Desamortizaciones y Cambios Políticos en la España del Siglo XIX
Desamortizaciones
El largo proceso de la revolución liberal, iniciado en 1808, aún no había culminado en 1840. Según la doctrina liberal de la época, el principal derecho natural de los individuos era la búsqueda de una existencia feliz, lo cual se aseguraba a través de la propiedad de bienes. Además, el pensamiento liberal establecía una correlación entre propiedad y libertad, donde el Estado debía amparar estas libertades con una mínima intervención económica.
Las principales normas legales se centraron en redefinir el derecho de propiedad. Una causa fundamental de esta redefinición fue la desamortización, mediante la cual las propiedades del Antiguo Régimen, especialmente las de la Iglesia, se convertían en bienes nacionales para su posterior venta o reparto. Este proceso ya había comenzado en el siglo XVIII, tras la expulsión de los jesuitas en 1767:
- Carlos III vendió los bienes de los jesuitas y se inició un reparto de tierras en Sierra Morena, liderado por Pablo de Olavide.
- Godoy desamortizó los patrimonios de hermandades (1798), hospicios y asilos de pobres (1805). Durante el reinado de Carlos IV, también se secularizó 1/7 de los bienes del clero regular.
- Las Cortes de Cádiz abolieron los señoríos jurisdiccionales (1811) e incorporaron los bienes de las órdenes religiosas disueltas por los franceses (1812). En 1813, se aprobó una ley para repartir los bienes de propios y comunales.
- Durante el Sexenio Absolutista (1816-1820), Fernando VII suprimió la obra legislativa de las Cortes de Cádiz, pero no devolvió los señoríos jurisdiccionales.
- En el Trienio Liberal (1820-1823), se promulgaron la ley de desvinculación y un decreto para privatizar baldíos municipales y realengos.
- Las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz, que se detallarán más adelante.
El objetivo común de todas estas medidas era introducir en el mercado libre los bienes que habían pertenecido a los grandes propietarios del Antiguo Régimen (nobleza, Iglesia y municipios). El término desvinculación se aplicaba a los bienes de los seglares, mientras que desamortización se refería a los bienes eclesiásticos. La desvinculación implicó dos decisiones principales:
1. Abolición de los señoríos
Se suprimieron los privilegios de los nobles sobre los habitantes de las tierras, convirtiéndolas en propiedades particulares. Este proceso, iniciado en Cádiz, concluyó en 1837 tras numerosas quejas, aunque los señores feudales se transformaron en propietarios liberales sin perder sus tierras.
2. Supresión de los mayorazgos
La primera ley para suprimir los mayorazgos se promulgó durante el Trienio Liberal, pero las resistencias de la nobleza retrasaron su aplicación hasta 1841. El mayorazgo era un conjunto de bienes hereditarios que pasaban al primogénito de las casas nobles, quien no podía venderlos, pero sí aumentarlos para transmitirlos a la siguiente generación. Su abolición permitió la libre venta de estos bienes.
De todas las desamortizaciones, destacan dos:
La desamortización de Mendizábal (1836-1851)
En 1835, Mendizábal llegó desde Londres para presidir el Gobierno con la misión de garantizar la continuidad de Isabel II en el trono y consolidar el nuevo Estado liberal. Para ello, era crucial ganar la guerra carlista y sanear la deuda pública. Ante la precaria situación de Hacienda, Mendizábal decidió recurrir a los bienes eclesiásticos como fuente de financiación.
El decreto desamortizador de 1836 puso en venta todos los bienes del clero regular (monjas y frailes), incluyendo sus enseres, obras de arte y libros. Al año siguiente, otra ley extendió la venta a los bienes del clero secular (catedrales e iglesias), aunque su ejecución se llevó a cabo durante la regencia de Espartero (1841-1843).
La Desamortización general de Madoz
El 1 de mayo de 1855, el ministro de Hacienda progresista Pascual Madoz promulgó la Ley de Desamortización General, que ponía en venta todos los bienes de propiedad colectiva: los eclesiásticos que no se habían vendido previamente y los de los pueblos (propios y comunales), extendiéndose esta última hasta 1924.
Aunque el procedimiento de venta fue similar al de Mendizábal, hubo dos diferencias principales:
- Mendizábal ya había solucionado los problemas de Hacienda, por lo que el dinero obtenido se destinó a la industrialización del país, especialmente a la expansión del ferrocarril.
- La propiedad del dinero no era del Estado, sino de los ayuntamientos.
La burguesía adinerada fue la principal beneficiaria, aunque la participación de pequeños propietarios fue mayor que en la desamortización de Mendizábal.
Principales efectos de la desamortización
a) Desde el punto de vista económico:
- Expansión de la superficie cultivada, pero no de la productividad.
- Deforestación.
- Concentración de la tierra en pocas manos.
- Resultados financieros mediocres.
- No se realizó una reforma agraria.
b) Desde el punto de vista social:
- No se formó una clase media agraria, aunque contribuyó a la creación de una estructura capitalista.
- Consolidación de las clases medias urbanas, que fueron las principales beneficiarias.
- Empobrecimiento y pérdida de autonomía económica de los ayuntamientos.
c) Desde el punto de vista político:
- Consolidación del régimen liberal.
- Creación de tensiones y enemistad entre la Iglesia y el Estado.
- Formación de una oligarquía agraria que ejerció el poder político y económico.
d) Otras consecuencias:
- Transformaciones urbanísticas.
- Dispersión y/o desaparición de parte del patrimonio artístico mueble.
El Sexenio Revolucionario. Intentos democratizadores
Introducción
En 1866, una grave crisis industrial, financiera y de subsistencia puso en entredicho la eficacia del gobierno moderado de Isabel II. La violenta represión de la manifestación estudiantil (noche de San Daniel) el 10 de abril de 1865 y la sublevación de los sargentos del cuartel de San Gil conmovieron a la opinión pública. El militar Juan Prim, que había estado planeando derrocar al Gobierno, se alió con el partido demócrata para lograr sus objetivos: la destrucción del sistema político isabelino y la formación de un nuevo orden mediante unas Cortes Constituyentes elegidas por sufragio universal.
Inicios del Sexenio Democrático y la Regencia del General Serrano (1868-1870)
El 19 de septiembre de 1868 el almirante Topete, junto con Prim y Serrano, se sublevaron en Cádiz haciendo un llamamiento a la población civil; se formaron así Juntas Revolucionarias por todo el país, con sus respectivo manifiestos. En vista de la situación, Isabel II se encontró sin apoyos y tuvo que marcharse a Francia. Esta revolución (llamada La Gloriosa), supuso el triunfo de la sociedad civil mediante un nuevo sentido del liberalismo, opuesto al rígido moderantismo.El principal objetivo de la Unión Liberal fue elaborar una nueva Constitución; para ello se convocaron Cortes Constituyentes con sufragio universal masculino. A pesar de la clara victoria de la coalición gubernamental, hubo una participación simbólica republicana e incluso carlista.La Constitución (promulgada en 1869) recogía el principio de soberanía nacional y establecía la división de poderes, derecho de asociación y libertad de cultos, además del sufragio universal. La forma de Estado es la monarquía democrática; establece cortes bicamerales y definía al Gobierno como un órgano colegiado que ejerce el poder ejecutivo y tiene responsabilidad política. Pero después de todo, España era una monarquía sin rey, así que se intentó solucionar provisionalmente con la instauración de una regencia presidida por el general Serrano, mientras que Prim dirigía el Gobierno. Las diferentes corrientes políticas presentaban en la prensa a sus candidatos para ocupar el trono, siendo los más destacados: Serrano, Espartero, el duque de Montpensier, Leopoldo de Hohenzollern, Francisco de Portugal y Amadeo de Saboya.Mientras, la inestabilidad política peninsular hizo resurgir el problema colonial, desembocando en la insurrección cubana: así comenzó una guerra que se convertiría en uno de los problemas más graves del Sexenio y que iba a durar diez años.
PRIM Y AMADEO DE SABOYA (1870-1873):El objetivo de Prim en los meses siguientes fue intentar conciliar las posiciones de los partidos: los olvidados carlistas reclamaban el derecho a la Corona de don Carlos VII, mientras que los republicanos querían impedir a toda costa el restablecimiento del régimen monárquico.A finales de 1870 se solucionó el problema del rey: gracias a las gestiones de Prim y de las logias masónicas, la casa de Saboya consiguió que don Amadeo aceptara el trono español. Este fue el primer y único rey español elegido por el Parlamento. Sin embargo, justo a su llegada a España, éste se entera de que Prim, su valedor, había sido asesinado tres días antes. La desaparición de esta figura integradora debilitó el apoyo de Amadeo y dividió al progresismo, lo cual condujo al fracaso de la primera experiencia de monarquía constitucional de España.Después de repetidas crisis de gobiernos, don Amadeo entregó su acta de abdicación el 11 de febrero de 1873; inmediatamente el Congreso y el Senado, constituidos en una sola asamblea Nacional, proclamaron de forma pacífica la Primera República Española.
PRIMERA REPÚBLICA ESPAÑOLA (1873):La instauración de la Primera República fue la única alternativa a la crisis de la monarquía democrática. La Asamblea designó a Estanislao Figueras como presidente de una República unitaria; sin embargo, esta quebró enseguida debido a numerosos conflictos: una Hacienda exhausta, una incipiente guerra carlista, el problema de Cuba y un Ejército inclinado al moderantismo.
REPÚBLICA FEDERAL:La república unitaria carecía de defensores cualificados, de modo que el resultado de las elecciones a Cortes dio el triunfo a los republicanos federales. En junio, se proclamó la República Democrática Federal, siendo propuesto como presidente el catalán Pi i Margall, que tuvo que enfrentarse igualmente a los problemas de la guerra carlista y la insurrección cantonal.En Andalucía, los federales tomaron los ayuntamientos y declararon las ciudades cantones independientes. Cabe destacar que el movimiento obrero tuvo una activa participación junto a los federales, ya que vieron una oportunidad de cumplir sus ideales de justicia y reparto de riqueza. Este movimiento evidenció la debilidad del gobierno republicano; tras la fugaz presidencia de Salmerón, Emilio Castelar actuando con firmeza, llamó al ejército para imponer el orden, reforzó el poder del Estado y suprimió el principio federal.
REPÚBLICA UNITARIA:La presidencia de Castelar representó un giro a la derecha de la política, lo que alarmó a los federales izquierdistas, que se unieron para provocar su dimisión. Sin embargo, este intento fue interrumpido por el golpe de Estado del general Pavía (enero de 1874), que junto con la Guardia Civil disolvió las Cortes Constituyentes, finalizando así la Primera República.
TEMA5:EL REGIMEN DE KA RESTAURACION.CARACTERISTICAS DEL FUNCIONAMIENTO CANOVISTA:
El 3 de enero de 1874, el general Pavía, junto con la Guardia Civil, dio un golpe de Estado y disolvió las Cortes Constituyentes, finalizando así la Primera República. El general Serrano fue el encargado de encabezar el gobierno tras el golpe.El 1 de diciembre el príncipe Alfonso, con motivo de su 17º cumpleaños, dirigió un manifiesto a la nación, redactado por Cánovas, en el que afirmaba que la única solución a los problemas de España era la instauración de la monarquía tradicional. El 29 de diciembre de 1874, el general Martínez Campos proclamó en Sagunto a Alfonso XII como rey de España; así se inició la Restauración, que pretendía restablecer el régimen liberal moderado anterior a 1868. Al fin, el 14 de enero de 1875, Alfonso XII entró a Madrid. Cánovas fue el encargado de liderar el gobierno, poniendo en marcha las primeras medidas del nuevo régimen: lograr el apoyo de la Iglesia, suspender los periódicos de la oposición, conseguir un Ejército amigo y depurar al funcionariado. Se dieron también pasos para poner fin a la guerra carlista en el norte y al conflicto de Cuba (concluido parcialmente con la Paz de Zanjón en 1878).El 30 de junio de 1876 fue promulgada una nueva Constitución. Por petición de Cánovas, en esta se colocaba a la monarquía por encima de los partidos políticos, permitiendo al rey nombrar al jefe del gobierno. También reconocía vagamente libertades políticas básicas, establecía un Parlamento bicameral y determinaba un Estado confesional, aunque permitía el ejercicio privado de otras religiones.Una vez aprobada la Constitución, se pondría en práctica el sistema canovista. Cánovas, jefe del partido liberal-conservador, precisaba de un partido que se estructurara con respecto a la izquierda dinástica, y así convocó al nuevo partido liberal-fusionista, cuyo jefe era Sagasta. Así comenzó el sistema de turno, una fórmula política que daba a ambos gobiernos la posibilidad de alternarse en el gobierno de forma pacífica, gracias a la manipulación electoral; los candidatos a las elecciones eran escogidos de antemano (encasillados), y mediante la coacción, el fraude y la compra de votos (práctica conocida como pucherazo) se conseguía el resultado previsto.Para asegurar definitivamente el sistema, se recurrió al caciquismo, consistente en el control del poder en determinadas zonas por personas de gran influencia y prestigio social. Los caciques eran, por tanto, los más influyentes de la localidad y los agentes políticos encargados de recopilar votos y amañar las elecciones para el correspondiente diputado encasillado. Se convertían en dispensadores de favores a cambio de votos y en generadores de un clientelismo de adictos.En 1885 murió Alfonso XII, con lo que se creo una situación de riesgo para la continuidad del régimen. Sagasta llego a un acuerdo con Cánovas para garantizar el turno de partidos, que se plasmó en el Pacto de El Pardo. Comenzó así el periodo de la regencia de Maria Cristina de Habsburgo, que duraría hasta 1902, cuando Alfonso XIII accede al trono.
la compra de votos (práctica conocida como pucherazo) se conseguía el resultado previsto.Para asegurar definitivamente el sistema, se recurrió al caciquismo, consistente en el control del poder en determinadas zonas por personas de gran influencia y prestigio social. Los caciques eran, por tanto, los más influyentes de la localidad y los agentes políticos encargados de recopilar votos y amañar las elecciones para el correspondiente diputado encasillado. Se convertían en dispensadores de favores a cambio de votos y en generadores de un clientelismo de adictos.En 1885 murió Alfonso XII, con lo que se creo una situación de riesgo para la continuidad del régimen. Sagasta llego a un acuerdo con Cánovas para garantizar el turno de partidos, que se plasmó en el Pacto de El Pardo. Comenzó así el periodo de la regencia de Maria Cristina de Habsburgo, que duraría hasta 1902, cuando Alfonso XIII accede al trono.
TEMA6:GUERRA COLONIAL Y CRISIS DEL 98:
En el último tercio del siglo XIX, los restos del imperio colonial español ultramarino en el Caribe y el Pacífico se independizaron de España. En la misma época, las potencias europeas acordaban adueñarse de gran parte del planeta en la conferencia de Berlín, por petición de Bismarck (1885). Esto pone de manifiesto, por una parte, la debilidad y el escaso peso de España, convertida en potencia de segundo orden y, por otro, fue una de las causas de una profunda crisis ideológica y moral en la sociedad española de finales de siglo, denominada crisis del 98.Los restos del imperio colonial español, tras la pérdida de América continental, consistían en las dos grandes islas del Caribe, Cuba y Puerto Rico, las islas Filipinas y un conjunto de unos 600 islotes y pequeños archipiélagos dispersos por el Pacífico. En la segunda mitad del siglo comenzó el proceso de separación de estos territorios de la metrópoli.La situación de Cuba y Puerto Rico presentaba unos rasgos coloniales muy peculiares: ambas islas, situadas en las cercanías de EEUU, tenían una vida económica basada en la agricultura de exportación, con el azúcar de caña y el tabaco como principales productos. Aportaban a la economía española un flujo continuo de beneficios, debido a las fuertes leyes arancelarias impuestas. Eran un mercado cautivo obligado a comprar las carísimas harinas castellanas y los textiles catalanes, e impedidas de exportar azúcar a Europa a partir de 1870, y privadas de toda capacidad de autogobierno.Desde la década de 1830 el gobierno español se volvió cada vez más represivo, lo que provocó un movimiento muy extendido entre los cubanos para obtener la independencia. Este movimiento alcanzó un particular impulso entre 1834 y 1838, durante el gobierno despótico del capitán general Martínez Tacón; las rebeliones y conspiraciones contra el dominio español caracterizaron la vida política cubana durante todo el siglo. Entre 1844 y 1851 surgió un movimiento favorable a la anexión de la isla a Estados Unidos, que terminó con la captura y ejecución de su máximo dirigente, el general Narciso López. Posteriormente España rechazó repetidamente los ofrecimientos estadounidenses para comprar la isla. Puerto Rico se abrió al comercio extranjero en 1804 y cuatro años después se acordó que tuviera representación en las Cortes españolas. En el siglo XIX se sucedieron una serie de breves levantamientos contra el gobierno español, pero todos ellos fueron reprimidos. En 1868 comenzaron en Cuba los movimientos autonomistas, cuando se produjo una sublevación popular dirigida por Manuel de Céspedes (grito de Yara) que dio comienzo a la lucha por la abolición de la esclavitud en las plantaciones e ingenios azucareros y por la autonomía política, similar a la que es aquellos momentos defendían los republicanos federales en la metrópoli. Otro factor era el ejemplo y estímulo de Estados Unidos, donde tras la guerra de Secesión había sido abolida la esclavitud. Este movimiento revolucionario condujo a la Guerra de los Diez Años, una lucha muy costosa tanto para España como para Cuba; esta guerra finalizó en 1878 con la Paz de Zanjón (considerada más bien una tregua). Los resultados de esta paz fueron escasos: solamente se había conseguido la abolición formal de la esclavitud en 1873.
En 1892, José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano, partidario de la independencia. La propuesta de una nueva ley de autonomía para Cuba en 1895 llegó tarde y a partir de ese año la guerra se recrudeció. El envió desde España del general Weyler, que puso en práctica una dura política represiva, no impidió el desarrollo de la lucha.En las Filipinas el nacionalismo estaba muy poco desarrollado y las islas permanecían relativamente tranquilas. La población española era escasa y los capitales invertidos no eran importantes; la colonización no había creado una base de mestizaje y aculturación de importancia.
Durante tres siglos, la soberanía se había mantenido gracias a una fuerza militar y a la presencia de varias órdenes religiosas. En 1892 varias sociedades secretas se organizaron para actuar contra España y José Rizal fundó la Liga Filipina. El general Polavieja acabo capturando y ejecutando a Rizal, pero un nuevo líder, Emilio Aguinaldo, mantuvo la insurrección, obligando al gobierno español a enviar nuevos contingentes militares al mando de Fernando Primo de Rivera.En 1897 se produjeron cambios importantes: la desaparición de Cánovas, un cambio en la presidencia de los Estados Unidos (Cleveland por Mckinley) y la concesión de autonomía a Puerto Rico, constituyéndose el primer gobierno presidido por Francisco Mariano Quiñones. Los líderes independentistas de Cuba y Filipinas se encontraban ya en estrecho contacto con los norteamericanos.El gobierno de Sagasta llegó al convencimiento de que era necesario reconocer una amplia autonomía; pero en esos momentos se produjo la implicación directa de los Estados Unidos en el conflicto. Las campañas de prensa de Hearst y Pulitzer movilizaron a la opinión pública en contra del colonialismo español. En febrero de 1898 la voladura del acorazado Maine fue el pretexto para una declaración de guerra que se desarrolló en el Caribe y en Filipinas.Las tres derrotas de Cavite y Manila en Filipinas y Santiago en Cuba, llevaron a la citada Paz de París. España perdió los restos de su imperio colonial ultramarino en favor de Estados Unidos, que se adueñó de Puerto Rico y Filipinas, y ocupó Cuba. Después de muchas tensiones con Alemania, España acabó vendiendo a este país las islas Marianas, las Carolinas y Palaos, y en 1900, un nuevo tratado hispano-norteamericano establecía la venta de las pequeñas islas de Joló.Valeriano Weyler y Nicolau (1838-1930). Si cae este tema (que no creo porque cayó en selectividad el año pasado y no tiene sentido que lo pregunte) esta es la foto que va a salir. Si mal no recuerdo, era el Capitán General de Cuba y mató a mucha gente. Era un cabronazo de cuidado.