Principales Hitos del Proceso de Integración de España en la Unión Europea

Cuando España se adhirió a las Comunidades Europeas en 1986, estas ya contaban con una larga historia de más de tres décadas (el Tratado de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero se firmó en 1951). Sin embargo, este retraso en la incorporación no debe llevarnos a la errónea conclusión de que nos incorporábamos a un proyecto acabado y cerrado. Al contrario, el proyecto de construcción de Europa es un proyecto abierto e inacabado, en constante evolución.

Antecedentes de la Integración Europea

Winston Churchill, primer ministro del Reino Unido en 1946, pronunció un discurso que es considerado como la señal de salida en la creación de las Comunidades. También es considerable el Congreso por Europa de 1948, donde se propuso crear una Unión Europea. Pero será Robert Schuman, Ministro de Asuntos Exteriores de Francia, quien propuso en 1950, en su Declaración Schuman, la creación de la que sería posteriormente la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA). Su objetivo era poner fin a un problema histórico entre Francia y Alemania, quedando dicha organización abierta a la incorporación de otros Estados.

En efecto, en 1951 se firma el Tratado de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (TCECA) por seis Estados: Alemania, Francia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo e Italia. Sin embargo, el proyecto de construcción europea debe mucho a los Estados Unidos, su plan Marshall y el Tratado del Atlántico Norte.

Etapas de la Integración y Ampliaciones

En 1958 hasta el Acta Única Europea de 1986, transcurrirán cerca de tres décadas de construcción laboriosa de las Comunidades. En lo que se refiere a las adhesiones de nuevos Estados, la primera dio entrada al Reino Unido, Irlanda y Dinamarca en 1973. En segundo lugar, se incorporó Grecia en 1981 y en 1986 España y Portugal. En 1995 se incorporaron Suecia, Finlandia y Austria y en 2004, otros diez nuevos Estados. Finalmente, en 2007, con la incorporación de Bulgaria y Rumania, se formó la Europa de los 27. Pero este proceso de incorporaciones no se ha detenido y sigue abierto.

Crisis y Tratados Fundamentales

Dentro de las crisis más importantes de la Comunidad destaca la denominada crisis de la silla vacía (1965), donde puso fin el compromiso de Luxemburgo.

En 1985 se aprobó el Acta Única Europea y en 1992 Europa renacerá con el Tratado de la Unión Europea (Tratado de Maastricht), con la clara intención de incrementar el protagonismo de la Unión en política exterior; con la creación de la ciudadanía europea, con la decisión de crear una Unión Económica y Monetaria, etc. El Tratado de la Unión Europea, que concretará todas estas aspiraciones, dará el primer paso para la integración de las Comunidades creando la Unión Europea, organización política superior a las Comunidades.

El Tratado de Ámsterdam, posterior al anterior, ha dado unos pasos significativos en la construcción europea, dando un mayor relieve al Parlamento Europeo. Y finalmente, el Tratado de Niza sirvió al objetivo fundamental de posibilitar la última de las ampliaciones de la Unión.

Resultados del Acta Única Europea de 1986

El Acta Única Europea de 1986 estableció un calendario para la consecución de determinados objetivos en materia de mercado interior. Entre sus resultados, extraordinariamente positivos, pueden destacarse los siguientes:

  1. La apertura de los contratos públicos, mediante la mejora de las directivas sobre los contratos de obras y suministros, acentuando su transparencia y su control y ampliándolos a importantes sectores hasta entonces excluidos, tales como los transportes, la energía y las telecomunicaciones.
  2. La supresión de las disparidades fiscales, mediante la aproximación de las disposiciones nacionales en materia de fiscalidad indirecta, Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) e impuestos sobre consumos específicos.
  3. La liberalización de los mercados de capitales y de los servicios financieros.
  4. La normalización, mediante el mutuo reconocimiento de textos y certificados nacionales y, en general, mediante el reconocimiento del principio de equivalencia de las normas nacionales, junto a determinadas medidas de armonización en materia de seguridad y de ruidos.
  5. La supresión de los obstáculos técnicos (libre ejercicio de las actividades profesionales y equivalencia de las formaciones) y físicos (controles en las fronteras) a la libre circulación de las personas. Así, por ejemplo, la Directiva adoptada en noviembre de 1997 sobre la profesión de abogado facilita el ejercicio de esta profesión en el conjunto de la Unión Europea.
  6. La creación de un marco favorable a la cooperación industrial mediante la armonización del Derecho de sociedades y la aproximación de las legislaciones en materia de propiedad intelectual e industrial (marcas y patentes).
  7. La liberalización de los servicios (telecomunicaciones, energía, etc.), que representan más del 70% del PIB de la Unión Europea.