La Teoría del Conocimiento en Platón: Dualismo Ontológico

La filosofía de Platón se fundamenta en un dualismo ontológico que distingue dos mundos: el Kosmos Horatos, o mundo sensible, y el Kosmos Noetos, o mundo inteligible. El primero es el mundo de los objetos, mutable, sensible y contingente. El segundo, en cambio, es inmutable, inteligible y necesario. Contingente significa que algo que es de una manera podría ser de otra. En este mundo inteligible se encuentran las Ideas o Formas, que son el término de la definición universal y, por tanto, las esencias de los objetos. Contienen el concepto, pero subsisten por sí mismas.

La relación entre el mundo arquetípico (inteligible) y el mundo sensible es de imitación o participación. La conexión se da a través del dios demiurgo, que ordena la materia caótica tomando como modelo los arquetipos. Este dios es un arquitecto, no un creador. El mundo observable está jerarquizado.

Analogías en los Libros VI y VII de la República

En los libros VI y VII de la República, Platón explica las características del Kosmos Noetos y su relación con el mundo sensible a través de tres analogías.

1. Analogía del Bien y el Sol

Establece una dualidad entre los entes que permanecerá a lo largo de toda su analogía. Por un lado, los entes verdaderos del mundo inteligible, dominados por la idea del Bien. Por otro, los entes del mundo sensible, donde destaca el Sol, que permite el crecimiento y la existencia de los entes materiales.

2. Analogía de la Línea

Cada mundo tiene un tipo de pensamiento asociado. Lo mutable solo puede generar opinión o doxa, mientras que lo inmutable es una ciencia verdadera o episteme.

  • Doxa (Opinión):
    • Eikasia (Conjetura): Sus objetos son reflejos o fantasmas de los objetos (ta phantasmata).
    • Pistis (Creencia): Se refiere a los objetos sensibles.
  • Episteme (Ciencia):
    • Dianoia (Razonamiento lógico-matemático): Sus objetos son principalmente matemáticos (ta mathematica).
    • Noesis (Conocimiento): Su forma de pensamiento es puramente inteligible e intuitiva (nous), siendo las propias Ideas el objeto de su intuición.

El nous se presenta como el pensamiento real y verdadero, causa de todos los demás. Es superior a la dianoia, ya que permite pasar de las hipótesis, propias del mundo sensible, a la aprehensión de la Forma.

Platón presenta dos perspectivas sobre el conocimiento:

  1. Reminiscencia o Anamnesis: El alma conocía la verdad antes de encarnarse.
  2. Dialéctica: Un proceso cognitivo racional que alcanza las Ideas. Puede ser ascendente (de la multiplicidad a la unidad) o descendente (división de la unidad).

Ambos aspectos, reminiscencia y dialéctica, están impulsados por Eros, el amor platónico.

Alegoría de la Caverna (Libro VII de la República)

En el libro VII de la República, Platón propone la alegoría de la caverna para explicar su metafísica. En una caverna subterránea, hay prisioneros atados que solo pueden mirar al fondo. Detrás de ellos hay un fuego que proyecta sombras de objetos. Los prisioneros toman esas sombras como la realidad. Uno de ellos se libera y asciende hacia la salida, siendo deslumbrado por la luz exterior. Gradualmente, adapta su vista: primero ve los reflejos en el agua, luego los objetos directamente y, finalmente, el Sol.

Antropología Platónica: La Naturaleza del Alma

Platón describe la naturaleza humana en consonancia con su dualismo ontológico. El hombre es, por un lado, cuerpo (soma), terrenal y corruptible, generador de confusión. Por otro lado, posee un alma (psyche), que es inteligible.

El cuerpo es un accidente temporal y negativo, una cárcel de la cual el psyche debe liberarse mediante el recuerdo o reminiscencia. Debe recuperar su autoconocimiento como idea (eidos) y como finalidad (telos). El alma no es un principio vital, sino un ente inmortal que transmigra de cuerpo en cuerpo (metempsicosis). Genera movimiento sin un principio externo, siendo así inmutable.

Estructura Tripartita del Alma

En el libro IV de la República, Platón compara el alma con un auriga que conduce un carro tirado por dos caballos: uno bueno, dócil y bello, y otro malo, díscolo y tosco. Con este símbolo, indica que el psyche está formado por:

  • Un elemento racional: Cuida del bienestar del hombre.
  • Un elemento emocional o volitivo: Ayuda a la razón a cumplir sus decisiones.
  • Un elemento apetitivo: Relacionado con los deseos materiales.

El alma posee la capacidad de ser justa. La sabiduría corresponde al auriga (alma racional), la valentía y el coraje al caballo dócil (alma irascible), y la templanza al caballo díscolo (alma concupiscible).