Hegemonía de Estados Unidos

La Segunda Guerra Mundial convirtió a Estados Unidos en una de las superpotencias que dominarían el mundo, siendo una de las cabezas enfrentadas en la Guerra Fría. En su política exterior, abandonó la política de aislamiento continental y se convirtió en un modelo de vida para los aliados: el American Way of Life.

Estados Unidos consiguió después de la Segunda Guerra Mundial un dominio económico, diplomático, militar y cultural. Tuvo un gran desarrollo tecnológico, proporcionando miles de millones de dólares para la inversión, fundaciones privadas y universidades. Crearon lo que hoy en día se conocería como centros de I+D.

La difusión de la educación fue muy grande, consiguiendo una mejora en la capacidad de la mano de obra y, al mismo tiempo, progresos en la gestión empresarial, creando el concepto de Empresa Moderna. Su aparato productivo estaba intacto porque la guerra no afectó al territorio continental, manteniendo un equilibrio y poder financiero importante.

Estados Unidos tuvo que readaptar todo su aparato productivo a una economía de paz. La propia demanda interna (“déjese usted de cañones y denos mantequilla”) lo exigía. También Europa demandaba productos, ya que su aparato productivo estaba destruido, por lo que Estados Unidos exportó a Europa productos de primera necesidad. Además, el Gobierno Federal realizó un importante programa de obras públicas, y las mujeres que habían trabajado masivamente en las fábricas mientras sus maridos estaban en la guerra, volvieron a sus hogares como amas de casa. En esas fábricas se reabsorbió a los militares que regresaron.

Dominio diplomático

Estados Unidos participó y aceptó todas las organizaciones que se crearon durante la posguerra. Una serie de pactos de alianza y defensa mutua con los aliados que tendrían un papel central en el nuevo mundo que sería completamente bipolar.

Mundo cultural

Los productos americanos se difundieron por toda Europa, por ejemplo, la Coca-Cola. Las instituciones políticas eran tomadas como referentes. Las grandes universidades se convirtieron en modelos mundiales, como la Universidad de Harvard. Los escritores tuvieron gran repercusión: Faulkner, Hemingway… Nueva York se convirtió en la capital del arte (antes había sido París). La cultura popular americana se difundió al resto del mundo (las películas de Hollywood, la música y la televisión).

Plan Marshall

El Plan Marshall se presenta como un elemento fundamental de la reconstrucción europea. La miseria en la Europa de la posguerra era un caldo de cultivo para la agitación social y política. Había una fuerte presencia de las fuerzas de la izquierda. Esto era una amenaza contra la concepción de la Europa que Estados Unidos quería confeccionar.

El secretario de estado de Estados Unidos, George Marshall, desarrolló un plan de ayuda a Europa y lo presentó en la Universidad de Harvard en 1947: “El objetivo de nuestra política es el restablecimiento de una economía mundial sana, de manera que aparezcan las condiciones políticas y sociales en las cuales las instituciones libres (democracias) puedan existir”.

La economía de la Europa Occidental estaba desorganizada tras la guerra. La marina mercante se utilizaba para traer alimentos, pero estaba destrozada porque participó en la guerra. Esto dificultaba las importaciones, y las balanzas de pagos eran deficitarias. Europa importaba todo tipo de productos, entre ellos alimenticios, a Estados Unidos, ya que su territorio no había sido dañado.

Estados Unidos era el único país capaz de auxiliar a Europa. Su decisión de ayudarla se debe a que una Europa recuperada suponía la reapertura del comercio mundial, que era lo que Estados Unidos necesitaba para hacerse económicamente más potente, lo que hoy sería la globalización.

El aumento de las fuerzas comunistas en Europa suponía el miedo al éxito de la izquierda. Se creó una primera organización en 1943, durante la guerra, la UNRRA (la Administración de las Naciones Unidas para la Reconstrucción) para ayudar a los pueblos que iban siendo liberados en Europa, con avituallamiento para las grandes poblaciones que iban saliendo del conflicto. Pero esta no contemplaba colaborar en la reconstrucción del aparato productivo de los países.

Estados Unidos había hecho acuerdos bilaterales con Gran Bretaña, Francia y Alemania. Estas ayudas que había dado no eran suficientes para la reconstrucción del aparato productivo. Se necesitaba un plan más amplio: el Plan Marshall, cuyo objetivo era reconstruir el capitalismo. De esta manera, salvaguardar los sistemas políticos democráticos y modernizar las economías de los países protectores, adaptándolas a las necesidades de cada uno de ellos.

El plan también se presentó en Europa. La primera organización que se creó en Europa fue la OECE (Organización Europea de Cooperación Económica), que duraría incluso después de la finalización del Plan Marshall. Nada se hizo gratuitamente. Se realizó una campaña de propaganda para hacer ver que Estados Unidos era magnífico, pero se exigieron contrapartidas políticas, empezando a excluir de todos los gobiernos a los comunistas.

Los soviéticos rechazaron el plan porque lo consideraron una intromisión en la soberanía de los estados. El Plan Marshall tuvo efectos rápidos y en cuatro años los países europeos alcanzaron los niveles de preguerra. Pero Europa no conseguirá recuperar el liderazgo económico mundial. Otra consecuencia fue la consolidación de la división de Europa en dos bloques.

El inicio del proceso de integración europea

La recuperación europea va a estar marcada por el proceso de integración. Europa se recuperará en la medida en que se vayan haciendo alianzas para integrarse. El inicio es…