Transformación Ganadera y Forestal en España: Evolución y Nuevos Usos Rurales
– Los Aprovechamientos Ganaderos
Desde los años 60, la fuerte demanda de productos cárnicos y lácteos, el éxodo rural con la desaparición de los pastores tradicionales, la ruptura de la agricultura tradicional de openfield que utilizaba los barbechos para pasto y la incorporación a un nuevo sistema de mercado y consumo en el que las multinacionales de la alimentación tienen la última palabra, han tenido como consecuencia una reorientación del sector ganadero español, cada vez más intensivo, que, además, desde esos años está en crecimiento.
Caracteres:
- Sustitución de razas autóctonas por foráneas más especializadas. Las razas autóctonas (ej. tudanca) han sobrevivido gracias a ayudas públicas.
- Integración en los procesos industriales y con las empresas suministradoras de piensos; crecimiento de las importaciones de piensos (maíz, soja…) sobre todo de los Estados Unidos.
- Avance de la ganadería industrial o intensiva que aparece, incluso, en zonas antes desprovistas de ella. Esta ganadería industrial es especialmente importante en Cataluña, generalmente, en régimen de “integración“. El sistema consiste en que grandes empresas agroalimentarias aportan la materia prima (lechones, pollitos…) y los piensos, mientras que el ganadero pone el establo y el trabajo. En la Cataluña central predomina el porcino y en la Cataluña sur, las aves. La ganadería industrial de porcino y aviar es también importante en Zaragoza, Navarra, Guipúzcoa, Segovia y Valladolid; en Galicia está teniendo un importante desarrollo el sector aviar a través de la cooperativa COREN. Existe hoy también un sector bovino intensivo de leche que se desarrolla alrededor de muchas ciudades y es importante en Andalucía (los regadíos le proporcionan forrajes).
En cuanto a la ganadería extensiva, la porcina se sigue manteniendo en las penillanuras del oeste de la Meseta y en Sierra Morena (Salamanca, Extremadura, Huelva, Córdoba…) a través del cerdo ibérico y las dehesas; junto a cerdos subsiste en esas zonas una ganadería extensiva de toros bravos y vacuno de carne. La bovina de leche, criada en pastos naturales o con una alimentación mixta es importante en las regiones de clima oceánico, pero está en retroceso por las ayudas comunitarias a la retirada de esta actividad. Se mantiene el bovino de carne que le está sustituyendo en muchas zonas de montaña. La ovina predomina en ambas Castillas, Extremadura y Aragón; se destina predominantemente a carne, y, en menor medida a leche para quesos (manchego…). Su cabaña está en crecimiento, así como la caprina, por las ayudas comunitarias.
Hoy el sector ganadero supone más del 40% de la producción final agraria.
– Los Aprovechamientos Forestales
En la España rural, una actividad tradicional, aunque desigual en importancia, ha sido la forestal. Actualmente, tiene un escaso significado en la producción final agraria (un 4%) a pesar de su valor ecológico y paisajístico y a que la superficie que ocupa es casi la mitad del espacio agrario (23 millones de Has.). Pero, solo 7,5 millones corresponden a monte alto o bosque denso, dentro del que destacan, por su uso económico, las coníferas (5,5 millones de Has. de pinos) y medio millón de Has de eucaliptos que se han extendido mediante repoblaciones a costa del bosque autóctono, de más lento crecimiento; con todo, España no se autoabastece, debiendo importar de países nórdicos y tropicales el 25% de la madera que consumimos. Hay que tener en cuenta, por otro lado, que casi la mitad de la superficie repoblada se pierde debido a los incendios forestales (causas: sequías y tormentas, intereses ganaderos y madereros, presión turística y urbanizadora, mala conservación…). Las directrices de la P.A.C. están estimulando las repoblaciones, especialmente de frondosas, pero, España, hoy por hoy, sigue siendo un país “desarbolado”.
– Las Nuevas Actividades Rurales
En los últimos años, los espacios rurales están recibiendo actividades nuevas, que compiten, frecuentemente, con las tierras de uso agrícola. Entre los usos más habituales del suelo están los residenciales, ligados al turismo rural en auge en muchas comarcas o, simplemente, a segundas residencias. Eso supone una “urbanización” de lo rural y una competencia por el suelo y el agua que en territorios de turismo masivo perjudica claramente las actividades agrarias.
Pero, también, la industria y las actividades de servicios asociadas o no a ella (medios de comunicación, instalaciones comerciales…) compiten hoy en muchas zonas por la ocupación de suelos agrícolas, unas veces, debido a la tendencia de muchas industrias a buscar lugares de suelo más barato y menos congestionado que el urbano, otras, por la creación de industrias rurales, destinadas a elaborar materias primas de la zona o artesanías tradicionales.
La Unión Europea, como hemos visto, ha estimulado muchas de estas actividades a través de sus programas LEADER como una forma de retener población en el campo y dar alternativas al trabajo agrario.