Dictadura de Primo de Rivera: ascenso, desarrollo y caída
Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
Causas del Golpe de Estado
A principios de la década de 1920, España vivía una difícil situación. Las causas que llevaron a la dictadura son las siguientes:
- Las consecuencias del desastre de Annual (1921), que generó una sensación de humillación y descontento en el ejército, aumentada con la instrucción del expediente Picasso, que exigía responsabilidades a los militares y al propio Alfonso XIII.
- El auge del nacionalismo en Cataluña y el País Vasco, visto con recelo por la derecha conservadora y los militares.
- El ascenso de socialistas y republicanos, y el crecimiento del movimiento obrero, preocupaba a las clases dirigentes, dispuestas a apoyar un gobierno autoritario.
- La crisis del sistema de la Restauración por la corrupción política y el desprestigio de los partidos del turno.
- El contexto internacional, con el auge de partidos y regímenes totalitarios tras la Primera Guerra Mundial, favorecía el avance hacia la dictadura.
El 13 de septiembre de 1923, el malestar del ejército, unido a los problemas políticos, sociales y económicos, se concretó en el golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña. Primo de Rivera justificó su actuación como un intento regeneracionista. En un manifiesto, declaró sus motivos para rebelarse: acabar con el sistema parlamentario, solucionar el problema marroquí, garantizar el orden público y acabar con el separatismo. Primo de Rivera combinaba las ideas regeneracionistas (se veía como el “cirujano de hierro” del que hablaba Joaquín Costa) con la influencia del fascismo italiano. El golpe recibió el apoyo del ejército, la Iglesia, la burguesía y el propio rey, que le encargó formar gobierno. Se instauró una dictadura militar que duraría hasta 1930, terminando la Restauración y con la vuelta de los militares a la dirección política del país.
Etapas de la Dictadura
Se distinguen dos etapas:
- El Directorio Militar (1923-1925)
- El Directorio Civil (1925-1930)
El Directorio Militar (1923-1925)
En esta fase, la dictadura se presentó como una solución provisional. Se estableció un Directorio militar, presidido por Primo de Rivera, que concentraba todos los poderes (ejecutivo, judicial y legislativo) y gobernaba mediante decretos-ley. Sin derogarla, suspendió la Constitución de 1876 y las garantías constitucionales, disolvió las Cortes y militarizó la Administración. Otras actuaciones destacadas fueron:
- Aplicación de una política centralista, prohibiendo la bandera catalana y limitando el uso del catalán al ámbito privado.
- Medidas para mantener el orden público: prohibición de manifestaciones y huelgas.
- Creación de la Unión Patriótica (UP), un movimiento político de apoyo a la dictadura, en la práctica un partido único con un programa regeneracionista.
- Finalización victoriosa de la guerra de Marruecos con el desembarco en Alhucemas (1925) y la rendición de Abd-el-Krim.
El Directorio Civil (1925-1930)
Constituido en diciembre de 1925, con la intención de instaurar un régimen estable. Se incorporaron seis civiles al Directorio. En 1927, se convocó la Asamblea Nacional Consultiva, una especie de parlamento para asesorar al dictador. La dictadura se benefició de una buena coyuntura económica:
- Fomento de la industrialización con intervencionismo estatal (creación de CAMPSA y la Compañía Telefónica Nacional).
- Mejoras en la agricultura (creación de las Confederaciones Hidrográficas).
- Revitalización del comercio exterior (medidas proteccionistas).
- Desarrollo de obras públicas e infraestructuras (construcción de 7000 km de carreteras), reduciendo el desempleo.
Para reducir la conflictividad social, se crearon los Comités Paritarios, organismos con representantes de patronos, obreros y gobierno, con influencia fascista, para resolver conflictos laborales. Los socialistas de UGT participaron en estos Comités, apoyando una política reformista, lo que les valió críticas de comunistas y anarquistas.
Oposición al Régimen
La dictadura fracasó en la cuestión catalana: la represión radicalizó al catalanismo, surgiendo Estat Catalá, liderado por Francesc Macià. Crecieron los opositores (republicanos, anarquistas, comunistas, nacionalistas), y los antiguos partidos de la Restauración se sumaron a la crítica. Un sector del ejército se enfrentó a Primo de Rivera por problemas de ascensos (Sanjuanada, 1926). Intelectuales como Unamuno, Ortega y Gasset y Marañón, se opusieron al régimen. Los estudiantes protagonizaron revueltas universitarias.
Fin de la Dictadura y del Reinado de Alfonso XIII
Desde 1928, la dictadura decayó. Los socialistas la abandonaron al aumentar la conflictividad social por la crisis de 1929. Las relaciones con Alfonso XIII se deterioraron. En enero de 1930, Primo de Rivera dimitió y se exilió a París, donde murió poco después. El rey encargó el gobierno al General Berenguer, quien restableció las libertades constitucionales lentamente (“dictablanda”), generando oposición entre obreros, republicanos y nacionalistas. Estos últimos firmaron el Pacto de San Sebastián (1930) para acabar con la monarquía. Tras el fracaso de una rebelión, Berenguer dimitió (febrero de 1931). Alfonso XIII encargó el gobierno al almirante Aznar, quien convocó elecciones municipales. Aunque los monárquicos obtuvieron mayoría, los republicanos ganaron en las capitales de provincia. El 13 de abril de 1931, Alfonso XIII abandonó el trono. El 14 de abril se proclamó la II República.