Movimiento Realista en la Literatura: De Francia a España
El Realismo
El Realismo fue una corriente artística que se propuso representar la realidad con el máximo grado de verosimilitud.
Origen y Evolución
Nació en Francia. Se inició con Balzac, Stendhal y se desarrolló con Flaubert. En España surgió hacia 1870, tras “La Gloriosa”, y tuvo su apogeo en la época de 1880. Influyeron géneros románticos (novela histórica, artículos de costumbres) junto con obras de autores extranjeros.
Realismo y Naturalismo
El Naturalismo fue impulsado por Émile Zola, quien en La novela experimental propuso aplicar el método científico a la literatura: se trataba de describir y analizar al ser humano, determinado por el medio, momento histórico y la herencia biológica.
En España los escritores rechazaron el determinismo biológico y reivindicaron el humor. Incorporaron temas naturalistas: las descripciones minuciosas y documentadas, una intervención menor del narrador, la presencia de palabras y pensamientos de los personajes, la influencia de la educación y de la familia en la conducta de los personajes.
Principales novelistas
- Honoré de Balzac. Iniciador del Realismo en Francia en la primera mitad del siglo XIX, creó una gran obra, La comedia humana, que pretendió mostrar la sociedad francesa de su tiempo. Otras obras destacadas son Eugenia Grandet y Papá Goriot.
- Gustave Flaubert. Desarrolló plenamente el Realismo y exigió la presencia de un narrador impersonal en sus novelas. Destaca Madame Bovary.
- Émile Zola. Sus obras ilustran la acción de la herencia biológica y del ambiente en una familia: los Rougon-Macquart. Mencionamos La taberna, Nana y Germinal.
Características de la novela realista
Los escritores realistas utilizaron la observación y la documentación para reflejar la realidad. Las descripciones de lugares, seres y objetos eran explicativas y funcionales.
Son frecuentes los usos de las variedades sociales, geográficas y de situación para reflejar el mundo narrado. El lenguaje fue un pilar importante para conseguir la caracterización de ambientes y de personajes.
El tema sería el conflicto entre individuo y sociedad, y se relaciona con la oposición entre sociedad y naturaleza, que aparece exaltada. El individuo se enfrenta a la colectividad y suele ser derrotado.
Se establecen paralelismos. Los lugares urbanos y rurales adquieren una gran importancia. La narración suele respetar una temporalidad cronológica. La materia narrativa se organiza por medio de contrastes: se oponen situaciones, personajes y visiones del mundo.
Los personajes representan a un grupo social, pero también muestran personalidades individuales que luchan y se rebelan.
Novelistas del Realismo
La aparición de la novela titulada La Fontana de Oro, de Galdós, en 1870, marca el inicio de la novela realista en España. El costumbrismo de algunos artículos de Larra y La gaviota (1849), de Fernán Caballero, serían los antecedentes inmediatos. Podemos clasificar a los novelistas del Realismo en dos corrientes:
- Una tradicionalista e idealizante, representada por Alarcón, Valera, Pereda o Emilia Pardo Bazán.
- Otra progresista, representada por autores como Galdós, Clarín y Blasco Ibáñez.
Autores destacados
- Pedro Antonio de Alarcón: Destaca por la amenidad y espontaneidad de sus descripciones y por cierto desenfado malicioso; pero defiende tesis tradicionalistas sin profundizar en los temas y desdeñando la observación directa de la realidad. Su obra más destacada es El sombrero de tres picos, basada en un cuento popular.
- Juan Valera: Con el tema del amor como eje central, es un gran estilista de su generación y un creador de grandes caracteres femeninos: Pepita Jiménez, Doña Luz… Escéptico en cuestiones religiosas y políticas, pretende distraer al lector con obras bien construidas y estilísticamente muy elaboradas.
- José María de Pereda: Es el novelista de la montaña santanderina y el defensor de las virtudes de la vida rural. El valor de sus novelas reside, tal vez, en ser el mejor paisajista de su generación y el mejor representante del costumbrismo regional. Pero tiene limitaciones de tipo ideológico y estético. En Sotileza refleja la difícil vida del barrio pesquero de Santander; en Peñas arriba describe minuciosamente las montañas y costumbres cántabras.
- Emilia Pardo Bazán: Escribió una de las mejores novelas del Realismo: Los pazos de Ulloa, novela que refleja de manera implacable la decadencia de una familia aristocrática en el marco rural gallego. Destaca su capacidad para reflejar los ambientes sórdidos en un estilo vigoroso y de gran plasticidad. Se sintió atraída por las tesis y la estética del Naturalismo de Zola, pero no llegó al radicalismo del escritor francés.
- Benito Pérez Galdós: Es el novelista más prolífico y genuino de la generación realista. Es el cronista del último tercio del siglo XIX. Podemos clasificar su obra en varios períodos:
- Los Episodios Nacionales: una visión novelada de la historia del siglo XIX hasta la Restauración.
- Las novelas de tesis, en las que ataca la mentalidad cerrada y la intransigencia religiosa; por ejemplo, en su novela Doña Perfecta.
- “Novelas contemporáneas”, donde ofrece un amplio fresco de la sociedad de Madrid y las tensiones de las diferentes clases sociales. Destaca Fortunata y Jacinta, una de las mejores obras del Realismo, por la que desfilan más de mil personajes de toda la escala social.
- Novelas espirituales y simbólicas, con títulos como Nazarín (donde exalta el idealismo del protagonista, un clérigo que predica el Evangelio por los caminos), o Misericordia, con la señá Benigna, personaje entrañable, símbolo de la bondad sin límites, que se mueve en el mundo de la mendicidad en todas sus formas.
- Leopoldo Alas “Clarín”: Es autor de la que algunos consideran la mejor novela del Realismo: La Regenta. La obra es la crónica del asedio que sufre Ana Ozores, la protagonista, por parte del Magistral, un sacerdote ambicioso y sensual, y de Álvaro Mesía, el típico y superficial donjuán provinciano. Pero es, sobre todo, la crónica de una ciudad, Vetusta, cuyas costumbres, organización, ideología y normas morales envuelven a los personajes en una atmósfera asfixiante que terminará aplastando a la protagonista. Los valores perdurables de esta novela consisten en la creación de unos personajes muy sólidos y complejos: Ana, el Magistral, Álvaro, etc.; la visión global de una ciudad que simboliza fielmente los defectos e intrigas de las ciudades españolas de la época; y el dominio de técnicas narrativas novedosas en su época: el estilo indirecto libre, el monólogo, la fuerza simbólica de las descripciones, la ironía demoledora, etc.
- Vicente Blasco Ibáñez: Es autor de una extensa y exitosa obra literaria, centrada sobre todo en los problemas sociales de la ciudad y la huerta valenciana. En obras como La barraca o Cañas y barro, presenta influencias del Naturalismo. Blasco Ibáñez destaca por las magníficas descripciones del ambiente levantino, llenas de luz, colorido y fuerza plástica. Varias de sus obras fueron adaptadas al cine.