Garcilaso de la Vega (1501-1536)

Garcilaso de la Vega nació en Toledo en 1501 y murió en Niza en 1536. Perteneció a la primera mitad del siglo XVI. De origen noble, participó activamente en la vida de la corte humanista y renacentista del emperador Carlos V. Después de casarse, se enamoró perdidamente de una doncella a la que dedicó la mayor parte de sus obras. Influenciado por la poesía italiana, Garcilaso, noble cortesano, hombre de armas y letras, soldado y poeta, introdujo y consolidó en España el modelo petrarquista. Su obra poética, aunque escasa, comprende algunos poemas en octosílabos, cuarenta sonetos, tres églogas, cinco canciones, una epístola y dos elegías. Estas composiciones marcaron un nuevo rumbo en la lírica española. El tema principal de su poesía es la queja amorosa por el rechazo o la muerte de la amada. Para expresar su dolor, Garcilaso compone poemas en primera persona o crea historias protagonizadas por pastores o personajes mitológicos, a través de los cuales transmite sus propios sentimientos.

San Juan de la Cruz (1542-1591)

San Juan de la Cruz nació en Ávila en 1542 y murió en Jaén en 1591. Perteneció a la segunda mitad del siglo XVI. Concibió la poesía como un medio para comunicarse con Dios; sus versos son la expresión de la doctrina mística y de su experiencia personal en ese campo. Escribió algunos poemas de tipo tradicional (romances, villancicos, canciones y glosas) en los que recreaba “a lo divino” motivos de la lírica popular. La mayoría están escritos en versos octosílabos. En esta época, se rompe la unidad cristiana, con la grave consecuencia del surgimiento del Erasmismo (pensamiento humanista), en el que la Iglesia perdió poder en beneficio de la burguesía. Bajo el reinado de Felipe II, con el Papa a la cabeza de la Iglesia, el autor estudió en la Universidad de Salamanca, pero la abandonó para entrar en la Orden del Carmelo. Su obra destaca por su lenguaje simbólico. En ella, una mujer enamorada comunica la salida en busca del amado, el encuentro gozoso y la unión con Dios.

Santa Teresa de Jesús (1515-1582)

Santa Teresa de Jesús, fuente de inspiración y orientación, es la Madre Fundadora del Carmelo Teresiano. Nació en Ávila, en el hogar Cepeda y Ahumada, el 28 de marzo de 1515. Perteneció al siglo XVI. Llamada realmente Carmela, a los 20 años ingresó en el monasterio de La Encarnación de su ciudad natal, donde permaneció 27 años, hasta que el 24 de agosto de 1562 inauguró su propio Carmelo. Continuó, por orden del superior general, P. Juan Bautista Rubeo de Ravenna. En 1568, organizó con San Juan de la Cruz el comienzo de la nueva vida de los Carmelitas Descalzos en Duruelo. Murió a los 67 años, “hija de la Iglesia”, en el monasterio de Alba de Tormes, el 4 de octubre de 1582. Amante de la lectura desde su niñez, escribió algunos libros. Es también una escritora testimonial de sus convicciones, de su experiencia y de la obra de Dios en su alma. Casi 500 cartas conforman un conjunto en el que aparece la humanidad de la vida diaria y los grandes ideales de su alma: la entrega amorosa a la divinidad, a Cristo y a su Iglesia, encarnados con naturalidad en las relaciones, preocupaciones y estados anímicos.

Fray Luis de León (1527-1591)

Fray Luis de León nació en 1527, en Belmonte (Cuenca). Perteneció a la segunda mitad del siglo XVI. Proveniente de una familia influyente, creció en Belmonte, donde aprendió a leer y cantar. Acompañó a su padre en sus viajes. Estudió en un colegio de Salamanca y posteriormente fue novicio en el Convento de San Pedro, de la orden de los agustinos. Su doctorado en teología supuso nueve años de estudios. Despertó envidias entre sus colegas y fue detenido en varias ocasiones. En 1578 obtuvo la cátedra vitalicia de filosofía moral. También obtuvo la cátedra de Sagrada Escritura. Publicó los comentarios In Cantica Canticorum e In Psalmum XXVI. Se publicó la primera edición de La perfecta casada y la primera parte de De los nombres de Cristo. Publicó Los libros de la Madre Teresa de Jesús. En 1591 fue elegido Provincial de su Orden en Castilla. Murió pocos días después en Madrigal de las Altas Torres (Ávila). Vivió durante los reinados de Carlos I y Felipe II. Principal representante del Renacimiento cristiano, encabezó la Escuela Salmantina. En este momento histórico, España se orientó hacia la preocupación religiosa, impulsada por la Contrarreforma y en oposición al avance del protestantismo. Como consecuencia, España produjo una cultura esencialmente nacional y católica. En este contexto, Fray Luis de León, de profundo carácter cristiano y culto, se dedicó a estudiar todo aquello que le pudiera aportar elementos de fe.