Ciencia, Ideología y Filosofía

La Ciencia

La ciencia elabora teorías que explican diversos hechos o sucesos, sometiéndolas a prueba mediante la comparación con los hechos resultantes de dichas pruebas. Las teorías científicas progresan con el tiempo, construyendo explicaciones más exactas. Además, la ciencia reconoce la necesidad de demostración, aunque a menudo sin expresar o seleccionar una verdad absoluta.

La Ideología

Las preguntas que se han considerado filosóficas son abordadas por diferentes ideólogos. Algunos conceptos importantes, como liberalismo y socialismo, surgieron en el contexto de la lucha política. En estos casos, se prefiere el término “ideología”. Una ideología ofrece una visión global del mundo.

La Filosofía

La filosofía no ofrece respuestas comparables con los hechos, ya que la mayoría de sus preguntas son generales y no se refieren a los hechos naturales o sociales que estudia la ciencia, sino a entes u objetos no reales, como Dios, o al sentido de la vida. Hay cuestiones que preocupan mucho a los ideólogos y que poco o nada interesan a los filósofos.

Un Poco de Historia

Se considera que la filosofía y la ciencia, como reflexión metódica y sistemática, nacen en la civilización griega hacia el siglo VII a. C. Ya en el siglo IV a. C., Aristóteles distingue entre un saber fundamentado que busca las causas de los sucesos, lo universal y necesario, y un saber basado en la experiencia. Diferencia entre el saber de las causas primeras (primeros principios) y el de las causas segundas (causas próximas a los fenómenos). La filosofía, o filosofía primera según Aristóteles, se ocupa de las causas primeras, mientras que la filosofía segunda, que con el tiempo se convertiría en las ciencias particulares, se ocupa de las causas segundas.

Esta distinción aristotélica se mantiene hasta nuestros días: la ciencia se atiene más a lo observable, mientras que la filosofía es más especulativa y busca un saber más profundo. Para Aristóteles, la filosofía, al ocuparse de las causas primeras, es la “sabiduría”, la reina o madre de las ciencias. Las ciencias de las causas segundas son saberes poco desarrollados y dependientes de la filosofía.

En la Edad Media, surge un nuevo saber: la teología revelada, considerada por la Iglesia como el saber supremo. Esta teología se basa en la fe y en la verdad de la revelación, considerando la Biblia como la palabra de Dios. Estudia a Dios, al mundo y al hombre. La filosofía sigue siendo la reina de las ciencias, pero subordinada a la teología, considerada “ciencia sobrenatural”. A esta nueva posición de la filosofía se la conoce como “filosofía como sierva de la teología”.

A partir de la Edad Moderna, las ciencias se desarrollan y adquieren autonomía respecto de la filosofía. En el siglo XVII, con Galileo, se constituye la física; en el siglo XVIII, con Lavoisier, la química. Posteriormente, ocurre lo mismo con la biología y las ciencias humanas o sociales (psicología, sociología, etc.). En la filosofía de la época predominan cuestiones referidas al conocimiento, con disputas entre empiristas y racionalistas. También se desarrolla la filosofía política con pensadores como Locke, Voltaire, Montesquieu y Rousseau. A medida que la Iglesia pierde poder, la teología decae y muchos filósofos y científicos la consideran un pseudosaber.

Durante el siglo XIX, continúa el desarrollo de las ciencias y las técnicas, transformando la vida cotidiana. Surge el positivismo, fundado por Augusto Comte, que niega valor a la filosofía en nombre de las ciencias. El positivismo reduce todo conocimiento al conocimiento científico. Desde Aristóteles hasta Comte, la filosofía pasa de ser reina de las ciencias a una disciplina subordinada a ellas.

La Filosofía en el Siglo XX

Tanto Aristóteles como Santo Tomás o Comte tienen seguidores en la actualidad. Sin embargo, surgieron otros puntos de vista en el siglo XX. Rudolf Carnap y el Círculo de Viena desarrollaron el neopositivismo, que acepta a las ciencias como únicas proveedoras de auténtico conocimiento, pero asigna a la filosofía la tarea de indagar sobre la ciencia misma (métodos, tipos, etc.), convirtiéndose en filosofía de la ciencia o epistemología.

Otro punto de vista surge con Ludwig Wittgenstein, dando lugar a la filosofía analítica. Para Wittgenstein, la labor filosófica es de aclaración lógica del lenguaje. Esta tarea de aclaración ha sido una constante en la filosofía.

Para Karl Jaspers, la filosofía es una búsqueda incesante, una reflexión sobre todas las cosas, incluyendo el mundo de la ciencia, la técnica y, especialmente, el ser humano. La filosofía ya no es la ciencia de las causas primeras, sino la reflexión sobre el mundo. El filósofo es un examinador constante de sí mismo, de los hombres y de la realidad.

El Sentido del Estudio de la Filosofía

Existe una filosofía profesional que se dedica a dilucidar cuestiones técnicas, pero también una filosofía en sentido amplio, practicada por todo aquel que piensa críticamente sobre la vida y el mundo. Eludir los problemas filosóficos es una cobardía que lleva a la pasividad. Sócrates decía que una existencia sin examen no merece la pena vivirse. Pensar libremente y obrar constituye el sentido de filosofar.

La Filosofía en la Argentina

Desde la época colonial existen estudios de filosofía, ligados a la Iglesia Católica y con una orientación tradicional, centrada en Santo Tomás de Aquino y Francisco Suárez. Los revolucionarios de mayo de 1810 estaban influenciados por la Ilustración (Rousseau, Voltaire, Montesquieu). Durante la organización nacional predominan el romanticismo y el historicismo. La generación del 80 es positivista.

En el siglo XIX, las ideas filosóficas en Argentina tienen un fuerte componente práctico, con ideas europeas que adquieren un tinte político (Moreno, Echeverría, Sarmiento, Alberdi). Se prefiere la expresión “pensamiento argentino” a “filosofía argentina”. Los estudios de filosofía se profesionalizan con la fundación de facultades de filosofía y letras a principios del siglo XX.

La Realidad y su Conocimiento en la Filosofía Griega Antigua

El Problema

El cambio es una constante. ¿Existe algo permanente, algo que no cambie? La física ha buscado una partícula indivisible y permanente, el átomo, pero al explotarlo se hallaron partículas subatómicas de duración limitada que se transforman en energía.

Los Comienzos de la Filosofía. Mito y Filosofía

La filosofía comienza en Grecia. Los griegos elaboraron cosmogonías de carácter mitológico para explicar el origen del mundo. La filosofía se diferenció de la mitología al buscar explicaciones racionales, sujetas a argumentación. Tales, considerado el primer filósofo, se preguntó de qué están hechas las cosas. Su respuesta, “el agua”, se basó en observaciones y razonamiento.

Heráclito y Parménides. El Cambio y lo Permanente

Heráclito creía que todo cambia y nada permanece. Para él, el cambio sigue un orden o ley, el logos. Los opuestos se necesitan mutuamente. Parménides, en cambio, creía en un principio racional: “el ser es y el no ser no es”. Dedujo que el ser es eterno e inmutable. El cambio, para él, es una ilusión de los sentidos.

El Atomismo

Leucipo y Demócrito intentaron sintetizar las ideas de Heráclito y Parménides postulando la existencia de átomos, partículas materiales eternas e inmutables, pero múltiples y sujetas a cambio de lugar. El cambio en los objetos se explica por la agregación o desagregación de átomos.

La Filosofía en el Siglo de Pericles: Los Sofistas y Sócrates

En el siglo V a. C., surgen los sofistas, profesores que enseñaban retórica y argumentación. Algunos sofistas, como Protágoras, sostenían que “el hombre es la medida de todas las cosas”, introduciendo el relativismo. Sócrates reaccionó contra los sofistas proponiendo un método para determinar la verdad objetiva. Su método consta de dos fases: la refutación, que lleva al interrogado a reconocer su ignorancia, y la mayéutica, que ayuda a descubrir la verdad a través del diálogo.

Platón y el Mundo de las Ideas

Platón, discípulo de Sócrates, desarrolló la teoría del mundo de las ideas, un mundo inteligible, eterno e inmutable, que es el fundamento del mundo sensible. El conocimiento verdadero, para Platón, es el recuerdo de las ideas que el alma ha contemplado en una existencia anterior.

Aristóteles: El Realismo

Aristóteles, discípulo de Platón, criticó la teoría de las ideas y propuso un realismo basado en la sustancia, compuesta de materia y forma. Explicó el cambio como el paso de la potencia al acto. Para Aristóteles, el conocimiento comienza con la experiencia sensible, pero el intelecto puede abstraer la esencia universal de las cosas.

A Modo de Conclusión

Los filósofos griegos sentaron las bases de la filosofía y la ciencia posteriores. Sus teorías y conceptos siguen siendo relevantes en la actualidad.