Modernismo y Generación del 98: Literatura Española de principios del siglo XX
Modernismo y Generación del 98
A comienzos del siglo XX, muchos jóvenes se enfrentan a la literatura decimonónica y luchan por abrirse paso en el mundo literario. Se les dio el nombre de modernistas con intención peyorativa. Este término, poco a poco, fue adoptado por los jóvenes intelectuales, pero entendido de forma positiva como culto a la belleza, búsqueda del ideal… El Modernismo literario nace en Hispanoamérica, donde se inicia una renovación estética con la búsqueda de una nueva expresión que se halla en la literatura europea contemporánea, especialmente en la francesa. El florecimiento de la literatura modernista viene de la mano de autores como Rubén Darío y José Martí. La nueva estética arraiga primero en Cataluña. La Generación del 98, de la mano de Antonio Machado, Pío Baroja, Valle-Inclán, Unamuno, Azorín; escritores que rechazaban el evasionismo y esteticismo modernista y que defendían la regeneración de España o exhibían el compromiso sociopolítico. Tienen en común todos ellos su actitud rebelde frente a los valores burgueses, época de revolución social con subversión moral y conductas antisociales.
Características generales
- Afán por ser originales: (que raya en muchas ocasiones en la rareza y extravagancia. Plantean una nueva escala de valores sociales y éticos. El artista se siente al margen de la sociedad, rebelde ante ella y protesta contra el orden burgués en el que ni puede ni quiere integrarse).
- Gusto por épocas pasadas: (la Edad Media o la Grecia clásica con el deseo de encontrar la verdad en lo imperecedero).
- Castilla: (pasado ruinoso y decadente, ciudad muerta, anclada en el pasado y por la que el tiempo no parece transcurrir).
- Decadentismo: (complacencia en lo mortecino y ruinoso, en las miserias humanas, la enfermedad y la muerte).
- Mal du siècle: (se extiende una sensación general de hastío vital, que se expresa en el escepticismo, el pesimismo, la insatisfacción, el descontento con los gobernantes, el desánimo… Los protagonistas de las novelas de esta época tienden a evitar el sufrimiento absteniéndose de actuar y refugiándose en la contemplación).
- Erotismo: (expresión máxima del vitalismo o bien voluptuosidad refinada, o bien expresión de lo obsceno y perverso y hasta demoníaco).
- Exotismo: (se busca en las civilizaciones asiáticas, para huir de la mediocridad y vulgaridad cercanas).
- Cosmopolitismo: (conocer gentes y lugares diferentes, especialmente París y su vida bohemia).
- Panteísmo y esoterismo: (la angustia existencial lleva a estos autores a buscar a Dios en la Naturaleza o en los fenómenos inconscientes o subconscientes).
- Esteticismo: (exaltación de la belleza como ideal prioritario, la poesía se considera el arte suprema capaz de reunir mediante la palabra a todas las artes).
Antecedentes e influencias
Modernismo hispanoamericano, parnasianismo (defiende el arte por el arte. El arte y la belleza por encima del utilitarismo en el arte. Baudelaire), simbolismo (a través de los símbolos se pretende captar la realidad suprarracional, Mallarmé, Verlaine), poetas malditos (Rimbaud, Poe, Oscar Wilde), decadentismo y los paraísos artificiales, el impresionismo francés y el prerrafaelismo inglés, los filósofos de la época, Bécquer, Espronceda y Zorrilla.
Poesía
Durante los primeros años del siglo XX se publican los libros más característicos del Modernismo español: Alma, Manuel Machado; Soledades, Antonio Machado; Arias tristes y Jardines lejanos, Juan Ramón Jiménez.
Características
- Visión panartística: La poesía española se aparta del prosaísmo característico de buena parte de la lírica de la segunda mitad del XIX para volcarse en el intento de sugerir a través de la palabra las sensaciones que otras artes consiguen mediante la luz, el color, la música, etc.
- Sensorialismo: Los poetas buscan efectos plásticos con el uso de colores: oro, plata, rubí; los efectos sonoros (aliteraciones, onomatopeyas,…): arpas, liras, flautas,…; los aromas refinados: rosas, jazmines.
- Exotismo y belleza: Abundancia de adjetivos ornamentales, imágenes sugerentes, símbolos variados, sinestesias. El léxico se enriquece con vocablos exóticos, cultismos, neologismos y todo tipo de términos que puedan llamar la atención por su rareza o por su belleza. Los ambientes que se recrean son también característicos por su valor simbólico y evocador: jardines lejanos y otoñales.
- Renovación métrica y musicalidad: Ansia de renovación y deseo de musicalidad que provocan una gran variedad métrica. Se experimenta con estrofas, metros, versos, acentos, ritmo musical.
Prosa narrativa
Con la publicación en 1902 de La voluntad de Azorín, Niebla de Unamuno, Camino de perfección de Baroja, Sonata de otoño de Valle-Inclán se inicia la renovación de la novela del cambio de siglo. La prosa de principios de siglo fue enriqueciéndose notablemente al dar cabida en ella a lo ensayístico, puede decirse que estéticamente el Realismo del XIX va siendo sustituido por una prosa impresionista en la que lo característico es la sugerencia, la impresión, el gusto por la vaguedad simbolista, la tendencia a lo inconcluso, a lo fragmentario.
El objetivo primordial no es reflejar la realidad, sino que ésta suele aparecer diluida como un trasfondo de las experiencias subjetivas o de los problemas de conciencia. Así, Baroja, Valle, Unamuno, Azorín conducen la novela desde la estética realista del XIX a lo que será la nueva novela del XX: novela lírica, intelectual, erótica, vanguardista, social,… En las obras de estos autores aparecen temas comunes, muchas veces obsesivos: voluntad frente a la abulia, pasión frente a la inteligencia, problemas de personalidad, frustraciones eróticas, críticas sociales diversas,… Las novelas se llenan así de personajes abúlicos, insatisfechos e inadaptados; y, a su lado, personajes en los que predomina la voluntad y la acción.
El teatro: El esperpento de Valle-Inclán
Dos tendencias:
- Teatro comercial: Moderado, con rasgos del Realismo y del Romanticismo y que tiene una gran aceptación: teatro poético, comedia burguesa y teatro costumbrista.
- Teatro renovador: Crítico con la sociedad, pero incomprendido por el público: el esperpento de Valle-Inclán.
Éste es el nombre que dará Valle a su nueva visión de la realidad en el arte dramático, visión que responde a sus ideas sobre la perspectiva estética, es decir, la forma de enfocar la realidad en el arte. Valle sostiene que existen tres formas de presentar a los personajes: de rodillas (en la épica, los héroes son más importantes que el autor), de pie (en la novela realista, los protagonistas están a la misma altura que el narrador), y en el aire (como un Dios o demiurgo). No se trata de que Valle-Inclán, como hombre, no se identifique con sus personajes, sino de que el artista o creador sea capaz de tomar la perspectiva, como él mismo sostiene, “desde la otra ribera”. Y es también la perspectiva que debe adoptar el lector: ha de contemplar la obra estética desde una distancia que le permita no implicarse emocionalmente en la obra, sino juzgar críticamente la realidad que se le presenta, ver a los personajes como marionetas movidas por el destino. Valle-Inclán, en este sentido, se está acercando a los artistas más jóvenes, los de la vanguardia literaria, quienes representan lo que Ortega y Gasset llamará en 1924 “el arte deshumanizado”. El esperpento se basa en la deformación sistemática de la realidad, es una visión artística que da coherencia al caos, a la absurdidad que se encuentran en la propia realidad de nuestro tiempo. Podemos hablar de “extrañamiento”: una distorsión constante de la realidad, basada en la categoría estética de “lo grotesco”, aplicado a la vida moderna, sentida por algunos artistas como una tragicomedia en la que lo “grotesco” es un modo de dar forma a lo informe, dar una cara a un mundo que no la tiene.
Características del esperpento
- La constante deformación de la realidad mediante un estilo hiperbólico, exagerado, que puede ponerse en relación con el expresionismo, cuyos rasgos más sobresalientes son la degradación, la cosificación y la animalización de los seres humanos.
- La fusión de la historia real con la ficción.
- La nueva presentación del sentido trágico tradicional inserto en el mundo moderno, de lo que resulta una visión trágico-grotesca de la condición humana y de la situación histórica.
- La utilización para este fin de mitos y arquetipos literarios clásicos, parodiados o deformados.
- El tema del honor se aborda con matices calderonianos en obras como Los cuernos de Don Friolera.
- El uso narrativo e impresionista de las acotaciones escénicas.
Ensayo español a partir de 1975
Con el término “ensayo”, popularizado a partir de una obra de Montaigne del siglo XVI, nos referimos comúnmente a textos de carácter humanístico en los que el rigor intelectual en el análisis no está reñido con la subjetividad en el enfoque; y a ambos rasgos se suma una voluntad de originalidad y estilo por parte del autor.
La “prosa de ideas” experimentó a principios del XX, con noventayochistas y novecentistas, un notable apogeo truncado violentamente por el aislamiento e involución que siguió al final de la Guerra Civil. De este modo, el final de la dictadura viene a ser un inicio en la normalización del género.
Factores del renacer de la “prosa intelectual”
- El antecedente que supone la “apertura ideológica” que comienza en los años 60, impulsada principalmente por profesores universitarios (Enrique Tierno Galván y Agustín García Calvo), y apoyada por la aparición de determinadas revistas y editoriales.
- La desaparición de la censura y la difusión de corrientes de pensamiento de otros países.
- El regreso o reconocimiento de pensadores exiliados y la difusión de su obra: María Zambrano o Francisco Ayala comparten en sus textos reflexiones sobre la historia y la situación de España.
Etapas (tema-estilo). Medios de difusión
Tres etapas: una primera en la que la desaparición de la censura favorece una explosión del ensayo de carácter histórico y político (Guerra Civil,…); en los ochenta, alcanzada una cierta estabilidad política, se da paso a textos en que prevalecen reflexiones éticas y estéticas; en los 90 y en la actualidad predomina el análisis de los cambios de la sociedad actual.
Autores más destacados de estos últimos 30 años
La literatura (Manuel Vázquez Montalbán, Jon Juaristi), la psiquiatría (Luis Rojas Marcos, Carlos Castilla del Pino), la filosofía (Fernando Savater, José Antonio Marina) o la sociología (Vicente Verdú). Prácticamente toda la nómina de autores citada alterna su colaboración en periódicos y revistas, con la elaboración de textos más extensos. Si bien es cierto que en la primera parte de la etapa estudiada se aprecia una mayor importancia de la prensa en la difusión de pensamiento crítico; mientras que en la segunda se ha ido imponiendo el ensayo largo en formato libro. Juan José Millás, quien llega en ocasiones a hibridar la reflexión ensayística con los textos de ficción en los que ha denominado “articuentos”.
Autores más representativos: García Calvo, Verdú, Marina, José Luis Sampedro
Si adoptáramos un cierto criterio generacional, referido a la fecha de incorporación a la escritura ensayística, podríamos identificar tres momentos o generaciones:
- La de quienes, comenzando su actividad intelectual y productiva durante el franquismo, siguen escribiendo durante la etapa que nos ocupa: García Calvo, Ayala, Castilla del Pino.
- Los que se incorporan durante los años cercanos al cambio de régimen político: Verdú, Vázquez Montalbán o Savater.
- Aquéllos que comienzan a publicar textos ensayísticos en torno al ecuador del periodo: Marina, Rojas Marcos o Alba Rico.
Siguen escribiendo García Calvo sobre la perspectiva política, Verdú sobre la sociológica y Marina sobre la ética o psicología.