Cap. 1: Bilbo Bolsón era un hobbit acomodado que vivía en Hobbiton, en La Colina. Una mañana como cualquier otra, Bilbo había acabado de desayunar y estaba fumando una pipa a la puerta de su casa, cuando llegó un anciano llamado Gandalf ofreciéndole participar en una aventura (habéis de saber que a los hobbits no les gustan las aventuras, ni cualquier cosa que se les parezca). Pero Bilbo la rehusó amablemente, invitándole a tomar el té al día siguiente.

Pues bien, al día siguiente no apareció solamente Gandalf, sino que con él llegaron ¡trece enanos! A la cabeza estaba Thorin Escudo de Roble, hijo de Thráin y nieto de Thrór, que habían escapado de su hogar, situado en la Montaña Solitaria, al lado del Lago Largo, tiempo atrás por culpa de un gran dragón llamado Smaug el Dorado. El resto de la compañía de enanos eran Balin, Bifur, Bofur, Bombur, Dwalin, Fili, Kili, Glóin, Óin, Dori, Nori y Ori. Los enanos habían decidido hacerse con los servicios de Bilbo para recuperar su hogar, y por supuesto, el hobbit no pudo rehusarse y al día siguiente tuvo que partir con ellos.

Cap. 2: Atravesaron las tierras de los hobbits y llegaron a un bosquecillo donde se disponían a acampar. De pronto, vislumbraron una luz y decidieron que, ya que el trabajo del hobbit era el de saqueador, Bilbo fuera a averiguar qué era esa luz.

Y allá fue Bilbo, y descubrió que en aquel bosquecillo habían acampado tres trolls y habían hecho un fuego. Bilbo fue descubierto y poco después los enanos, pero gracias a la astucia de Gandalf, que hace que los trolls se conviertan en piedra con la luz del sol, consiguen salir ilesos de esta aventura.

Cap. 3: Partieron de nuevo y llegaron a las Montañas Nubladas pasando por Rivendel, donde fueron aconsejados por Elrond el Medio Elfo. Este descubrió las runas lunares que escondía el mapa de Thorin, que ponían: «cinco pies de altura y tres pasan con holgura». Gracias a Elrond descifran lo que les quedaba por descubrir del mapa. A la mañana siguiente se ponen de nuevo en camino por las Montañas Nubladas.

Cap. 4: Cuando llegaron a las Montañas, tuvieron problemas de nuevo, esta vez causados por una tormenta que los obligó a resguardarse en una cueva. Pero ocurrió que esa cueva era la entrada a las cavernas de los trasgos, y los atacaron de noche y los hicieron prisioneros.

Tuvieron la suerte de contar con Gandalf, que no había sido hecho prisionero. Con la sorpresa, los enanos se revelaron matando a algunos trasgos, y consiguen liberarse; pero fueron perseguidos por los túneles y Bilbo se perdió.

Cap. 5: El pobre estaba muy asustado y fue arrastrándose por los túneles cuando su mano tocó algo metálico y pequeño, un anillo. Bilbo se lo guardó y continuó arrastrándose hasta que llegó al borde de un lago, donde se encontró con una inesperada compañía. En el lago vivía una criatura espantosa llamada Gollum. Era pequeño y delgado, pero era muy rápido, y además, para alimentarse tenía un anillo que lo hacía invisible.

Fue este el anillo que encontró Bilbo, y fue gracias a él que escapó tras jugar a las adivinanzas con Gollum, el cual le había prometido que le enseñaría la salida si le ganaba. Bilbo ganó, pero tuvo que salir por patas ya que Gollum estaba hambriento y enfadado.

Cap. 6: Cuando logró salir, encontró a sus amigos rápidamente y siguieron su camino. Pero tuvieron un percance: unos trasgos y huargos fueron detrás de ellos cuando pensaban que ya había pasado todo. Tuvieron que refugiarse en lo alto de los árboles, y Gandalf prendió varias piñas para espantar a los huargos.

Pronto estuvieron envueltos en llamas y el Señor de las Águilas fue para ver qué pasaba. Viendo la situación de Gandalf y sus compañeros, los sacó de allí volando. Así consiguieron dejar las Montañas Nubladas.

Cap. 7: Después de que las Águilas les dejaran, siguieron su camino a pie. Se desviaron y llegaron a la casa de Beorn, un hombre que se podía transformar en oso. Beorn no estaba acostumbrado a las visitas, y Gandalf se las ingenió para que aceptara a todos los enanos, haciéndoles llegar escalados en el tiempo. Estuvieron hablando de sus aventuras y Beorn los ayudó dándoles poneys para que llegaran rápidamente al sendero del Bosque Negro.

Cap. 8: Bilbo y los enanos pronto encuentran dificultades en el corazón del Bosque Negro. Las arañas consiguen apresarlos a todos menos a Bilbo, que gracias al Anillo se vuelve invisible y consigue escapar del ataque. Bilbo hace un plan excelente por el cual consigue derrotar a todas las arañas y liberar a los enanos usando a Dardo.

Cap. 9: Cuando los enanos intentan encontrar la salida del Bosque Negro son capturados por los elfos y llevados ante su Rey Thranduil. Este les interroga sin éxito acerca de sus planes, por lo que decide encerrarlos a todos en celdas separadas.

Mientras, Bilbo, que había conseguido escapar haciéndose invisible, descubre una compuerta en la ladera de la colina, donde nace el curso subterráneo del río del Bosque. Se le ocurre un plan y, aprovechando que el guardia que vigila las celdas de los enanos se queda dormido, los libera y los aleja de los dominios de los elfos metidos en barriles.

Cap. 10: Siguiendo el cauce del río, llegan a la ciudad de los hombres del lago, Esgaroth, construida sobre la superficie del Lago Largo. Los elfos de la almadía y los barqueros corren a celebrar la llegada de los barriles de mercancía y enviarlos de regreso. Mientras tanto, el hobbit saca uno a uno a todos los enanos.

Los enanos se presentan ante el gobernador, con Thorin a la cabeza. El gobernador, temeroso, los acoge con hospitalidad. Una vez repuestos y bien provistos de alimentos, caballos y poneys, abandonan la ciudad y parten en busca de Smaug.

Cap. 11: Tras varias jornadas de viaje agotador, encuentran una piedra tras la cual se levanta una pared desnuda. A pesar de no tener cerradura por ninguna parte, están seguros de haber encontrado la puerta de la montaña. Tratan de abrirla de todas las formas imaginables, pero no lo consiguen.

De repente, durante la puesta de sol, un rayo rojo cae sobre la superficie lisa de la roca. Se desprende un trozo de la pared y aparece una especie de cerradura. Thorin introduce la llave que lleva colgada del cuello, y la pared cae. Poco a poco aparece ante ellos una puerta. Todo tiene lugar como indicaban las letras lunares.

Cap. 12: El hobbit se introduce en la montaña y, a través de un túnel, llega al sótano donde Smaug esconde el preciado tesoro. Mientras el dragón duerme plácidamente, Bilbo coge un copín de doble asa y huye, lo que provoca la ira de Smaug al despertar. El dragón busca sin éxito al ladrón por toda la montaña. Los enanos se han escondido en el túnel para no ser encontrados.

Cap. 13: El grupo avanza a través del túnel hasta el salón del tesoro. Bilbo encuentra la codiciada Piedra del Arca y se la mete en su bolsillo sin que nadie repare en ello: todos han quedado estupefactos ante la grandeza del tesoro. El hobbit los apremia a buscar la salida antes de que el dragón regrese. Guiados por Thorin, encuentran la Puerta Principal y salen al exterior.

Cap. 14: Smaug se enfrenta contra los hombres de Esgaroth, la Ciudad del Lago. Cuando la ciudad se encuentra prácticamente destruida, Bardo, capitán de un grupo de arqueros, logra mantenerse firme hasta el final y dispara una flecha sobre el punto débil del dragón, un hueco en su pecho izquierdo, causándole la muerte.

Los hombres nombran rey a Bardo, que solicita la ayuda de los Elfos para reconstruir la ciudad arrasada y marchar a la Montaña en busca del tesoro.

Cap. 15: Los enanos, al ser avisados de que los ejércitos de los Hombres del Lago y los Elfos se dirigen hacia allí, mejoran las fortificaciones de la entrada principal, única disponible, para impedirles el paso.

Hombres y Elfos llegan dispuestos a negociar el reparto del tesoro, pero la avaricia ha endurecido el corazón de Thorin y ante su negativa a compartir el tesoro, que considera exclusivamente propiedad de los Enanos, deciden sitiar la Montaña.

Cap. 16: Bilbo, harto de todo el asunto, toma la decisión de iniciar conversaciones por su cuenta con el Rey Elfo y Bardo, a quienes entrega la preciada Piedra del Arca, pensando que así facilitará futuras negociaciones con los enanos.

Cap. 17: Bardo y el Rey Elfo, con la Piedra del Arca en su poder, intentan de nuevo negociar con Thorin, el cual enfurece al descubrir la traición de Bilbo. Al final, confiando en que la inminente llegada de Dáin Pie de Hierro y su ejército de Enanos le libraría de cumplir su parte del trato, Thorin accede a dar la catorceava parte del tesoro en oro y plata a cambio de la codiciada Piedra.

Pero los enanos de las colinas de Hierro, conducidos por Dáin, no eran los únicos que se dirigían hacia la Montaña Solitaria: un ejército de Trasgos y Huargos los seguía muy de cerca.

Así se produjo la Batalla de los Cinco Ejércitos entre Trasgos, Huargos, Elfos, Hombres y Enanos, además de la participación de las Águilas en contra de las criaturas oscuras.

Cap. 18: Tras ser golpeado en la cabeza con una piedra y haber quedado inconsciente, Bilbo se recupera y es llevado ante Thorin, que yace en su lecho de muerte, para reconciliarse con él. Bilbo es informado más tarde acerca del desenlace de la Batalla: a pesar de que los Trasgos eran superiores en número, fueron derrotados.

El tesoro se repartió con justicia entre los vencedores y Thorin fue enterrado bajo la Montaña con la Piedra del Arca sobre el pecho. La aventura había terminado y Bilbo podía regresar a su añorado hogar.

Cap. 19: En el camino de vuelta junto a Gandalf, Bilbo hace una parada en la casa de Elrond, donde permanece una semana recuperándose del cansancio acumulado a lo largo de su aventura.

Por fin llegan a La Comarca y tras la sorpresa inicial de que sus bienes estaban siendo subastados al haber sido declarado «presuntamente muerto», pudo volver poco a poco a su vida cotidiana.