El Ensayo Autoritario de la “Revolución Argentina”

El Problema de Gobernar sin el Peronismo

La Revolución Libertadora pretendió “desperonizar” al país, pero ni sus dictaduras ni las democracias condicionadas por la proscripción pudieron hacerlo. Después de 1955, los peronistas desestabilizaron a los sucesivos gobiernos que intentaron imponer una fachada democrática.

Frente a esta situación, el Gral. Juan Carlos Onganía se presentó como la solución para diferentes sectores: ejercer un gobierno autoritario sin plazos, pero con el objetivo de modernizar y racionalizar la economía.

Esta nueva dictadura contó con el apoyo de la Iglesia Católica, por lo que se denominó Revolución Argentina.

El Consenso Golpista

Las empresas grandes, pequeñas y medianas apoyaron el discurso desarrollista de Onganía y avalaron el pronunciamiento, al igual que los productores agropecuarios, quienes en un principio lo apoyaron.

Las empresas transnacionales, junto con sectores peronistas, se encontraban enfrentadas al gobierno de Illia por su política petrolera y la Ley de Medicamentos.

En el mismo contexto se encontraba Augusto Vandor, que consideraba que tendría más oportunidades de liderazgo con un gobierno no autoritario, donde no existiera la competencia de los partidos políticos. De esa manera, la CGT constituyó la única organización popular permitida y comenzó a tener reuniones con representantes del ejército. Comenzó un levantamiento, del cual la gente era indiferente.

Perón no se pronunció ni a favor ni en contra de los acontecimientos y prefirió ver cómo se desenvolvían, al igual que otros dirigentes.

A nivel internacional, Onganía contaba con el apoyo de Estados Unidos.

La “Legalidad” y los Objetivos de Onganía

  • La primera medida que tomó fue la disolución de toda legalidad anterior: se destituyeron autoridades constitucionales.
  • Acta de la Revolución Argentina y su correspondiente Estatuto: La ley fundamental solo estaría vigente en los puntos que no se contrapusiesen con el Acta.
  • Plano Económico: Tenía como objetivo luchar contra el comunismo y la infiltración marxista. Se debía abaratar la mano de obra y frenar la inflación para modernizar el país. Reimplantó la economía de mercado pregonada por Álvaro Alsogaray.
  • Plano Social: Tenía como fin eliminar conflictos sociales, por lo que, cuando hubiera suficientes ganancias, se redistribuiría la riqueza.
  • Plano Político: Tenía como fin la democracia, pero cuando ya no hubiera contrastes entre peronistas y antiperonistas.
  • Objetivos de “moralidad”: Relacionados con los Cursillos de Cristiandad del régimen franquista. Onganía consideraba libertinaje a la nueva moda (pelo largo, minifaldas), como a diversas situaciones (besos en público, chistes sobre la autoridad). Si era considerado inmoral, la persona podía ser sancionada, ya que estaría abriendo las puertas al marxismo.

Proyecto Económico

El primer ministro de economía de Onganía fue Jorge Salimei, que tenía como plan despidos masivos en los empleos públicos, ferrocarriles, el puerto y otras empresas estatales. A fines de 1966 fue reemplazado por Adalbert Krieger Vasena.

El proyecto económico de Krieger Vasena consistió en una recesión administrada de modo que favoreciera a las empresas más importantes, y colaboró con la concentración de capitales. Algunas de las medidas que tomó fueron:

  • Devaluación del peso argentino en un 40%: Esto se dio para que los empresarios extranjeros pudieran adquirir empresas argentinas a precios muy bajos en dólares.
  • Congelamiento de salarios por 20 meses: Se hizo para aumentar las ganancias de las empresas, reduciendo el costo de la mano de obra.
  • Acuerdo de precios y congelamiento de tarifas de servicios públicos y de combustibles: Se estableció para atenuar el congelamiento de salarios: la inflación era menor, pero no dejó de existir, por lo que disminuía el salario real.
  • Rebaja de aranceles aduaneros para la importación en un 50%: Los aranceles son los precios que se les establece a los productos que entran al país. Al bajar este precio, se protegía a las industrias extranjeras.
  • Retenciones del 25% a la exportación de productos no industriales: Compensaban las grandes ganancias obtenidas por la devaluación del 40%. Estas retenciones o impuestos serían usados por el Estado para compensar el déficit fiscal y para encarar grandes obras públicas.

El Predominio del Capital Extranjero

Con respecto al petróleo, buscó atraer nuevamente a multinacionales petroleras.

Para el FMI, el plan de disminución de gastos públicos de Krieger Vasena fue efectivo; con la política de ajuste bajó la inflación a menos del 10% anual en 1967, y muchos inversores nacionales y extranjeros apostaron a Argentina.

Un ejemplo puede ser el FMI, que concedió un crédito de 125 millones de dólares y se obtuvieron otros préstamos más de Europa y EE. UU. que fueron usados para grandes obras de infraestructura: se encaró la construcción de la represa hidroeléctrica gigante El Chocón-Cerros Colorados, la central nuclear de Atucha, la construcción de varios puentes y túneles a través del río Paraná y sus afluentes, y la extensión de las rutas asfaltadas.

El resultado de la desnacionalización de la industria se vio ya en 1968, cuando la principal empresa argentina estaba ubicada en el 14° lugar entre todas las del país; en 1969, entre las cien mayores empresas localizadas en la Argentina, 83 eran extranjeras o tenían participación de capitales extranjeros.

Los Efectos del Plan Económico: Tucumán Arde

Cuadro de texto: Muestra Tucumán Arde: “Tucumán Arde” fue un movimiento artístico rosarino, bonaerense y santafesino dado en 1968. Empezó pegando carteles que decían “Qué es Tucumán” y después aparecieron otros que decían “Tucumán Arde”. Fue dada por artistas que constituyeron un proceso de vanguardia en el cual se vinculaba el arte con lo político sindical, con lo que estaba pasando en el momento (en este caso, la situación de Tucumán). Esta actividad fue censurada en muchos lugares, pero en Rosario se desarrolló en el local de la CGT de los Argentinos. El Estado siempre había protegido y subsidiado a las producciones regionales, como la azucarera en Tucumán o la algodonera en el Chaco. Sin embargo, para el gobierno de Onganía, favorecer a los pequeños productores no era racional, entonces eliminó esos subsidios con la excusa de que había una “superproducción de azúcar”. Como consecuencia de esto, se produjo un desempleo masivo en la región: 250.000 obreros azucareros fueron despedidos, los pequeños productores de caña fueron desplazados de la actividad, se liquidaron cooperativas cañeras, fábricas proveedoras de herramientas y comercios que vivían de los ingenios. Una asamblea de la Federación Obrera de Trabajadores de la Industria Azucarera (FOTIA) en Santa Lucía fue disuelta por fuerzas conjuntas tras un violento ataque. Los activistas se defendieron con bombas incendiarias, pero fue inevitable que haya detenidos y heridos, sumándole el ataque policial a niños y mujeres y la muerte de Hilda Guerrero de Molina, trabajadora y cocinera de una olla popular. Como consecuencia de esto, la resistencia de los sectores afectados se desarmó, quedando varios pueblos fantasmas y el éxodo de una tercera parte de la población tucumana, que emigró a la provincia de Buenos Aires.

En términos económicos, el cierre de pequeños ingenios favoreció la concentración de la producción en unos pocos propietarios tucumanos y el desarrollo de los ingenios azucareros Ledesma y Tabacal, en Salta y Jujuy, que monopolizaron el mercado.

La Política Laboral

La política económica aplicada por Krieger Vasena se basó en:

  1. Redujo los costos de mano de obra para las empresas.
  2. Se congelaron los salarios de los trabajadores.
  3. Se rebajó el monto de las indemnizaciones por despido arbitrario.
  4. Se elevó la edad jubilatoria de 60 a 65 años.
  5. Se impulsó la ley de arbitraje obligatorio en caso de conflicto laboral para no llegar a la huelga.
  6. Se estableció la ley sobre el servicio civil de defensa, que implicaba la obligatoriedad del trabajador en la movilización antihuelguística.
  7. Se eliminó el trabajo insalubre, que consistía en trabajar seis horas y cobrar ocho.
  8. Trabajadores portuarios: Eliminó numerosas conquistas obtenidas en 1946. Cuando declararon la huelga, la dictadura intervino el sindicato y condenó a 5 años de prisión a su dirigente.
  9. Trabajadores ferroviarios: Se eliminaron ramales de ferrocarriles deficitarios y tuvo como consecuencia el despido de muchos empleados.

En este contexto, el sindicalista Augusto Vandor, como no pudo presionar y negociar con Onganía, debió hacerse “participacionista” y colaborar con el gobierno militar para que algunos grupos sindicales lo apoyaran. Pese a la postura de la dirección de la CGT, algunos sindicatos cuestionaron esta postura de Vandor. Amado Olmos estuvo a la cabeza de esos sindicatos, quienes hicieron huelgas que terminaron en arrestos, despidos masivos, retiro de la personería sindical e intervenciones.

La Lucha por la Liberación

La CGT de los Argentinos

En marzo de 1968, la oposición de los trabajadores al gobierno militar tuvo expresión en el Congreso de la CGT. El gobierno había anunciado que no reconocería la participación de los gremios intervenidos. Sin embargo, los sindicalistas combativos ganaron el control de la CGT y se eligió como nuevo Secretario General a Raimundo Ongaro, del Sindicato Gráfico.

Vandor y sus aliados desconocieron los resultados del congreso y se instalaron en la sede de la calle Azopardo; y por eso la CGT quedó dividida en dos:

  • La CGT Azopardo: Reconocida por el gobierno, por lo que pudo retener el local y los fondos.
  • La CGT de los Argentinos: Dirigida por Ongaro y de carácter combativo. Desde sus inicios pidió por la libertad de los compañeros detenidos. El 1° de mayo de 1968 convocó a la lucha a través del Semanario CGT, dirigido por el periodista Rodolfo Walsh. En el semanario se denunciaba la situación de pérdida de los derechos, las persecuciones y torturas, e informaba sobre las protestas obreras y toda forma de resistencia al régimen militar: estudiantil, universitaria, villera y de los Sacerdotes del Tercer Mundo. En 1969, el semanario fue clausurado y sus últimos números fueron editados clandestinamente.

Los dirigentes sindicales Augusto Vandor y José Alonso, “participacionistas” del gobierno de turno, fueron asesinados después del Cordobazo por el Ejército Nacional Revolucionario. Más adelante, al finalizar el gobierno de Onganía, se realizó en 1970 el Congreso Normalizador de la CGT, donde las dos CGT se reunificaron y fue elegido como secretario general José Ignacio Rucci.

El Correntinazo y el Rosariazo

Las universidades fueron golpeadas por la dictadura de Onganía. Cuando aumentaron los precios en los comedores universitarios, se alzó la protesta en Corrientes. Debido a la represión policial, murió un estudiante.

En consecuencia de eso, en todas las universidades del país se hicieron actos de protesta y hubo otra víctima en Rosario. Esto hizo que se incrementaran las manifestaciones y, por ende, la violencia gubernamental, que terminó con la muerte de un estudiante rosarino de secundaria.

En el Rosariazo se destacó la adhesión de un grupo de sacerdotes (Sacerdotes del Tercer Mundo), que tuvieron un conflicto con su obispo local. El ejército declaró a Rosario “zona de guerra” y estableció Cortes Marciales para juzgar a los civiles. El impacto en la opinión pública fue tan grande que las dos CGT se unieron, declarando un paro general de 24 hs. en contra de la represión de la política económica, para el 23 de mayo de 1969.

El Cordobazo

En Córdoba se habían asentado, durante el gobierno de Frondizi, fábricas de automotores. Para tener una mayor productividad, la política de esas empresas fue conceder salarios más altos que los de convenios y estimular la formación de sindicatos por empresas; de este modo, las automotrices extranjeras evitaban en Córdoba el poder sindical que el movimiento obrero peronista. Pese a ello, en la Córdoba se desarrolló una fuerte resistencia obrera y popular contra el régimen de Onganía, entre ellos muchos estudiantes que trabajaban en esas fábricas.

La dictadura de Onganía había permitido a los empresarios que les paguen menos a los obreros; esto se conoció como “quitas zonales”. El argumento para las quitas era la promoción industrial, el menor costo de vida en esa región que en Buenos Aires y el “sábado inglés” (se pagaban 48 horas aunque se trabajaran 44). Pero en mayo de 1969 se abolió por “ley” nacional el sábado inglés.

Ese año, el gremialismo cordobés tenía ya sus motivos para hacer paro el 14 y 15 de mayo:

  1. La eliminación de las quitas zonales.
  2. La continuación del sábado inglés.
  3. Incremento constante de la cantidad que se debía producir para cobrar el premio de “productividad”.

La huelga fue impulsada por el sindicato de obreros automotrices y del transporte, que fue violentamente reprimida por la policía.

El 29 de mayo se convocó a una nueva huelga y manifestación en la ciudad de Córdoba. Estudiantes y obreros marcharon, pero la represión policial asesinó al estudiante Máximo Mena. La noticia se difundió y comenzó la lucha para rechazar a la policía. Se unieron, encabezando la protesta, los trabajadores del transporte y los de la Compañía de Electricidad de Córdoba; 4.000 obreros de la automotriz IKA-Renault, los trabajadores de Fiat y Grandes Motores Diesel. Onganía movilizó al Ejército; para entorpecer el desplazamiento de las tropas, el sindicato Luz y Fuerza produjo un “apagón”. Recién para el día 31 el Ejército pudo dominar la situación, con un saldo de 34 muertos, 500 heridos y 300 detenidos.

Esta insurrección popular, conocida como el Cordobazo, no se hizo en nombre de Perón, a pesar de que la mayoría de los obreros eran peronistas. Muchos de los dirigentes sindicales más destacados eran “clasistas”, es decir, que afirmaban la lucha de clases para tomar el poder, entre ellos: René Salamanca y Agustín Tosco.

El Cordobazo marcó el comienzo del fin de la dictadura de Onganía. El equipo económico renunció en pleno y se debió reemplazar a Krieger Vasena por Dagnino Pastore. Varios dirigentes obreros fueron detenidos, llevados a sedes militares y juzgados por Consejos de Guerra. Agustín Tosco fue condenado a 8 años de prisión; y en noviembre, Onganía dictó la absolución para todos los detenidos en esa ocasión.

La “Peronización” de las Clases Medias

La intervención de Onganía en las universidades arrasó con la política estudiantil y los alumnos se abrieron hacia los problemas de la sociedad argentina. La militancia juvenil derivó hacia grupos gremiales o cristianos que demandaban la solución de problemas sociales concretos. Pero los gremios y los sacerdotes eran, en su mayoría, peronistas. De este modo, muchos estudiantes de clase media fueron descubriendo un mundo desconocido para ellos y lucharon por la abolición de las injusticias. Algunos se hicieron peronistas porque valoraron lo hecho por Perón en su gobierno, o porque eran parte de las clases trabajadoras con las que ellos estaban trabajando, que eran peronistas.

De este modo, Perón logró lo que no pudo lograr en sus primeros mandatos: tener lugar por el compromiso de cambio social y político de jóvenes estudiantes.

Tanto en Rusia como en distintos países europeos, los líderes de izquierda se habían planteado una nueva forma de llegar al poder: a través de la lucha armada. En ese contexto nació la “violencia de Estado”, que además de “implementarse” en Europa, se vio también en países de América Latina, en los cuales distintos comunistas decidieron tomar el poder por las armas. En Argentina, a estos grupos armados de izquierda pertenecían los Montoneros, que nacieron con el lema de “Perón, Evita, la patria socialista”; FAR y ERP.

Una parte de la violencia política fueron las guerrillas, que se realizaban mientras lograban conseguir el poder: robaban armas y fondos monetarios, secuestraban a grandes empresarios o realizaban actos propagandísticos repartiendo volantes.

La Guerrilla

“Guerrilla” puede referirse tanto a los grupos revolucionarios armados que intentan lograr apoyo popular para tomar el gobierno en países coloniales, semicoloniales o dependientes, como a la forma de lucha en la que estos grupos aprovechan el factor sorpresa y el conocimiento del terreno para compensar la desigualdad numérica con un enemigo más poderoso. Originalmente, su ámbito propicio fue rural (guerrillas de la Revolución Cubana o las FARC en Colombia), pero luego se manifestó en forma de guerrilla urbana. Una guerrilla urbana que se puede destacar es la de los Tupamaros, en Uruguay, que estuvieron muy cerca del poder.

Las acciones armadas de las guerrillas podían tener:

  • Objetivos logísticos para la revolución (toma de comisarías).
  • Operaciones económicas (secuestros de empresarios, asalto de bancos).
  • Operaciones políticas (asesinatos de figuras políticas o militares que tenían el repudio de gran parte de la población, con fines propagandísticos o de una supuesta “justicia popular”).

La Tendencia Revolucionaria del Peronismo

La resistencia peronista había sido desarmada con el Plan CONINTES, por lo que en 1968 el peronismo no tenía una organización nacional. La consigna “Perón vuelve” continuó vigente durante las dictaduras de la Revolución Argentina, pero los peronistas revolucionarios, como Gustavo Rearte, Envar “el Kadri”, Carlos Caride, no contaban con el apoyo de la CGT hasta que se formó la CGT de los Argentinos.

Hacia enero de 1969 se realizaron dos Congresos del Peronismo Revolucionario y allí surgió la Tendencia Revolucionaria del Peronismo. Todos sostuvieron la necesidad de la lucha armada, pero solo algunos la iniciaron.

A la Tendencia se incorporaron jóvenes peronistas, socialistas, comunistas, ex nacionalistas de derecha y militantes cristianos, muchos de ellos de clase media, que trabajaron en actividades de promoción social, educativa y cultural, o de difusión política.

La organización político-militar Montoneros hizo su aparición pública en 1970 con el secuestro y el asesinato de Aramburu en el primer aniversario del Cordobazo, y fue visto como un acto de “justicia popular”. (Aramburu fue responsable de los bombardeos a Plaza de Mayo, de la desaparición del cuerpo de Evita, de la proscripción del peronismo y de los fusilamientos de 1956).

Hacia 1972, Montoneros era la organización más numerosa y conocida de la Tendencia. Tras la muerte de sus principales dirigentes, Mario Firmenich pasó a ser la figura más importante de la conducción “montonera”.

La Guerrilla Guevarista

En 1970 surgió el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), fundado por el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Se trató de la organización armada argentina no peronista, que se proclamó “guevarista” y adoptó la bandera del Ejército de los Andes con una estrella roja. El ERP tuvo influencia política en las ciudades y universidades del interior, como Tucumán, Santiago del Estero y Córdoba. El PRT tenía una posición indigenista, ya que editaba una publicación política en castellano y quechua.

Los dirigentes más destacados del PRT fueron Mario Roberto Santucho, Domingo Menna y Benito Urteaga.

Sus primeras acciones fueron en Rosario, donde secuestraron al gerente del frigorífico Swift para apoyar las demandas de los trabajadores en conflicto con esa compañía norteamericana. Esta táctica del PRT-ERP se repitió en el conflicto por despidos en la fábrica Fiat, en el cual secuestraron a Oberdan Sallustro, el director de esa empresa.

Los militantes de PRT-ERP pretendían vincularse al nuevo clasismo obrero y desarrollar un movimiento sindical de base con los sindicatos no peronistas de las empresas automotrices extranjeras que estaban en Córdoba.

El PRT-ERP también planeó implantarse en la zona rural de Tucumán, debido a que su economía estaba afectada por el cierre de los ingenios azucareros. La guerrilla rural del ERP adoptó el nombre de un obrero de los ingenios azucareros asesinado en 1972 (Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez).

La Crisis de la Dictadura

La Caída de Onganía

El régimen de Onganía entró en crisis después del Cordobazo. Aunque él mismo no quiso conceder elecciones, el general Alejandro Agustín Lanusse lo reemplazó en junio de 1970, mediante un golpe interno, comandado por el Gral. Roberto Levingston.

El Gobierno de Levingston

Levingston estaba más orientado al nacionalismo que su antecesor, pero lo que sí tenían en común con la Revolución Argentina es que no autorizó a los partidos políticos ni anunció futuras elecciones.

Su objetivo principal era fortalecer la industria nacional, y para ello nombró como ministro de economía a Aldo Ferrer, un técnico desarrollista. Este introdujo la política del “compre argentino”, mediante la cual los organismos estatales, cuando adquirían bienes de uso, debían comprarlos a fábricas argentinas, siempre que se produjesen en el país. Otra medida nacionalista que tomó este gobierno fue la restricción del crédito local para las empresas extranjeras.

Pese a su política económica, Levingston no contaba con el apoyo político de los que querían elecciones libres, ni con los sectores financieros y empresarios.

El Viborazo

El descontento popular continuaba, acompañado del incremento de las guerrillas. José Uriburu (gobernador de Córdoba), preocupado por la posibilidad de otro Cordobazo, pronosticó en marzo de 1971 que “descabezaría a la víbora de la rebelión”.

La reacción en Córdoba no se hizo esperar y fue denominado Viborazo. La CGT resolvió un paro activo y una marcha en repudio. El 12/03/1971, la represión mató a un obrero adolescente. El Viborazo no solo provocó la renuncia del gobernador de Córdoba, sino también la destitución del Gral. Levingston por la Junta de Comandantes, en marzo de 1971.

La Hora del Pueblo

La Hora del Pueblo fue un acuerdo entre los representantes de los partidos políticos proscriptos durante el gobierno de Levingston. Constituyó la primera expresión oficial de reconciliación entre el peronismo y el radicalismo; esto fue repudiado por sectores conservadores y militares. También se pusieron de acuerdo en que, ganara quien ganara, se llevaría adelante una política económica con orientación nacional.

La alianza fue firmada por el delegado personal de Perón (Jorge D. Paladino), Ricardo Balbín (UCR), Vicente Solano Lima (Partido Conservador Popular) y representantes del Partido Demócrata Progresista, Partido Socialista Popular, Bloquismo Sanjuanino e Independiente.

Lanusse Presidente de Facto: el Gran Acuerdo Nacional

El Gral. Alejandro Agustín Lanusse estaba dispuesto a buscar una solución a la crisis política. Su propuesta era el Gran Acuerdo Nacional (GAN), por medio del cual preparaba la transición hacia la vida política del país, intentando que el Ejército se retire tranquilamente, y trató de someter a todos los sectores políticos a las reglas de juego que él impuso.

Después de 15 años, incorporó al peronismo a las elecciones generales. Lanusse quería llegar a un acuerdo con Perón para ser él el candidato por el Ejército y por el peronismo. Perón no quiso negociar, ya que el régimen en crisis sentía la presión del acuerdo entre radicales y peronistas.

Pese a que la represión seguía y caían presos los dirigentes del sindicalismo combativo, la guerrilla continuaba con acciones como tomas de pueblos (La Calera, Garín, San Jerónimo Norte) y comisarías.

Fusilamientos de Trelew

Agustín Tosco (uno de los dirigentes presos del sindicalismo combativo) llegó al penal de Rawson, donde Lanusse reunió a presos políticos vinculados a las organizaciones guerrilleras (peronistas, marxistas) y a sindicalistas combativos.

En agosto de 1972, presos de Montoneros, FAR y ERP organizaron una fuga. Con apoyo externo, planificaron la toma del penal y el secuestro de un avión. Si bien participaron 110 presos políticos, pudieron fugarse efectivamente 25 y solo 6 dirigentes guerrilleros lograron subir al avión y desviarlo hacia Chile. Los otros 19 fugitivos no llegaron a tiempo para el vuelo y coparon el aeropuerto de Trelew, donde fueron rodeados de inmediato por las fuerzas de seguridad. Los miembros de ese grupo fueron trasladados a una base militar y días después fueron fusilados. Hubo solo 3 sobrevivientes.

El Gral. Lanusse solicitó al gobierno de Chile la devolución de los 6 guerrilleros fugados, pero el presidente Salvador Allende decidió dejarlos salir hacia Cuba.

“La Masacre de Trelew” del 22 de agosto de 1972 puede considerarse Terrorismo de Estado.

Lanusse: Negociaciones con Perón

Lanusse consideró que, para calmar a la guerrilla, debía negociar con Perón y envió a su secretario, Cornicelli, a Madrid. Pretendía que Perón prohibiese la lucha armada en el peronismo, o que solicitase que los guerrilleros no invoquen su nombre, a cambio de ofrecimientos como la devolución del cuerpo de Evita, la restitución de su grado militar o propuestas monetarias. Perón le dijo que no podía hacer nada y no condenó a las guerrillas peronistas. Más tarde, Lanusse envió a la residencia de Perón en Madrid el cuerpo embalsamado de Evita para ganarse a Perón.

Lo único que pudo obtener Lanusse fue que el peronismo aceptara las elecciones del 11 de marzo del ’73, pese a la proscripción de su líder: el presidente de facto había dictado una ley electoral con una cláusula de residencia que impedía ser candidato a quien no estuviera en el país antes del 25 de agosto de 1972.

El 20 de junio de 1973.

Perón en la Argentina

Lanusse intentó desprestigiar a Perón y desalentar su retorno a la Argentina, pero Perón dispuso su regreso para el 17 de noviembre de 1972, con el objeto de organizar la campaña electoral y discutir las bases de la futura política con los sectores que habían firmado la Hora del Pueblo.

Al día siguiente de la llegada de Perón, él mismo comenzó a recibir numerosos grupos que se acercaron para discutir aspectos políticos. Se firmó un acuerdo entre la CGT, la Confederación General Económica (CGE) y los principales partidos políticos nacionales y movimientos provinciales, que tenía como objetivos fundamentales los siguientes:

  1. La independencia económica.
  2. La justicia social.
  3. El cambio de modelo económico.

Se fijaron las pautas para el desarrollo nacional autónomo, con un nuevo trato hacia el capital extranjero, apoyo a la empresa nacional y una política internacional tendiente al trabajo conjunto con los países del Tercer Mundo.

Perón tuvo una reunión con los Sacerdotes del Tercer Mundo, pero salieron decepcionados porque él no quería una revolución socialista.

Después de varias reuniones, Perón volvió a España para preparar su regreso definitivo a la Argentina.

Cámpora al Gobierno, Perón al Poder

La Reforma Electoral de Lanusse

Para el mandato presidencial de 1973 debía regir la Constitución Nacional de 1853, con sus reformas posteriores, que estipulaban:

  1. Un período presidencial de 6 años.
  2. Elección indirecta de fórmula presidencial.
  3. Requisitos establecidos para la elección de candidatos.

La reforma electoral del Gral. Lanusse impuso:

  1. Mandato presidencial de 4 años.
  2. La elección del presidente y vicepresidente por ballotage o segunda vuelta, excepto que el primero ganase por más de la mitad de los votos.
  3. Cláusula de residencia en el país en los últimos seis meses.

En otras palabras, la ley estaba diseñada para excluir a Perón de la candidatura presidencial, para evitar que ganara el peronismo, o que, si ganaba, fuera corto su mandato y tuviera asegurada la oposición en el Congreso.

Para las elecciones, el peronismo se alió en el FREJULI (Frente Justicialista de Liberación) con otros partidos: el Conservador Popular, el MID (Movimiento de Integración y Desarrollo, frondizista), demócrata-cristianos y socialistas.

En las elecciones del 11 de marzo de 1973, el FREJULI ganó por el 49,56% de los votos, por lo que la UCR (segunda) reconoció el triunfo justicialista.