La Lírica Tradicional y la Lírica Culta

La lírica recoge los sentimientos de las personas. La poesía acompañaba al trabajo en el campo, los trabajos domésticos, las fiestas… Que fuera poesía permitía que se memorizara fácilmente. La población era analfabeta, por lo que se transmitía de forma oral. Se trata de una poesía anónima, pues todos la recitaban e incluían cosas en ella. La transmisión la realizaban los juglares, cantores que iban de pueblo en pueblo montando espectáculos para divertir a la gente.

Las manifestaciones líricas compartían algunos rasgos, por ejemplo: los temas son amorosos, pero también aparecen fiestas, romerías y actividades del día a día. En su forma, eran escritos con oraciones breves, con densidad comunicativa, y un lenguaje elemental y directo en el que abundan las interjecciones y las expresiones de afecto.

Las Jarchas

Eran pequeños poemitas al final de una composición, la moaxaja. Estas son una muestra de las relaciones de convivencia y de influencia entre cristianos y musulmanes. Se cantaban en mozárabe y los poetas que las oían las transcribían en alfabeto árabe al final de sus moaxajas. Son la primera manifestación de la literatura aljamiada. Tratan temas amorosos de manera sencilla y directa con un vocabulario cariñoso en el que abundan los vocativos y las exclamaciones.

Las Cantigas de la Poesía Galaico-Portuguesa

Hasta el descubrimiento de las jarchas, los testimonios más antiguos fueron los cancioneros galaico-portugueses desde principios del siglo XIII. Se caracterizan por su estructura de canción paralelística en que un verso de la estrofa se repite en la siguiente sin apenas variaciones. Hay de amor, de amigo y de escarnio. Las de amor, cantadas por un hombre, y las de escarnio estaban influidas por la lírica provenzal. Tratan el amor cortés, en el que el poeta se declara a la dama con una lírica muy artificiosa y refinada. Las de amigo son puestas en boca de una chica y son las más cercanas a la lírica popular y tienen relación con las jarchas y de tipo popular.

Los Villancicos

Es la forma más representativa de la corriente de poesía popular. Se trata de una forma estrófica que se compone de un estribillo y de una glosa que desarrolla el contenido del estribillo; normalmente es amoroso.

El Mester de Juglaría

La poesía épica está compuesta por narraciones en verso que cuentan las hazañas de un héroe y es recitada por los juglares. Sus orígenes son del siglo V y la Chanson de Roland es su mejor ejemplo. Se basa en hechos históricos, pero se añade la invención. Los juglares añadían datos, exageraban los rasgos del héroe y la recitación de los cantares corría por parte de los juglares.

Los Cantares de Gesta Castellanos

Están formados por versos cuya medida está entre las 14 y 16 sílabas, divididas en dos partes separadas por una pausa o cesura. Su rima es asonante y se repite en un número variable de versos que se llama tirada. Su estilo contribuye a ambientar mejor el relato sobre hechos alejados en el tiempo. El léxico crea un tono adecuado al carácter heroico del poema.

El Poema del Mío Cid

Este poema narra las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar. Se cuenta cómo fue acusado injustamente y el rey Alfonso VI lo despojó de sus bienes y lo desterró a Castilla. Gracias a sus acciones, recuperó su honor perdido; es un proceso de glorificación de un héroe. El poema se compone de 3700 versos repartidos en tres cantares: El Cantar del Destierro, que comienza con la salida de Vivar y acaba en las batallas; El Cantar de las Bodas, que comienza con la conquista de Valencia y termina con las bodas; y El Cantar de la Afrenta de Corpes, que empieza con el episodio del León y termina con las nuevas bodas con los hijos de los reyes de Navarra y Aragón. El poema está escrito con gran realismo. La narración está llena de expresiones cristalizadas y repetidas como fórmulas rituales y aparecen epítetos épicos para caracterizar al héroe. Existe un uso anárquico de los tiempos verbales para darle más viveza.

El Romancero

Los poemas épicos se fragmentaron y dieron lugar a los romances, que son poemas de extensión variable escritos en versos octosílabos en los que riman los versos pares con rima asonante y quedan sueltos los impares. Se transmitían oralmente y, según el tema, podían ser: históricos, religiosos, bíblicos, novelescos, carolingios, moriscos, clásicos… Los romances tienen un estilo muy característico; la diferencia está en la importancia que adquiere el elemento afectivo. Los rasgos más característicos son el fragmentarismo, la estructura dialogada y el lenguaje. A finales del siglo XV, los romances se empezaron a recoger en colecciones impresas llamadas Romanceros. Los textos de la tradición oral son el Romancero Viejo y los que fueron creados por autores conocidos forman parte del Romancero Nuevo.