cargos, la convocatoria de elecciones a Cortes y la creación de la Milicia Nacional. Fue un período de reformas políticas y económicas donde la prensa y las sociedades patrióticas fueron formas de expresión. Al mismo tiempo, comenzó el fenómeno juntero, que dio lugar a un doble poder. Las diferencias dividieron el movimiento liberal, formándose dos tendencias:

  • Liberales moderados, como Martínez de la Rosa, que querían llegar a un compromiso con las antiguas clases dominantes y el rey. Defendían la ley y el orden.
  • Liberales exaltados (más tarde progresistas), que querían la Constitución de 1812 y reformas más radicales (sufragio universal). Tenían el apoyo de la Milicia Nacional.

Con los moderados en el poder, se aprobó en 1820 la ley que suprimía las sociedades patrióticas, que el gobierno veía como una amenaza revolucionaria. Los moderados querían reformar de forma conservadora la Constitución de 1812, con sufragio censitario y con una segunda cámara. Algunas medidas importantes fueron la supresión de órdenes monacales y la reforma de regulares, como la abolición de los gremios, la desamortización de los bienes eclesiásticos, la supresión de las vinculaciones y mayorazgos de la nobleza…

Los gobiernos estaban en crisis. A las conspiraciones de los exaltados se añadieron las intrigas del rey y la guerrilla realista. El intento de golpe de Estado de la Guardia Real en 1822 cambió el signo de esta etapa. A partir de ahí, se formaron gobiernos de liberales exaltados y hubo más presión internacional sobre el régimen constitucional. Finalmente, la Santa Alianza, reunida en el Congreso de Verona, envió tropas y acabó con el régimen constitucional. El 1 de octubre de 1823, Fernando VII restauró su poder absoluto.

La década “ominosa”

El regreso de Fernando VII como rey absoluto supuso una represión política. Muchos liberales abandonaron España y otros fueron encarcelados o asesinados. El monarca restableció las instituciones anteriores a 1820. El monarca sabía que tenía que modernizarse. Los gobiernos se centraron en la represión y en reformar Hacienda y la administración.

La pérdida de las colonias aumentó la crisis de la Hacienda. La reforma fiscal fue llevada a cabo por Luis López Ballesteros. Hubo importantes reformas, como la fiscal de 1824, el diseño de los primeros presupuestos del Estado, la creación de la Real Caja de Amortización, un plan para la minería… También hubo cambios en la administración del Estado con el consejo de ministros, la promulgación del código de comercio, la bolsa de comercio en Madrid y la creación del ministerio de Fomento.

Las reformas y la suavización del Antiguo Régimen extendieron la idea de que el rey estaba en manos de los liberales. El hermano del rey, Carlos María Isidro, estaba en esa línea, y con él se organizaron los más radicales, produciéndose insurrecciones carlistas. Al final de su reinado, tuvo la oposición de los liberales, muchos de ellos exiliados. Otros, en el país, volvieron a intentar, sin éxito, levantamientos populares.

En 1830, al casarse por cuarta vez (con María Cristina) y solo tener descendencia femenina, el rey publicó la Pragmática Sanción, anulando la Ley Sálica aprobada por Felipe V. Isabel II cerraba las puertas al trono al hermano del rey y sus partidarios. Esto radicalizó la facción carlista. En 1832, tuvieron lugar los sucesos de La Granja: con la enfermedad de Fernando VII, fue convencido por los absolutistas para anular la Pragmática de 1789, que permitía que su hija reinara. Al recuperarse, el rey canceló el documento, cambió el gobierno a uno moderado y dejó como heredera a su hija. Comenzó un período con muchas intrigas de palacio para que el trono recayera en el hermano del rey. María Cristina quería asegurarle el trono a su hija, y al aliarse con algunos liberales moderados, ordenó una amnistía que permitió el regreso de los liberales moderados exiliados.

CONCLUSIÓN

Al morir Fernando VII, el 29 de septiembre de 1833, comenzó una etapa de transición que tuvo como telón de fondo la primera Guerra Carlista, en la que se enfrentaron los absolutistas y los liberales. Acabaron ganando los liberales y el período de Regencias, que comenzó con el mandato de María Cristina, acabaría con Isabel II, con tan solo 13 años.

LA RESTAURACIÓN

INTRODUCCIÓN

La Restauración de la monarquía borbónica en Alfonso XII se produjo por el pronunciamiento militar del general Martínez Campos en Sagunto a finales de 1874; sin embargo, el artífice de la Restauración fue Antonio Cánovas del Castillo, que hizo firmar al príncipe Alfonso el Manifiesto de Sandhurst. Este documento, publicado unos días antes del golpe militar, anticipó la Restauración monárquica de 1875. Aunque la monarquía duró hasta el año 1931, el período de la Restauración se da por finalizado con la llegada de Alfonso XIII a la mayoría de edad en el año 1902.

DESARROLLO

Para comprender el retorno de los Borbones al trono español hay que tener en cuenta:

  • La fragilidad e incapacidad de la I República para resolver los conflictos bélicos: guerra colonial, cantonalista y carlista.
  • La pasividad y debilidad de la oposición social a la Restauración.
  • La fuerza de los grupos sociales que apoyaban un cambio político y el regreso de los Borbones: la alta burguesía, los plantadores de Cuba, los grandes propietarios de la tierra, los mandos y oficiales del Ejército y la Iglesia Católica.

El sistema canovista

Antonio Cánovas del Castillo fue el creador del sistema político que funcionó durante la Restauración. Cánovas quería recuperar la monarquía borbónica y el viejo y antidemocrático sistema representativo liberal clásico, sin igualdad de derechos políticos y con sufragio restringido. Alfonso XII reemplazó a Isabel II y el Partido Conservador sustituyó al antiguo partido liberal moderado; además, querían acabar con las intervenciones del Ejército en la vida política. El nuevo sistema político constaba de dos parejas de elementos:

  1. El Rey y las Cortes fueron las instituciones donde se depositaban la soberanía y el poder legislativo.
  2. Los dos partidos políticos burgueses que ejercían actividad política y debían turnarse pacíficamente en el gobierno: el Partido Conservador de Cánovas y el Liberal de Sagasta.

Todos los cambios políticos fueron legales según la Constitución de 1876, que representaba el retorno a la de 1845. Las características más destacadas de la Constitución de 1876 son:

  • Soberanía compartida por las Cortes con el Rey, frente al principio de soberanía nacional que reconoció la Constitución de 1869.
  • Cortes bicamerales, con un Congreso de los Diputados elegido por sufragio restringido hasta 1890 y después por sufragio universal masculino, y un Senado con Senadores por derecho propio y otros elegidos por los mayores contribuyentes.
  • Ampliación de las atribuciones del Rey.
  • Reconocimiento de los derechos y libertades individuales (que quedaron limitados o aplazados).
  • Reconocimiento de la religión católica como oficial del Estado.
  • Poder judicial independiente y con unidad de códigos, al suprimirse los fueros vascos.

El turno de partidos: conservadores y liberales

La estabilidad política de la Restauración se basó en la alternancia pacífica y pactada en el poder entre el Partido Conservador de Cánovas y el Partido Liberal de Sagasta. Esto significó el fin del exclusivismo de la etapa isabelina con los conservadores y la eliminación del recurso al pronunciamiento militar o a la insurrección para recuperar el poder. El turnismo se basó en manipular los resultados electorales para impedir que otros partidos alcanzaran el poder. Así, el sistema parlamentario y las elecciones eran una ficción, ya que el electorado no decidía la composición de las Cortes. El rey encargaba la formación de gobierno a uno de los dos partidos, nombrando al jefe que recibía el decreto de disolución de las Cortes, convocaba nuevas elecciones y fabricaba los resultados electorales deseados; de esta forma, la mayoría de los diputados eran favorables al gobierno.

El caciquismo

En la Restauración, el sistema representativo parlamentario fue una ficción, ya que las elecciones se manipulaban desde el ministerio de Gobernación a través de dos mecanismos:

  • El Encasillado: las fuerzas políticas dinásticas negociaban y se repartían los distritos electorales. Los gobernadores civiles transmitían las listas a los alcaldes y caciques, y el aparato administrativo se ponía a su servicio para garantizar la elección.
  • El Pucherazo: eran las trampas que ayudaban a conseguir los resultados, un fraude electoral.

Para asegurar los resultados deseados, necesitaron a los “caciques”, personas poderosas e influyentes en la vida local, cuya función fue controlar las elecciones en los pueblos y municipios para fabricar los resultados fijados en el “encasillado”. Los procedimientos que utilizaron para controlar las elecciones, con el apoyo de la Guardia Civil y de los jueces, eran:

  • Utilizar la violencia y las amenazas sobre los votantes.
  • Realizar trampas el día de las votaciones (pucherazo).
  • Cambiar votos por favores.

La regla del cacique era “para los enemigos la ley, para los amigos el favor”. Los únicos distritos electorales libres de manipulaciones fueron los grandes núcleos urbanos e industriales. La corrupción no era exclusiva de la Restauración, lo novedoso era que los políticos conservadores y liberales pactaran cómo llevarla a la práctica.

EL REINADO DE ALFONSO XII Y LA REGENCIA (1885-1902)

Entre 1875 y 1880, el partido de Cánovas asumió las funciones de gobierno. Sus actuaciones más importantes fueron:

  1. Poner término a los conflictos bélicos: guerras colonial y carlista.
  2. Aprobar medidas centralizadoras, como la ley de 1876 que abolía los fueros vasconavarros y el nombramiento por el rey de los alcaldes de localidades de más de 30.000 habitantes.
  3. Establecer un nuevo arancel aduanero en 1877 para que los productos españoles compitieran con los extranjeros.
  4. Aprobar la Ley electoral de 1878, que fijaba el sufragio restringido y limitaba el derecho a voto.
  5. Aprobar disposiciones legislativas para limitar los derechos individuales que reconocía la Constitución de 1876: libertad de cátedra, de asociación, de expresión y prensa. Para someter a la oposición política demócrata, socialista, anarquista, republicana o carlista.

Durante la década de 1880, el Partido Liberal ocupó el gobierno, excepto en 1884 y 1885, que gobernaron los conservadores. El rey murió en noviembre de 1885 y su esposa, María Cristina de Habsburgo, embarazada de Alfonso XIII, fue la regente hasta la mayoría de edad de su hijo. Durante esta década, los liberales llevaron a cabo las siguientes actuaciones:

  • Ampliación en 1887 de las libertades de cátedra, asociación y prensa, suprimiendo la censura.
  • Establecimiento del sufragio universal masculino en 1890.

Durante la década de 1890, continuó el turno de partidos, con Sagasta y Cánovas, hasta el asesinato de este último, que fue sustituido por Francisco Silvela. Fue entonces cuando los proyectos y propuestas de reforma fracasaron por la resistencia de las clases dominantes.

CONCLUSIÓN

El panorama político del fin de siglo español vio el resurgimiento del republicanismo, con diputados en distritos electorales de grandes ciudades donde era más complicado el fraude electoral. Pero durante este período no hubo representantes de fuerzas proletarias en las Cortes debido al fraude electoral y al abstencionismo de los anarquistas. Fue también cuando empezaron a tomar fuerza los nacionalismos y regionalismos. La aplicación del sistema canovista entre 1875 y 1902 demostró que bajo las instituciones parlamentarias estaba el verdadero poder de los oligarcas y caciques locales; así, la realidad política estaba muy lejos de lo que se reflejaba en las Cortes.