Conceptos Fundamentales de la Filosofía Aristotélica y Platónica
SUSTANCIA. Ari llama sustancias a las cosas concretas y particulares que componen la realidad. Las sustancias tienen una estructura hilemórfica, ya que están compuestas de una materia y de una forma. Estos dos componentes solo son separables en abstracto. En la realidad, materia y forma constituyen un conjunto inseparable. La materia es el componente físico de las sustancias. La forma es el conjunto de cualidades específicas de una sustancia que hacen que sea la sustancia que es. Ari distingue entre dos tipos de forma: la forma esencial o esencia y las formas accidentales.
CIENCIA. Ari establece una distinción entre dos tipos de saber: el saber teórico y el saber práctico. El saber teórico trata sobre la contemplación y explicación desinteresada de la realidad. Dentro de este saber teórico se encuadra, para Ari, la Ciencia, a la que define como el conocimiento universal y necesario de los principios y causas de la realidad. La ciencia se encarga de lo universal, es decir, de lo que vale para todos los casos particulares, y esto marca una distancia muy grande respecto a la mera opinión, que suele girar precisamente respecto a alguna circunstancia particular y concreta.
HILEMORFISMO. Expresión utilizada para hacer referencia a la concepción aristotélica de la realidad. Según esta concepción, la realidad se compone de cosas concretas y singulares denominadas sustancias. Las sustancias tienen una estructura hilemórfica, ya que están compuestas de una materia y de una forma. Estos dos componentes solo son separables en abstracto. En la realidad, materia y forma constituyen un conjunto inseparable. La materia es el componente físico de las sustancias. La forma es el conjunto de cualidades de una sustancia que hacen que sea la sustancia que es. Ari distingue entre dos tipos de forma: la forma esencial y las formas accidentales.
POTENCIA. Es el conjunto de capacidades de cada sustancia de la realidad. Para Ari, una cosa no se agota solo en lo que es en el momento actual, sino que encierra un cúmulo de opciones que pueden realizarse o no en el futuro. Estas posibilidades existen en las sustancias en potencia. El cambio que experimentan las sustancias es el proceso por el cual la potencia de una sustancia se convierte en acto; es decir, el cambio no es más que la realización de aquello que en las sustancias es mera posibilidad.
ACTO. Es el conjunto de cualidades de la sustancia que están realizadas en el momento actual. Acto es sinónimo de realización: el acto es una posibilidad que deja de serlo para constituirse en realidad palpable. El cambio que experimentan las sustancias es el proceso por el cual la potencia y posibilidad de una sustancia se convierte en acto; es decir, el cambio no es más que la realización de aquello que en las sustancias es mera posibilidad.
CAUSA. Causa es cualquier factor que interviene en la existencia de un determinado fenómeno de la realidad, concretamente los fenómenos de cambio y modificación que experimentan las sustancias de la realidad. Según Ari, son cuatro las causas: material, formal, eficiente y final.
ABSTRACCIÓN. Esta palabra resume el proceso de conocimiento del ser humano, tal y como lo concibe Ari. La abstracción es la formación de conceptos que nos sirven para comprender y explicar mejor la realidad. Estos conceptos han de ser tan generales como sea posible, para que de esta forma tengan más capacidad explicativa. El conocimiento parte siempre de lo particular, pero los objetos imprimen su forma en el entendimiento del sujeto que se encarga después de construir los conceptos correspondientes. En el proceso de abstracción, la razón extrae del objeto concreto percibido la forma esencial que comparten todas las cosas de una misma especie, y es así como, mediante la abstracción, la razón forma los conceptos de validez general.
FELICIDAD. Es el bien supremo del hombre. Para Ari, la felicidad se identifica con la plenitud y la autorrealización. El hombre logrará ser feliz cuando se autorrealice y alcance su plenitud y perfección como ser humano. Dado que para Ari la razón es lo que diferencia al ser humano de cualquier otro ser vivo, Ari propone como ideal de felicidad perfecta una vida dedicada a la actividad contemplativa y teórica, y una vida repleta de decisiones y acciones orientadas racionalmente. La realización de este ideal feliz conlleva la posesión de ciertas disposiciones de tipo moral que Aristóteles denomina virtudes, todas ellas fundamentadas en una regla establecida por la prudencia, que recomienda actuar siempre eligiendo el término medio entre dos extremos, uno por exceso y otro por defecto.
ALMA. Es el principio de vida de los seres vivos y motor de todas las actividades que pueden realizar por sí mismos. Para Ari, todos los seres vivos tienen alma. En el caso del ser vivo Hombre, encontramos tres almas: alma vegetativa, que comprende las actividades biológicas más básicas, como la nutrición, el crecimiento y la reproducción; alma sensitiva, que comprende la actividad del conocimiento sensible, la actividad apetitiva y la actividad locomotriz; alma racional, que posibilita la actividad pensante mediante la que el humano es capaz de comprender y explicar la realidad.
POLIS. De los tres tipos de comunidad que existen según Ari, la ciudad es el más importante. Es la comunidad más importante porque garantiza, además de la defensa y del intercambio comercial, el logro de una vida feliz y bella para los ciudadanos, una vida perfecta y autosuficiente, ya que es en el espacio público de la ciudad donde el ser humano logra alcanzar su meta más elevada: la felicidad.
VIRTUD. Concepto central de la ética aristotélica. Las virtudes son disposiciones, tendencias de acción consistentes en elegir el término o justo medio entre dos extremos llamados vicios, uno por exceso y otro por defecto. Según Ari, todas las virtudes se basan en esta regla de oro general que la propia razón nos dicta y que podemos aplicar a cualquier situación: Actúa de tal manera que siempre optes por el camino del justo medio. Por ejemplo, la valentía es el término medio entre la cobardía y la temeridad; la modestia es el término medio entre la humildad y la vanidad; la generosidad es el término medio entre la tacañería y la prodigalidad… Todas estas virtudes éticas constituyen nuestro carácter y se adquieren a través del hábito y la costumbre.
IDEA. Las ideas son las esencias de las cosas físicas y materiales, pero existen separada e independientemente de ellas en un mundo al que Platón llama mundo inteligible. Las Ideas o Formas son entidades inmateriales, eternas e inmutables, y su conocimiento a través de la razón resulta imprescindible para poder comprender las cosas que hay en el mundo físico y material. Entre las Ideas y las cosas físicas existe una relación de participación equivalente a la que existe entre un modelo y sus imitaciones. Por ejemplo, cada ser humano concreto y singular es una copia que imita el modelo representado por la Idea de Ser Humano.
MUNDO SENSIBLE. Según la Teoría de las Ideas, el mundo sensible es uno de los dos “mundos” que componen la realidad existente. El mundo sensible es un nivel de realidad compuesto de objetos físicos y materiales. Platón denomina “sensible” a este “mundo” porque lo captamos a través de los sentidos. Los rasgos característicos principales que definen a estos objetos físicos son la temporalidad, el devenir o cambio, y la particularidad. El mundo sensible guarda una “relación de participación” (relación copia modelo) con el otro nivel de realidad.
MUNDO INTELIGIBLE. Según la Teoría de las Ideas, el mundo inteligible es uno de los dos “mundos” que componen la realidad existente. Este nivel de realidad se compone de Ideas o Esencias. Las Ideas son entidades eternas, inmutables e inmateriales. Platón lo denomina mundo o nivel de realidad inteligible porque su conocimiento tiene lugar a través de la facultad de la inteligencia. El conocimiento intelectual y racional de las Ideas o esencias nos permite explicar y comprender las cosas del nivel del mundo sensible.
BIEN. El Bien es la idea suprema del mundo inteligible. Es la idea suprema porque es la base y el fundamento de la existencia de las demás ideas: las ideas existen y esa existencia depende de la existencia del Bien. De ahí que para Platón la idea de Bien sea el fundamento de todo lo existente.
Platón nunca definió con claridad la idea de Bien, pero la identifica con la Perfección. Las Ideas son “perfectas” y, por tanto, su existencia depende de la existencia de una idea de categoría superior que le concede su perfección en cuanto ideas. La idea de categoría superior es la idea de Bien. El conocimiento de la idea de Bien es la meta última de la Dialéctica.
RAZÓN. Para Platón, la razón, la inteligencia, es la facultad humana que hace posible el conocimiento científico, tanto el conocimiento matemático como el conocimiento dialéctico. Con la razón, el ser humano conoce Ideas y es capaz de realizar razonamientos puramente intelectuales acerca de esas Ideas y de sus relaciones entre sí. La razón, para Platón, no solo tiene una función teórica orientada al conocimiento de las ideas y de la verdad; también tiene una función práctica, pues ha de ser la razón la que controle y domine los deseos y las emociones de cara al logro de una vida buena.
DOXA. Se trata de un conocimiento superficial, descriptivo, poco fiable y cambiante que nos muestra lo que son las cosas aparentemente. Los órganos de conocimiento son los sentidos. La realidad a la que se accede a través de él es al nivel de realidad sensible y cambiante (mundo sensible). Dentro del conocimiento sensible u opinión, Platón diferencia entre dos modos y grados: conjetura y creencia.
EPISTEME. Se trata de un conocimiento razonado y argumentado, fiable y seguro. El órgano de conocimiento es la razón. La realidad a la que se accede a través de la razón son las Ideas, esencias perfectas e inmutables. En este tipo de conocimiento, Platón distingue dos modos y grados de conocimiento: inteligencia discursiva e inteligencia intuitiva. La ciencia utiliza una metodología basada en el uso de hipótesis.
ALMA. En la concepción dualista del hombre, el alma es la parte inmaterial e inmortal del ser humano. Platón establece una división del alma humana en tres partes, aunque también es cierto que a veces habla de “tres almas”, en lugar de tres partes del alma. Cada una de estas partes cumple una función específica en la vida del individuo: alma racional, alma irascible y alma concupiscible. Esta división platónica del alma aparece bellamente explicada en la imagen del auriga y de los caballos blanco y negro.
VIRTUD. Para Platón, la virtud es una cualidad o disposición que permite al ser humano alcanzar una vida buena y justa. Las virtudes tienen una estrecha relación con el alma humana, y dado que en esta Platón diferencia tres partes, hay tres virtudes fundamentales: sabiduría, fortaleza y moderación. Estas tres virtudes constituyen los tres vértices de “el triángulo de una vida buena”.
JUSTICIA. Concepto clave de la ética y de la política platónicas. En la ética, el concepto de “justicia” hace referencia al equilibrio que tiene que existir en el ser humano entre las partes de su alma. En el terreno político, la justicia es la virtud fundamental de la ciudad. Una “ciudad justa” es una ciudad donde exista un equilibrio entre las tres clases sociales que la componen. Dicho equilibrio se logra aplicando el principio de especialización funcional: que cada ciudadano, incluido dentro de una clase social por sus capacidades y cualidades, desarrolle exclusivamente aquella función para la que está más capacitado.