El Estado Absoluto

En los siglos XVI y XVII, los problemas sociales y políticos, y las revueltas de nobles, ciudades y campesinos, hicieron necesaria la intervención de los reyes y, con ello, el aumento de su poder. De esta manera, las monarquías autoritarias acabaron por convertirse en monarquías absolutas. Los reyes llegaron a poseer un poder absoluto sobre los estados, sin que ninguna otra institución los limitara. En los reyes de estos estados absolutos se concentraba el poder ejecutivo, legislativo y judicial.

Características del Estado Liberal

Se definió desde un principio como estado de derecho, puesto que en él todos sus componentes estaban sometidos al imperio de la ley. El estado liberal giró alrededor de una idea fundamental: el individuo es el centro de la actuación política, y el estado tiene como función crear un marco legal que le permita y le garantice actuar libremente. Los individuos tienen unos derechos propios, anteriores y más importantes que el mismo estado, y este tiene que respetarlos al gobernar. El estado tiene el poder de crear leyes, pero la función de esas leyes no puede ser otra que la de proteger los derechos de los individuos de manera que sean estos los que traten de satisfacer sus intereses en la vida social, de acuerdo con las reglas de competencia económica y del libre intercambio. Para que el estado funcionara de esta manera, se impulsó, asimismo, la separación de poderes tratando de evitar la corrupción. Con el paso del tiempo se vio que era imprescindible que algunos de los poderes del estado, legislativo y ejecutivo, fueran elegidos en sufragio universal por la regla de las mayorías, con lo que apareció el estado liberal y democrático de derecho.

El Estado Socialista

En el siglo XIX, la revolución industrial produjo una transformación profunda de la sociedad. Entonces apareció un proletariado que vivía, tanto en el trabajo como fuera de él, en unas condiciones pésimas. La situación era más grave porque no había instituciones que tutelaran a los trabajadores. Por ello surgieron, entre los obreros, movimientos reivindicativos para luchar por unas mejores condiciones de trabajo y de vida. Estos movimientos se enfrentaron a la burguesía, que estaba más interesada en sacar provecho de la situación económica que en defender las ideas liberales. También nació el pensamiento socialista que, frente a la defensa de la libertad individual que hacía el liberalismo, defendía la igualdad material, la necesidad de que existieran unas condiciones económicas y sociales suficientes e iguales para todos los ciudadanos. Como medio para conseguir esa igualdad, la propiedad de los medios de producción, el control de la producción y la distribución de los bienes económicos tenían que estar en manos de la colectividad y no de los individuos. La función del Estado sería la de crear las condiciones materiales para que todas las personas disfrutaran, en condiciones de igualdad, de sus derechos económicos y sociales.

El Estado de Bienestar

Apareció en la segunda mitad del siglo XX. Los estados liberales y democráticos de derecho introdujeron una serie de servicios a la sociedad. Este Estado asume como tarea la defensa de los derechos sociales, económicos y culturales de todos los ciudadanos, los llamados derechos de segunda generación, lo que lleva a intervenir en el orden económico y social para tratar de conseguir una igualdad real de oportunidades, una situación de pleno empleo y un acceso de los grupos sociales más débiles a la satisfacción digna de sus necesidades fundamentales.

Fundamentación de los Estados Absolutos

Se argumenta en la religión; el poder procede de Dios, con una visión negativa del ser humano, incapaz de gobernarse a sí mismo, bien por el pecado original, bien por la maldad intrínseca de la naturaleza humana, lo que hace necesario un poder fuerte que ordene la vida social. No obstante, el absolutismo ha tenido algunos límites que venían impuestos por el derecho consuetudinario (el derecho de usos y costumbres). Estaba también limitado por la moral y el derecho natural que emanaba de Dios.

Thomas Hobbes

En el estado de naturaleza, el ser humano es dueño absoluto de sí mismo e independiente por completo de los demás. Los seres humanos están dominados por el principio de conservación, son egoístas y luchan por su supervivencia, aunque para lograrla tengan que pasar por encima de los demás. Al no existir ningún poder superior, se produce una guerra de todos contra todos en la que triunfa el más fuerte. El origen de la sociedad viene dado por la necesidad de sobrevivir, con una situación de cooperación, orden y paz que se consigue a través de un contrato, esto es fruto de una decisión racional de los individuos que renuncian voluntariamente a muchos derechos, transfiriéndolos a una autoridad soberana, a cambio de conseguir esa situación de paz, orden y cooperación. Una vez realizado este pacto, es irrevocable, pues los seres humanos no cambian y seguirán siendo egoístas. Obra: Leviatán.