Lírica Romántica Española: Bécquer y el Romanticismo
El Romanticismo
El Romanticismo fue un movimiento literario y cultural que se desarrolló en España entre 1835 y 1870. Si bien compartía con la Ilustración el anhelo de una sociedad que realizara las aspiraciones humanas, difería en aspectos cruciales:
- Irracionalismo: La realidad se percibe mediante la intuición artística, reconociendo aspectos mágicos y misteriosos inaccesibles a la razón.
- Subjetivismo e individualismo: El “yo” es central, con emociones y sentimientos que dan sentido a la realidad. Esta afirmación del yo a menudo conduce a la soledad.
- Idealismo: La búsqueda de lo absoluto (Amor, Belleza, Libertad) choca con la realidad, generando frustración y desengaño, a menudo expresado con ironía.
- Evasión: La huida en el tiempo (Edad Media) o el espacio (Oriente, América precolombina) como respuesta a una realidad desalentadora.
- Nacionalismo: La búsqueda de autenticidad en las tradiciones nacionales, impulsada por las guerras napoleónicas.
El Romanticismo español, tardío debido a la censura de Fernando VII, floreció brevemente tras su muerte en 1834 con el regreso de escritores exiliados, aunque a menudo se limitó a sus aspectos más superficiales.
La Lírica Romántica
Consagrada en los años treinta, la lírica romántica se difundió a través de periódicos, revistas y libros, favorecida por el creciente público lector. Se cultivó la poesía narrativa extensa, con autores como el Duque de Rivas (El moro expósito), José de Espronceda (El estudiante de Salamanca, El diablo mundo) y José Zorrilla (Granada), quienes abordaron temas históricos, nacionales y legendarios.
La poesía lírica, cargada de elementos románticos (cementerios, bosques, ruinas, mar tempestuoso, paisajes nocturnos), expresó el mundo interior del poeta. Temas como la soledad, el hastío, el desengaño amoroso, los sentimientos religiosos y patrióticos, y los individuos marginales fueron recurrentes, aunque a veces con cierta vulgaridad y grandilocuencia.
José de Espronceda (1808-1842)
Poeta destacado, aunque irregular, Espronceda sobresale con la Canción del pirata, que explora el interés romántico por los marginados. En sus poemas narrativos, como El diablo mundo (con el emotivo Canto a Teresa), se aprecian los elementos característicos del Romanticismo.
Otros Poetas Románticos
José Zorrilla y Ángel Saavedra (Duque de Rivas) también cultivaron la poesía narrativa extensa, con historias de honor, pasión, crimen y misterio, envueltas en la escenografía típica del Romanticismo.